jueves, 19 de diciembre de 2013

NUESTROS HÉROES… MAYORES

NUESTROS HÉROES… MAYORES
Padres héroes y madres heroínas del hogar.Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos estereotipos.
Hasta que un dia el padre héroe comienza a pensar todo el tiempo, protesta bajito y habla de cosas que no tienen ni pie ni cabeza.
La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases y empieza a enojarse con la empleada.
¿Que hicieron papa y mama para envejecer de un momento a otro?
Envejecieron...  Nuestros padres envejecieron.  Nadie nos había preparado para esto.
Un bello dia ellos pierden la compostura, se vuelven mas vulnerables y adquieren unas manias bobas.
Estan cansados de cuidar de los otros y de servir de ejemplo: ahora llego el momento de ellos de ser cuidados y mimados por nosotros.
Tienen muchos kilometros andados y saben todo, y lo que no saben lo inventan.
No hacen mas planes a largo plazo, ahora se dedican a pequeñas aventuras, como comer a escondidas todo lo que el médico les prohibio.
Tienen manchas en la piel. De repente estan tristes. Mas no estan caducos: caducos estan los hijos, que rechazan aceptar el ciclo de la vida.
Es complicado aceptar que nuestros heroes y heroínas  ya no estan con el control de la situación.
Estan frágiles y un poco olvidadizos, tienen este derecho, pero seguimos exigiendo de ellos la energia de una usina.
No admitimos sus flaquezas, su tristeza. Nos sentimos irritados y algunos llegamos a gritarles si se equivocan con el celular u otro electronico,  y encima no tenemos paciencia para oir por milésima vez la misma historia que cuentan como si terminaran de haberla vivido.
En vez de aceptar con serenidad el hecho de que adoptan un ritmo mas lento con el pasar de los años, simplemente nos irritamos por haber traicionado nuestra confianza, la confianza de que serian indestructíbles como los super-heroes.

Provocamos discusiones inutiles y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue.
Nuestra intolerancia solo puede ser miedo. Miedo de perderlos, y miedo de perdernos, miedo de tambien dejar de ser lúcidos y joviales.  Con nuestros  enojos, solo provocamos mas tristeza a aquellos que un dia solo procuraron darnos alegrias.
Por que no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros? Cuantas veces estos heroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros, medicando, cuidando y mediendo fiebres !!  Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus remedios, y al pelear con ellos, los dejamos llorando, tal cual criaturas que fuimos un dia.

El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida, pero es difícil aceptar las etapas de los otros... 
Mas cuando los otros fueron nuestros pilares, aquellos para los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarian con sus brazos abiertos, y que ahora estan dando señales de que un dia iran a partir sin nosotros.
Hagamos por ellos hoy lo mejor, lo máximo que podemos, para que mañana cuando ellos ya no esten mas...  podamos recordarlos con cariño, de sus sonrisas de alegria y no de las lagrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.
Al final, nuestros heroes de ayer... seran nuestros heroes eternamente.
UNA PERSONA PERMANECE JOVEN EN LA MEDIDA EN QUE ES CAPAZ DE APRENDER, ADQUIRIR NUEVOS HABITOS Y TOLERAR CONTRADICCIONES. 
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NADIE NOS ENSEÑÓ A VIVIR

Muchos justifican los momentos difíciles de sus vidas diciendo que “la vida es así”. La vida no es así, la vida simplemente es. La vida no es ni mala ni buena, simplemente es. La existencia no viene con un manual que nos indique cómo vivir, llegamos a ella en cero, nada de ella sabemos, pero desde el mismo momento en que a esta llegamos comenzamos a aprender.

Nadie nos enseñó a vivir. Las enseñanzas que recibimos a través de distintos medios, son sólo informaciones que adquirirán valor el día que las confirmemos en nuestra misma vida; sólo entonces éstas enseñanzas se transformarán en sabiduría. El que vive se va se va volviendo sabio... si quiere.

Nadie nos enseñó que somos seres emocionales. Que gracias a las emociones podemos vivir momentos maravillosos y que igual, podemos hacer sentir a otros momentos fascinantes. Nadie nos enseñó que también es a través de las emociones que tenemos profundas heridas dolorosas que quedaron grabadas en nuestro corazón. Por esto hay gente que en el peor de los casos terminan odiando la vida, y en el mejor castran sus emociones y se vuelven fríos, como si la vida tuviera la culpa.

Nadie nos enseñó que somos seres racionales. Que gracias a la razón podemos vivir una vida de acuerdo a nuestro propio estilo, determinando el rumbo de nuestra existencia, que podemos escoger a donde vamos a llegar y las formas de hacerlo. Sin embargo nadie nos enseñó que “el que mucho piensa poco hace” y que por pensar demasiado siempre terminamos encontrando “razones” para no hacer las cosas, cerrando así las puertas que nos podrían dar la vida que queremos.

Nadie nos enseñó a vivir. Nadie nos enseñó que ni la emoción y tampoco la razón son nuestras enemigas, que sí existe una combinación “perfecta”, una medida que cada quien debe lograr de acuerdo a su realidad para realizarse plenamente.


Muchos nos hablan sobre el futuro, ese espacio donde vamos a pasar el resto de la vida y vemos a una gran mayoría viviendo en torno a eso. Nadie nos enseñó que el futuro siempre será consecuencia del presente, y que si queremos un mañana pleno debemos ser plenos hoy, independientemente si ya estamos donde queremos estar porque la felicidad no es el resultado sólo de lo que se consiga, sino de lo que somos, de cómo nos sentimos con nosotros mismos y de que vayamos aceptando a la persona en que nos vamos transformando por alcanzar la meta que nos hemos propuesto.

Nadie nos enseñó que nos terminamos convirtiendo en lo que a diario pensamos y que nos terminamos creyendo todas las voces que habitan en nuestra mente. Que hay muchos que se auto proclaman libres – y tal vez lo sean de muchas cosas – pero son víctimas de sí mismos, de lo que creen, de lo que piensan. Hay muchos que llevan vidas complicadas, pesadas, duras; si supieran que muchas cosas cambiarían si cambiaran ellos mismos.

Nos enseñaron a creer que la felicidad está en cosas, momentos y personas, y es por eso que encontramos a muchos que si no tienen esto o aquello no son felices, se niegan el bienestar. Si bien es cierto que esto ayuda, no es del todo verdad. Nunca alcanzaremos la felicidad así obtengamos lo que queremos, porque cuando lo logremos vamos a querer más. Nadie nos enseñó que podemos escoger nuestro estado de vida independientemente de lo que suceda alrededor, que nada ni nadie nos puede quitar nuestra plenitud salvo que nosotros mismos lo permitamos ... ese es el dilema.

La gran mayoría vive como cree que debe vivir y una pequeña minoría lo hace de la mejor manera posible. Sin embargo nos enseñaron a creer cuanta cosa nos enseñan y terminamos viviendo una vida prestada porque así nos formaron. Y a los que nos educaron ¿quiénes los educaron a ellos?. Mucho cuidado con nuestro sistema de creencias esas ideas a las que les apostamos la vida, molesto es darnos cuenta mucho después que colocamos la vida del lado equivocado. Nadie nos enseñó que podemos cuestionar nuestras creencias, que podemos reevaluarlas y darles sentido. ¿Por qué vivir lo que nos queda con cosas que nosotros mismos consideramos ilógicas?

Nos enseñaron que la paciencia es buena, que al que sabe esperar las cosas se le darán, pero no nos enseñaron que hay dos formas de esperar; la espera activa y la pasiva. El que aguarda pasivamente espera prácticamente “sentado”, esperando que las cosas se le den; tal vez nadie le ha dicho que del cielo lo único que le va a caer es lluvias. Y está el que aguarda activamente. Este lucha por lo que quiere, se mueve, gestiona, hace que las cosas pasen, no espera a que sucedan, sabe que normalmente no se dan de una vez pero que terminan dándose, resultado de su esfuerzo; pero nadie nos enseñó eso.

CON Y POR EL TIEMPO
Con el tiempo terminaremos valorando muchas cosas que nos han sido dadas, pero nadie nos enseñó que no hay necesidad de esperar tanto para hacerlo. Valora pues desde ahora a tu familia, tus amigos, lo que eres y la vida que escogiste vivir.

Nadie nos enseñó que en el camino encontraremos situaciones que nos harán más fuertes, más vigorosos, más maduros. La gente llama a éstas obstáculos o “pruebas de la vida”, como si la vida estuviera a la vera del camino lista a mandarnos al suelo. Esta es una manera de justificar la minusvalía, la pereza mental, la pobreza de compromiso. Nadie nos enseñó que va a haber días oscuros, cansancios pesados y momentos sombríos que nos invitan a abandonar, a dejar de lado nuestros esfuerzos porque “creemos” que no vamos a alcanzar. Nadie nos enseñó que en esos momentos por lo general lo que queremos está al otro lado del velo, después de la siguiente curva a unos cuantos pasos más. ¡Cuántos han abandonado estando tan solo a unos metros!

Tal vez algún día al final, en el ocaso de nuestra existencia, o quizás al haber avanzado buena parte de una larga vida en una tarde apacible miremos atrás, al pasado y comprendamos entonces que el único culpable de nuestros fracasos fuimos nosotros mismos, que nada ni nadie nos llevó a esa situación, solamente nuestra libre decisión. Igual también entenderemos que los éxitos, triunfos y logros fueron única y exclusiva responsabilidad nuestra y que no llegamos más lejos porque así lo decidimos, que en ese momento de nuestra vida estaríamos quizás más lejos, más alto, mucho mejor si hubiésemos aprovechado nuestros presentes con valentía, con más riesgos, más sueños, si hubiésemos entendido que somos nosotros mismos los que edificamos un maravilloso futuro, o un oscuro mañana con nuestras manos. Si alguien nos hubiese enseñado que eso es “ser responsables”.

Hay quienes dicen; “si tuviera 30 o 40 años menos pero con lo que sé ahora”... allí está una muestra de por qué esos están como están. Nadie les enseñó que a pesar de lo que saben que no es la edad, ni el dinero, ni el lugar lo que nos hace plenos, sino nuestra decisión y lo que hagamos con nuestros momentos presentes.

Nadie nos enseñó a vivir. Aprovechemos nuestro presente, nuestro ahora y hagamos de nuestra vida lo que queremos que sea ¡AHORA! Y.. SOLO EMPUJA

miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL RETO: MANEJAR LA ADVERSIDAD A TU FAVOR

Cualquier ejecutivo que lea un artículo sobre liderazgo o superación personal se topa con que, invariablemente, tiene qué aprender a adoptar una perspectiva optimista frente a la adversidad. Pero pocos libros te dicen cómo conseguirlo. Lee estos tips prácticos para lograrlo.
Es relativamente fácil sacar la casta de líder cuando las cosas van más o menos bien. Cuando tus colaboradores te respetan, cuando desempeñan su trabajo bajo estándares aceptables y no existen problemas que salgan dentro de los límites controlables.
Sin embargo, me he topado con casos en que los ejecutivos se enfrentan con retos verdaderamente desafiantes: aumentar las ventas en zonas donde hay alta competencia, tener a su cargo personal poco competente o con actitud negativa, personal sindicalizado que lo último que quiere es trabajar.
Y tal vez una de las situaciones más difíciles es  llevar a cuestas decisiones erróneas tomadas por otros, pero que uno tiene qué solucionar. Por ejemplo, conocí a una empresa que expandió su mercado en una zona poco rentable y aún teniendo evidencias de ello le exige al responsable de ventas y mercadotecnia que llegue a sus presupuestos planeados de venta.Complicado,  ¿verdad?
Tips para manejar la adversidad:
  • Controla tu nivel de estrés. Cuando la persona se estresa de más, se inhibe su capacidad creativa y, por lo tanto, la posibilidad de pensar soluciones adecuadas al reto que enfrenta.
  • Busca a una persona de confianza, fuera de la compañía, con la que te puedas desahogar, berrear, llorar, etc. Estote descargará mucho emocionalmente.
  • Enfócate en todo momento a descubrir todas aquellas ganancias ocultas detrás de la adversidad: tal vez esto requerirá que afines tus habilidades de liderazgo, tengas qué dominar nuevas formas de influencia, aprender a ser más creativo, a dejar a un lado la timidez y tener más presencia, etc.  Haz de esta nueva perspectiva tu religión.
  • Lee frases o libros que te inspirenToma una dosis diaria de cuando menos 15 minutos.
Toda adversidad, invariablemente, te exige crecer para poderla enfrentar con éxito. ¡Inténtalo! ¡Algo bueno sacarás de todo esto, sólo es cuestión de que lo descubras.!

¿Cómo saber que un curso de motivación dio resultados?

Cuando los jefes ven desmotivados a sus equipos de trabajo, suelen recurrir a los servicios de algún instructor para que les levante el ánimo. ¿Cómo saber que surtió el efecto deseado? Lee estos tips.
Pueden existir varias maneras para averiguar si un curso de motivación valió la pena. El que considero más apropiado se mide a través de los resultados.
Esto significa que antes de iniciar el curso se deben establecer las conductas o señales concretas esperadas como resultado de la capacitación, algo así como: 
El participante:
  • Llegará puntual a sus citas de negocio.
  • Propondrá soluciones en vez de centrarse en los problemas en las juntas de trabajo.
  • Se expresará con optimismo a pesar de enfrentar altos niveles de frustración.
  • Etc.
Es lógico pensar que, si en su sitio de trabajo, el colaborador presenta las señales descritas anteriormente, es porque el curso tuvo éxito.
Claro, esto aplica no solo a cursos de capacitación, sino a cursos de todo tipo.
Ahora bien, el reto del líder frente a un curso de capacitación es lograr que se mantenga el cambio. Éste sólo se logrará si las nuevas conductas son practicadas durante el tiempo suficiente como para que se conviertan en hábito.
Por ello es importante que el jefe se involucre directamente en la capacitación y cree un sistema de reforzamientos que promueva la aplicación de los nuevos aprendizajes.
Así que ya sabes: cuando contrates un curso de motivación, establece con mucha claridad cuáles son las conductas específicas que esperas, díselo al instructor, involúcrate directamente en la capacitación y luego establece el seguimiento para que tu equipo convierta en hábito lo que acaba de aprender.
Recuerda: es necesario que un líder configure las circunstancias de tal modo que impulse la efectividad de sus 

¿Cómo saber que un curso de motivación dio resultados?

Cuando los jefes ven desmotivados a sus equipos de trabajo, suelen recurrir a los servicios de algún instructor para que les levante el ánimo. ¿Cómo saber que surtió el efecto deseado? Lee estos tips.
Pueden existir varias maneras para averiguar si un curso de motivación valió la pena. El que considero más apropiado se mide a través de los resultados.
Esto significa que antes de iniciar el curso se deben establecer las conductas o señales concretas esperadas como resultado de la capacitación, algo así como: 
El participante:
  • Llegará puntual a sus citas de negocio.
  • Propondrá soluciones en vez de centrarse en los problemas en las juntas de trabajo.
  • Se expresará con optimismo a pesar de enfrentar altos niveles de frustración.
  • Etc.
Es lógico pensar que, si en su sitio de trabajo, el colaborador presenta las señales descritas anteriormente, es porque el curso tuvo éxito.
Claro, esto aplica no solo a cursos de capacitación, sino a cursos de todo tipo.
Ahora bien, el reto del líder frente a un curso de capacitación es lograr que se mantenga el cambio. Éste sólo se logrará si las nuevas conductas son practicadas durante el tiempo suficiente como para que se conviertan en hábito.
Por ello es importante que el jefe se involucre directamente en la capacitación y cree un sistema de reforzamientos que promueva la aplicación de los nuevos aprendizajes.
Así que ya sabes: cuando contrates un curso de motivación, establece con mucha claridad cuáles son las conductas específicas que esperas, díselo al instructor, involúcrate directamente en la capacitación y luego establece el seguimiento para que tu equipo convierta en hábito lo que acaba de aprender.
Recuerda: es necesario que un líder configure las circunstancias de tal modo que impulse la efectividad de sus 

Limitaciones personales: que no te impidan llegar a la meta

Los líderes emprendedores así como los ejecutivos que ocupan posiciones de mando en una organización a veces se dan cuenta que su principal obstáculo no es aprender a manejar gente, a motivarlos o controlar situaciones ambientales. ¿Cuál es? Lee este post para enterarte. Tal vez estés en este caso.
No es el problema que te haya renunciado tu principal colaborador. O que el dólar haya subido y por lo tanto tus deudas también. Tampoco es que tengas un empleado con actitud negativa.
Muchas veces, para poder manejar con asertividad todos los problemas descritos anteriormente (y muchos otros) la principal barrera que tienes qué enfrentar se encuentra en tí mismo: descubrir o ser consciente de que tienes limitaciones personales.
Pero déjame decirte algo, eso los tiene cualquiera: conocí a un ejecutivo que no duerme una noche antes de abordar un avión; a otro le tiemblan las piernas cuando tiene qué negociar con proveedores importantes; el solo hecho de pensar que el auditorio le haga  una pregunta y no la pueda responder, hace que a un instructor le suden la frente y las manos.
Eres un ser humano y es normal que tengas ese tipo de limitaciones o algunas otras. Sin embargo, el problema no estriba en tenerlas o no, sino en cómo las enfrentas y manejas.
Muchas personas, quieren ser excelentes líderes, pero evaden o ignoran sus limitaciones y no les ponen solución. El riesgo es que si no haces nada por resolverlas, estarán frenando tus posibilidades de llegar a la meta, sueños o resultados que buscas.
Es como poner el acelerador y el freno al mismo tiempo. ¡Uff! ¡Qué desgastante querer correr hacia un punto y tener cadenas que te lo impidan!
Lo mejor es enfrentarla tus miedos, fobias, traumas, inseguridades vigorosamente. ¿Qué es lo que necesitas hacer para superarlas o manejarlas? Haz lo que sea necesario. No te quedes estancado. Actúa, muévete, busca soluciones, aunque eventualmente esto te pudiera resultar incómodo. Pero sólo lo será por un tiempo.
Cuando ya estés del otro lado, te darás cuenta que tu proactividad al respecto habrá valido la pena.
Los tres últimos boletines que enviaré este año estarán dedicados a brindarte recursos para que superes estas situaciones. Si ya estás registrado, te llegará directamente a tu bandeja de entrada. Y si aún no lo estás, ¿qué esperas para hacerlo?
Quiero ofrecerte la oportunidad de que aproveches estas semanas del 2008 para que te marques metas ambiciosas, aunque creas que no puedes lograrlas. Ya verás que lo difícil se vuelve fácil cuando decides “enfrentar al toro por los cuernos”.

martes, 10 de diciembre de 2013

A ver explícamelo otra vez !!

 
 Un hombre que tenía 17 camellos y 3 hijos, murió.

Cuando el testamento fue leído, decía que la mitad de los camellos sería para el hijo mayor, un tercio para el segundo y un noveno para el tercero. 

Que hacer? 

Eran diecisiete camellos; cómo dar la mitad al hermano mayor? Uno de los animales
debería ser cortado a la mitad?

Eso no resolvería nada, porque un tercio sería dado al segundo hijo. Y la novena parte al tercero.

Los hijos corrieron a buscar al hombre mas erudito de la ciudad, un estudioso, un matemático.

El razonó mucho y no consiguió encontrar la solución, aunque era un buen matemático.

Entonces alguien sugirió: "Es mejor buscar a alguien que sepa de camellos, no de matemáticas".

Encontraron entonces al Filósofo de Guémez, hombre inculto pero sabio y con mucha experiencia.

Le contaron el problema.

El filósofo se rió y dijo: "La solución es muy simple, no se preocupen".


Casualmente alguien le había regalado un camello al Filósofo y les dijo les presto este para hacer las cuentas.
Ahora son 18 camellos - y procedió a hacer la división. Nueve fueron dados al primer hijo, que quedó satisfecho. Al segundo le tocó la tercera parte - seis camellos - y al tercer hijo le fueron dados dos camellos - la novena parte. Sobró un camello: 
el que fue prestado.

El Filósofo tomó su camello y dijo: "ya está, se pueden ir".

Esta historia fue adaptada del libro "Palabras de fuego", de Rajneesh y sirve para ilustrar la diferencia entre la sabiduría y la erudición. El concluye diciendo: "La sabiduría es práctica, lo que no sucede con la erudición. La cultura es abstracta  la sabiduría es terrenal; la erudición son palabras y la sabiduría es experiencia."

17+1= 18
1º hijo- 18/2= 9
2º '' - 18/3= 6
3º '' - 18/9= 2
9+6+2= 17 camellos (está cumplido el testamento)
18-17=1
sobró  camello que fue entregado a su propietario.
 
 
Nota:
Esto también funciona con burros...

La importancia de la Gratitud.

Si has visto o leído El Secreto, habrás escuchado hablar de la importancia de agradecer lo que tienes.

La gratitud es la forma de atraer más cosas buenas y situaciones que por las que puedas estar agradecido a tu vida.  

Imagínate que quieres vivir en una preciosa casa con 5 dormitorios en el campo, pero que ahora vives en un pequeño y ruidoso apartamento en el centro de la ciudad. SI te enfocas en que no te gusta estar viviendo allí, nunca te irás del apartamento o, si lo haces, será a un sitio igual o aún peor. Si te enfocas solo en lo que no te gusta, tu vibración serán débiles y atraerá más de eso mismo que no te gusta.

Ahora bien, si por el contrario reconoces que hasta hoy has hecho lo mejor que creías, que el piso en el que vives te ha dado al menos cobijo, estarás emitiendo un sentimiento de gratitud. Tu  mente quedara  libre para enfocarse entonces en los nuevos pensamientos a cerca de una nueva casa, un nuevo lugar donde vivir. Podrás  dejarte  sentir por las sensaciones  que causaran ahora tus nuevos pensamientos.

Agradecer no es otra cosa que decirle al Universo: me doy cuenta de que mis circunstancias actuales son fruto de mis propios pensamientos y creencias del pasado. Gracias, me he dado cuenta y ahora elijo disfrutar de otras cosas mejores  y buenas para mí.  

Y esto se aplica a todos los aspectos de nuestras vidas. Imagínate por un momento una pareja en la que uno continuamente le reprocha al otro las cosas que no le gustan de su forma de ser. Esta pareja está avocada al fracaso absoluto al menos en lo que es la felicidad.
 Dado que se está enfocando en lo que no le gusta de su pareja, lo que atraerá es que esa persona se comporte aun más del modo que no le gusta.
Si en lugar de criticar y hacerle reproches, le diera más importancia a aquello que sí le gusta de su pareja, (esto se puede conseguir siempre y cuando haya realmente amor entre dos) lo que obtendría serían más comportamientos de lo mismo, y una sensación de bienestar en aumento por ambas partes.

Agradecer es enfocarnos en todo lo bueno que tenemos y sentir alegría por ello. Es decir, Sí.

Consigues algo que es bueno para ti y quieres,  cuando dejas que aumente naturalmente tu nivel vibratorio.  El motor  siempre es, la sensación, la emoción y los pensamientos que tengas en cualquier momento.  El Universo está  perfectamente a la escucha.

Tú eliges: te enfocas en lo que te gusta para así disfrutarlo y atraer más de lo mismo, o eliges quedarte en la queja y el victimismo…con lo cual seguiras atrapado e incomprendido atrayendo…Nada agradable!

¡Atrévete a Ser Feliz!
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El Poder de las Creencias

Creo que desde que tengo uso de razón me he sentido fascinado por el tema de las ‘Creencias’ y como estas afectan toda nuestra vida.
Todavía recuerdo el día en que tuve contacto con un joven universitario, cuando yo tenía solo 15 años. En esos días todo mi mundo se cambio y mi vida no fue la misma. Mis decisiones fueron alteradas e influenciadas como resultado de haber estado en contacto con este joven. ¿Que es lo que hizo? El simplemente se limito a ensenarme algunos capítulos de la Biblia y poco a poco me fue convenciendo de ciertas verdades que en su momento para mi resultaron ser Universales.
Quiero aclarar que no es el propósito de este articulo, tratar de describir estas creencias y su validez, sino enfocar solo el hecho de que las creencias, cualquiera que sean tiene un efecto sumamente poderoso. Las creencias nos dictan lo que es posible o no para nuestras vidas. Las creencias son aseveraciones incuestionables de cómo es la realidad o de cómo las cosas son. Las creencias abarcan toda nuestra existencia, autorizando o limitando lo que es posible o no en nuestro existir. Es imposible ser un ser humano y no tener creencias o mejor dicho que ‘ellas’ nos tengan a nosotros.
Hemos escuchado que nosotros somos responsables de todo lo que somos y tenemos en la vida. Aceptamos que el hombre es el arquitecto de su propio destino. Hoy te digo, nuestra vida es el resultado de nuestras creencias y estas controlan nuestro destino.
Detrás de cada resultado, hay una conducta o acciones y detrás de estas hay una o varias creencias.
Para lograr cambios profundos y duraderos en la conducta y resultados es necesario cambiar la fuente de estos. Si cambias las creencias, cambiaras tus acciones y estas te acarrearan diferentes resultados.
Hay que tener en cuenta que las creencias no están aisladas o ‘viven’ solas. Por lo general tenemos un racimo o conjunto de creencias que regulan nuestra existencia y muchas veces tienen una relación simbiótica, es decir que unas dependen de otras y se benefician mutuamente.
Por ejemplo:Una persona descubre que tiene una creencia que lo esta limitando en su vida para ser feliz en sus relaciones y se da cuenta de que la creencia que lo ha estado controlando es la siguiente: Yo no soy importante.  Luego de seguir algunos pasos para eliminar esta creencia, se da cuenta que no logra sentirse bien ya que no consigue eliminarla por completo debido a que tiene otra creencia: Yo no puedo cambiar o la creencias no se pueden cambiar de repente Las creencias solo se pueden cambiar de a poquito, nunca al instante.

¿Que tiene en común todas estas frases?
Es evidente que todas ellas son creencias, es decir aseveraciones de cómo las cosas o el mundo es. Y como están formando parte del filtro por medio del cual experimentamos nuestra existencia, harán que nuestra vida y experiencias las confirmen haciendo que lo que nos suceda en nuestras relaciones, amigos, trabajo etc. “Nos llevan” a confirmar que así son las cosas, y al querer cambiar estas creencias nos encontraremos con aquellas otras que nos dictan que no es posible cambiarlas en un instante o que simplemente no se pueden cambiar.
En las próximas comunicaciones estaré compartiendo algunas técnicas que para mi han sido valiosísimas a fin de eliminar creencias limitantes. Por el momento te invito a reflexionar a fin de descubrir cuales son las creencias que te gustaría eliminar de tu vida.
Te advierto que el trabajo de descubrirlas es quizá el más importante, ya que muchas veces con solo darte cuenta de cual es la creencia que te posee te ‘cae el veinte’ y recuperas el poder personal  y te lanzas al logro de lo que en verdad deseas.
Espero que estas palabras te hayan estimulado el pensamiento, no dudes en compartirlo con quien aprecies.
Con respeto y afecto,


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“Al rescate del Carisma”

(Extracto del Libro "Las 10 Miradas del Liderazgo Integral").
 La palabra "Carisma" proviene del griego "Jarisma", que significa "Regalo Divino". Con este punto de partida, puedo decirle a Usted que todos los seres humanos tenemos la posibilidad de convertirnos en Líderes, cuando desarrollamos estos "regalos divinos", que son los talentos o habilidades con las que hemos venido a este mundo. Cuando desarrollamos estos talentos o destrezas naturales y los ponemos al servicio del mundo en algún sentido, dejan de ser talentos para convertirse en "dones".
 En la corriente de pensamiento que sostiene que el Líder "nace", en lo personal pienso que ésta puede ser la razón que resuelve todos los interrogantes al respecto. Todos nacemos Líderes en potencia, sólo que son pocas las personas que deciden pagar el precio del triunfo para sus vidas.Dicho de otra manera: Tomar la responsabilidad sobre estos regalos naturales maravillosos.
Pues bien, en mi libro "las 10 miradas para el liderazgo integral", comento acerca de las etimologías de la palabra "Líder". La más conocida proviene del sajón "to lead", que significa "conducir dirigir"; aunque el pensamiento occidental ha tomado este concepto de “conducción”, en función a los demás; es decir, esta destreza que tiene una persona para lograr seguidores; sin embargo, nada de esto podría ser cierto, si una persona no toma el camino de su "auto-conducción".
 Otra versión etimológica sostiene que la voz "Líder", proviene del latín "Lid", que significa "Disputar". Si viajamos a los tiempos antiguos, "Disputar" no tenía la connotación que hoy se le atribuye como “Confrontación” o “Pelea”. "Disputar" proviene de una composición del idioma latin "Dis", que significa "Separar" y "Putare", cuyo significado es "Podar". Tal vez, en este caso, la palabra “Líder” pretende dar la idea de aquella persona que participa en “podar o sacar aquellas ramas”, que no le permiten mejorar su crecimiento o desarrollo. Llamo a esta idea: "Auto-Consciencia".
 Finalmente, hay información de que la palabra "Líder", puede tener su origen en la lengua germana antígua (alemán), atribuyéndole como significado "Sufrir", "Resistir". Es decir, está manifestando la capacidad humana de ser fuertes ante las distintas circuntancias adversas de la vida. En lo personal, llamo a esto "Templanza" o "Resiliencia".
 El Líder, es cada uno de nosotros, que nace con talentos especiales y que nos hace únicos e irrepetibles. Cuando tomamos la responsabilidad de expresar, de dar acción y luz, a estas habilidades naturales y las ponemos al servicio de un propósito mayor y de unicidad con el mundo, logramos seguidores; personas que nos acompañan en nuestra sublime causa. En este punto, el carisma (o este halo de luz distintivo), sería la consecuencia o manifestación del “homenaje” que hacemos a nuestros "regalos divinos”, en el día a día.
 Muchas gracias. Carpe diem (aproveche el día). 
Autor: Dr. Daniel Fernando Peiró
(Fragmento extraído del libro "Las 10 Miradas del Liderazgo Integral)

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El Don del Dominio Propio

“Mejor es el que domina su alma que quien conquista un reino”. (Salomón)

Al estudiar la historia universal descubrimos que el hombre se ha empeñado en conquistar a otros. Desde tiempos ancestrales el reconocimiento y poderío de los grandes líderes radicaba en su capacidad para someter a otros poderosos. Los aztecas y los tlaxcaltecas combatían para apoderarse de sus territorios; los romanos expandieron su imperio por toda Europa, África y Medio Oriente; los franceses, encabezados por Napoleón, obtuvieron triunfos históricos sobre otras naciones. A la fecha vemos como dictadores (bajo el título de presidentes democráticos) ejercen dominio sobre sus propios pueblos.

Pareciera que el anhelo humano de ejercer potestad sobre los demás fuera un cáncer incurable y genético. Todo esto con el afán de demostrar que somos valiosos y poderosos.

Sin embargo la vida cotidiana nos enseña que el verdadero poder radica en ejercer dominio sobre nosotros mismos, no sobre los demás. Recuerdo como hace unos cuantos años un presidente centroamericano, el mismo año en que fue nominado al premio Nobel de la paz, su esposa le solicitó el divorcio. Pienso también en gente sumamente competente es el caso de un ex presidente norteamericano, quien a pesar de haber sido reelecto en ese puesto (quizás el de mayor poder en el mundo actual), no será recordado en la historia por su gran gestión sino por el desliz sexual que tuvo con una joven becaria de la Casa Blanca. El hombre más poderoso del planeta e igual de débil que cualquier simple mortal.

Ejemplos como los anteriores me llevan a concluir que el rey hebreo Salomón tenía razón cuando afirmó que implica mayor poderío ejercer control sobre nosotros que sobre otras personas. Estoy convencido que los grandes logros y las terribles derrotas de nuestra vida están relacionadas con qué tanto dominio propio ejercemos. El control sobre nuestros gustos, deseos e incluso caprichos es clave para que vivamos en paz, obtengamos felicidad y alcancemos nuestras metas. No existe un sólo medallista olímpico que para obtener su presea no haya requerido controlar su apetito, cuidar su estilo de vida, horas de descanso y haya tenido que disciplinarse en sus entrenamientos. Una persona que desea mantener su salud, mejorar su economía, sostener una amistad o trascender en la vida de otros, también requiere del auto control. Mantenernos fieles a nuestros principios, sueños y obviamente a nuestra pareja implica ejercer dominio propio.

También fue Salomón quien afirmó que a nadie agrada en un inicio la disciplina, pero en el mediano y largo plaz, produce frutos apacibles. El dominio propio es un maravilloso regalo que poseemos las personas. Cuando lo ejercemos lo hacemos crecer. Cada vez que decidimos postergar una gratificación personal u optamos por hacer lo correcto en lugar de ceder ante seductores atajos inconvenientes (desde repetir la dosis de un delicioso postre hasta aceptar un apetecible soborno) fortalecemos y hacemos crecer el músculo de la voluntad, soporte central del dominio propio.

Pensemos en las cosas que más anhelamos alcanzar, esas metas, sueños y objetivos que anhelamos. Le garantizo que para obtenerlas debemos ejercer control sobre nosotros, requerimos disciplinarnos e incluso abstenernos de algunas actividades agradables. En otras palabras, pagar un precio, el costo del dominio propio. Para fortalecer esta área de nuestra vida le recomiendo iniciar con pequeñas acciones, ganando batallas ligeras sobre nosotros mismos: comer un poco menos; no servirnos nuevamente un platillo; abstenernos de comprar lo que no requerimos; tomar un tiempo diario para ejercitar nuestro cuerpo o hacer oración; leer veinte minutos cada noche; levantarnos quince minutos más temprano; detener nuestras palabras hirientes; forzarnos a dar las gracias y disculparnos en los pequeños detalles; ahorrar una cantidad cada mes o semana. Estos son ejemplos sencillos para ejercitar nuestra voluntad. Quizás le parezcan insignificantes pero le aseguro que no los son, pues las grandes guerras sobre nuestra naturaleza se obtienen a través de ganar pequeñas batallas. El imperio romano no se construyó con el triunfo de una gran guerra, sino con la conquista paulatina de pequeñas batallas. Recordemos el precepto universal que nos enseña que quien es fiel en lo poco, lo podrá ser en lo mucho.
Lic. Rafael Ayala
 Tengo 5 misiones este semana que comienza:
1.- Serme fiel a mi mismo
2.- Vivir mas alla del trabajo
3.-Expresar lo que deseo
4.-Contactar a amigos
5.-Darme permiso de ser Feliz

viernes, 6 de diciembre de 2013

El poder de los cuentos

Cuentos, relatos y leyendas nos llevan a mundos irreales donde la tarea de educar a nuestros hijos resulta más fácil. No se trata de llegar a casa después de un día agotador y ponerse a LEER el cuento que nos reclama nuestro hijo, sino de COMPARTIR con él un apasionante mundo de fantasía. Ver cómo expresa su angustia ante la pócima de la bruja, sus deseos de llegar al castillo antes que el dragón, sus ansias de salvar a la princesa… y finalmente la recompensa de un final feliz.
La tarea más importante y más difícil de la educación de un hijo es la de ayudarlo a encontrar sentido a la vida. Son palabras de Bruno Bettelheim, educador, psicólogo infantil y autor de numerosas obras dedicadas al mundo de los cuentos. Según este autor, para obtener éxito en esta tarea educativa, es fundamental que los adultos que están en contacto más directo con el niño produzcan una firme y adecuada impresión en él y que le transmitan correctamente nuestra herencia cultural. Y la literatura infantil es la que posibilita esta labor.

Los cuentos infantiles satisfacen y enriquecen la vida interna de los niños

Esto es debido a que los cuentos se desarrollan en el mismo plano en el que se encuentra el niño, en cuanto a aspectos psicológicos y emocionales se refiere. Los cuentos hablan de fuertes impulsos internos de una manera que el pequeño puede comprenderlos inconscientemente y, además, ofrecen ejemplos de soluciones, temporales o permanentes, a sus conflictos.
Este tipo de historia enriquece la vida de tu hijo porque estimula su imaginación; lo ayuda a desarrollar su intelecto y a clarificar sus emociones; tiene en cuenta sus preocupaciones y aspiraciones; lo ayuda a reconocer sus conflictos y le sugiere soluciones a los problemas que le inquietan.


Los cuentos aportan a la imaginación del niño nuevas dimensiones a las que le sería imposible llegar por sí solo
El niño necesita que le demos la oportunidad de comprenderse a sí mismo en este mundo complejo al que tiene que aprender a enfrentarse. Para poder hacer esto, como padres tenemos que ayudar al pequeño a que extraiga un sentido coherente al caos de sus sentimientos. Nuestro hijo necesita ideas sobre cómo poner orden en su casa interior y, sobre esta base, establecer un orden en su vida en general.
Los cuentos infantiles generalmente proporcionan seguridad al niño porque le dan esperanzas respecto al futuro por cuanto mantienen la promesa de un final feliz. Según Bettelheim, estos cuentos pueden ofrecer soluciones a los conflictos del niño, ya que sus contradicciones internas son representadas y expresadas mediante los personajes y las acciones de la historia. Esta representación permite que al niño se le hagan comprensibles muchos de sus sentimientos, reacciones y actuaciones que todavía no entiende ni domina y que pueden llegar a angustiarle.

Los cuentos ayudan al niño a vencer presiones internas que lo dominan

Los cuentos posibilitan que el niño exprese sus deseos a través de un personaje; obtenga una satisfacción a través de otro; se identifique con un tercero; tenga una relación ideal con un cuarto; y así sucesivamente.
El niño podrá empezar a aceptar y comprender sus ideas y sentimientos contradictorioscuando, por ejemplo, todos sus pensamientos llenos de buenos deseos se expresen a través de un hada buena; sus impulsos negativos a través de una bruja maléfica; sus miedos a través de un lobo; las exigencias de su consciencia a través de un sabio; sus celos a través de unas hermanastras crueles; etc.
Al identificarse con los diferentes personajes de los cuentos, los niños empiezan a experimentar por ellos mismos sentimientos de justicia, fidelidad, amor, valentía, etc.


Los cuentos favorecen las relaciones interpersonales

Esto sucede cuando "contamos" y no cuando "leemos" un cuento. Es preferible que contemos cuentos a nuestro hijo en vez de leérselos porque, al contarlo, nosotros podemos intervenir como narradores en la historia y nuestro hijo como oyente. Contar un cuento es un acontecimiento interpersonal en el que el adulto y el niño pueden participar por igual, por lo que fortalece el vínculo padre-hijo.
Recomiendo a todos los padres los libros de Arthur Rowshan y de Sara Cone Bryant, en los que se explica la mejor manera de narrar cuentos y de inventarlos.


Los cuentos transmiten mensajes educativos

A los niños les fascina escuchar una y otra vez un relato que les gusta. Los cuentos contienen mensajes educativos y valores morales importantes y ayudan a los niños a superar las dificultades con las que se encuentran a lo largo del crecimiento. De ahí que, a veces, el niño insista en la repetición del mismo cuento, porque necesita acabar de captar el mensaje que ese cuento le transmite y la solución que ofrece a su propia problemática. Es importante repetir el mismo cuento a nuestro hijo si éste nos lo pide.


Los cuentos proporcionan confianza

Algunos de los cuentos modernos tienen desenlaces tristes que, después de los hechos aterradores que se han presentado a lo largo de la historia, no proporcionan el alivio necesario al niño ni le dan la fuerza suficiente para enfrentarse con sus desventuras. Si no hay este final alentador, el pequeño, después de escuchar el relato, sentirá que no existe ninguna esperanza para solucionar sus problemas; un final feliz es imprescindible en todo cuento.
En los cuentos tradicionales, este equilibrio entre las fuerzas del bien y del mal, que acaba siempre por inclinarse a favor del primero, hace surgir en el niño la esperanza de que los episodios más o menos desafortunados o desgraciados de su vida irán disminuyendo de intensidad y acabarán por desaparecer; que hallará una suerte más propicia y que, finalmente, encontrará aquella persona o cosa que lo mantendrá al abrigo de cualquier peligro. Algunos finales de cuento representan la forma más perfecta de existencia deseada por el niño: estar unido a la pareja ideal y gobernar su propia vida (casarse con el príncipe o princesa y convertirse en rey o reina).

Por esta razón son tan importantes los cuentos tradicionales que tienen un desenlace feliz, como: Blancanieves, La Bella Durmiente, Caperucita Roja, Los Tres Cerditos, etc. Es precisamente su final feliz lo que hace de estos cuentos una narración muy adecuada para ser contada por la noche. El final feliz ayudará a nuestro hijo a dormirse apaciblemente ya que parece prometerle que el sueño que está próximo, al igual que el cuento, acabará bien.

Los cuentos están llenos de símbolos significativos 

Los cuentos tienen un poder extraordinario debido precisamente a que los mensajes o principios que se desprenden están encubiertos. No debemos explicar el significado de los símbolos a los niños. Nuestros hijos se benefician de las enseñanzas del cuento de forma inconsciente y si intentamos reducir la riqueza de los símbolos a explicaciones conscientes, lo único que conseguiremos es que el relato no sea eficaz.

Perdónate

Perdonar es una de las acciones más sublimes del ser humano, es una sensación sanadora, que remueve asperezas y limpia las heridas. 

Perdonar es una de las mejores herramientas gratuitas del hombre para poder amar sin medida y obtener recompensas de paz interior. 

Es fácil perdonar e inclusive es fácil pedir perdón en determinadas circunstancias, pero "chocamos contra pared" cuando se nos pide una sencilla y al mismo tiempo profunda tarea: Perdonarnos a nosotros mismos. 

Hace mucho tiempo conocí a una señora amante de la buena vida, con grandes lujos y cuentas bancarias por todo el mundo, pero con una actitud prepotente. Nada más le faltaba pedirme que le pusiera una alfombra roja para entrar a mi oficina. 

Me platicaba de grandes problemas en sus relaciones interpersonales, "echándole la bolita" a todos los que "la hacían sufrir". Realmente su cara era de angustia cuando me comentaba que no podía ni siquiera mantener a sus empleados por tan sólo un mes, porque no la aguantaban. 

Le aquejaban grandes tormentos que le hacían gritar, alterarse, contestar a veces hasta de forma grosera. En fin, era un buffet de problemas, que en su mayoría, bajo su opinión, eran causados por los demás porque no entendían que "así era ella y no iba a cambiar". 

Mientras la platicaba avanzaba, como en cada sesión de Coaching, los sentimientos empezaban a moverse y cosas que antes parecían estar muy escondidas de pronto se hacen palpables. 

De pronto, comenzó a llorar de una forma increíble. Realmente, me estaba dando cuenta que esas lágrimas no surgieron por la música o el incienso de la oficina, sino porque realmente se encontraba en contacto con su "Niño interior" y recordaba aquel problema de familiar que algún día la hiciera sentirse mal. 

"David, es que yo ya no tengo nada. Yo ya perdoné a quien tenía que perdonar, ya eso quedó en el pasado" me lo decía con la voz entrecortada. 

La pregunta no es a quién perdonaste, sino, ¿Te perdonaste tú? ¿A ti misma? ¿Realmente te has dado el permiso de haber sentido esa experiencia como un proceso de aprendizaje? 

El silencio fue el mejor de los discursos en esos momentos y ahí fue cuando realmente inició un cambio interior fuerte y duradero. 

A veces creemos que los demás son culpables de hacernos sentir mal o bien, ¡cómo sufren todos aquellos que tienen ese pensamiento! En nuestra forma de ver con "Vivir con VIDA", estamos conscientes que el ser humano es independiente con una libertad exquisita de decidir ser feliz o no serlo, sentirse mal o bien. 

Aunque tal vez, tú lector, me puedas decir "estás loco, es imposible", créemelo que es más posible de lo que parece. Inclusive eso es lo que hace la diferencia de aquel empleado de la oficina que a pesar de la crisis, problemas económicos y un divorcio llega con una sonrisa de oreja a oreja e inclusive interiormente se siente en paz, contra aquel empleado que desde que llega es un buzón de quejas de cómo lo trata el mundo. 

Tal vez éste último no ha llegado a descubrir que no cambian ni desaparecen los problemas, sino se transforma nuestra visión, nuestros pensamientos y nuestra estabilidad. 

Pero sobre todo nuestra vida empieza a cambiar drásticamente cuando nos atrevemos a perdonar todo aquellas malas acciones, todo aquello que dejamos de hacer, todas aquellas palabras hirientes o actitudes negativas que nos hicieron cargar una roca pesada en nuestro cuello por mucho tiempo. 

Perdonarnos no depende del otro, sino de nuestro interior. No depende del pasado, sino de el "Aquí y el ahora", depende única y exclusivamente de nuestra decisión al darnos cuenta que somos débiles, de carne y hueso, con cualidades pero también con defectos, que podemos llegar a caer e inclusive hacer algo que en el fondo no queríamos. Créetela, "lo que pasó, pasó". No podemos seguir dándole vueltas al círculo del "porqué a mi, porqué yo, porqué en ese momento, porqué así, porqué nadie hizo nada, porqué…" 

Iniciemos el día de hoy con una actitud diferente y transformadora, regalándonos unos minutos para poder PERDONARNOS, haya sido lo que haya sido, es válido haber tenido un error pero es mucho más válido aceptarlo y sacar lo bueno de ello. 

No olvides que eres un ser lleno de luz, de poder, de vida. Tómate de la mano de Dios y descubre que perdonar es una actitud de valientes y que perdonarte a ti mismo por lo que haya pasado, no sólo te hace crecer, sino te libera de culpas que tal vez llevaban más de 20 años. 

Ve al fondo de tu corazón y recuerda que siempre es un buen día para empezar de nuevo, conquistando nuevos mundos con un pensamiento diferente y sobre todo, con la tranquilidad de haberte regalado la maravilla del perdón.