sábado, 2 de noviembre de 2013

Cómo Escoger Personas de Confianza.

En nuestra vida, las relaciones personales son una prioridad por razones de necesidad y de elección voluntaria.Necesitamos y requerimos de la presencia, la proximidad, el afecto y el apoyo de otros, para lograr nuestras metas y disfrutar de cierto grado de bienestar emocional. Pero ocurre que muchas veces, algunas de las personas que llegan a nuestras vidas, pueden contribuir a complicarla, por lo que requerimos saber elegir a quien dejaremos entrar a nuestro círculo privado, sea personal y profesional.
El estudioso del comportamiento humano, Ronald Hubbard, ha señalado que debido a que todos tenemos en común las emociones, y dado que cada emoción tiene asociados cierto tipo de comportamientos estandarizados, es posible servirse de ellas, como criterio válido para saber escoger al tipo de gente que deseamos aproximar a nuestras vidas.
Las emociones que habitualmente experimentamos, según Hubbard, afectan nuestras elecciones y conductas cotidianas. Este autor ha clasificado las emociones en tres tipos: bajas, medias y altas. Y considera que quienes se ven influidos por estados emocionales bajos, se muestran típicamente quejosos, desganados y pesimistas. Los que estén influidos por emociones altasactuarán con entusiasmo, de manera enérgica y sus pensamientos tendrán un signo frecuentemente optimista (“Qué bello día”, “sé que encontraré la solución, etc.”)
Ruth Minshull, discípula de Hubbard y autora de un libro sobre este tema, afirma que cuanto más alta esté una persona en la escala de emociones, se siente mejor, es más eficaz, y se muestra más segura y competente.
De igual forma, mientras más baja está una persona en la escala emocional, sufrirá más y estará más cerca de una vida negativa. Ella se basa en una clasificación, una escala emocional, creada por Hubbard denominada “escala tonal de emociones”, que consta de 16 emociones, y que tiene como finalidad ayudarnos a comprender que a pesar de que las personas experimentamos variadas emociones, existe en nosotros un estado de ánimo promedio, que es el punto emocional donde nos encontramos frecuentemente, pese a los cambios ocasionales. Quiero destacar de esa escala, cuatro emociones básicas: Aflicción, miedo, hostilidad y entusiasmo.
Se puede estar en un nivel emocional bajo por una situación crítica como pérdida de familiar o un accidente, o por considerarnos incapaces o inmerecedores de las cosas buenas de la vida. Quienes permanecen mucho tiempo en estado de aflicción tienden a autodestruirse con drogas, alcohol, intentos de suicidio, etc.; no ven buen futuro, evaden sus responsabilidades y se muestran aburridos, inactivos y con remordimientos. Culpan a otros, exageran las dificultades y evaden o buscan salvadores, para no tener que actuar.
Quienes usualmente tienden a experimentar miedo, suelen actuar como tímidos, modestos o suspicaces, ven el mundo como amenazante, se la pasan tensos, temen los riesgos, y frecuentemente hablan de la necesidad de protegerse. Les cuesta disfrutar, entregarse, tomar decisiones y comprometerse.
En un grado más alto está la hostilidad, la cual puede reprimirse o expresarse. Primeramente, aparece como agresividad encubierta, y se traduce en falsas posturas de afabilidad que ocultan conductas destructivas como chismes, mentiras y/o exageraciones, búsqueda de aprobación, carencia de tacto y baja responsabilidad. Hay poca sinceridad y muchas quejas, gritos, resentimiento y resistencia a aceptar errores. En la vida social, padecen conflictividad permanente.
En lo alto de la escala están los entusiastas, aquellas personas que son responsables y alegres, dinámicas y originales, con apertura y facilidad para integrarse con otros; son gente dispuesta a aprender lo nuevo y no se detienen fácilmente ante las adversidades. Son parte de lo mejor del mundo. Dentro de esta categoría entran los pioneros, los buscadores de verdades, los que creen que vivir vale la pena. Son buenos amigos que no se desalientan ni se detienen fácilmente.
A la hora de elegir personas de su confianza como pareja, socios o empleados, use estas referencias, y observe estos indicadores:
¿Cómo se siente al acercarse y hablar con ciertas personas?
¿Cuál es su nivel de prosperidad?
¿Sus temas de conversación predilectos?
¿Su capacidad de negociación, de adaptación y de recuperación ante dificultades?
¿El cuidado de su imagen?
¿Su grado de ética?
¿Su ubicación temporal mental (piensa en el pasado, el futuro, el presente).
Estos parámetros le mostrarán un rostro que anticipa la calidad de las relaciones que tendrá, y le darán la posibilidad de evitar contratiempos, desengaños y falsas expectativas. Así sus vínculos serán más productivos, satisfactorios y dura

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