sábado, 30 de noviembre de 2013

5 Estrategias para superar el bloqueo inicial

¿Estás a punto de empezar algo nuevo? Quizá te preguntes “¿Y ahora por dónde empiezo?  Una de las situaciones más comunes a las que te puedes enfrentar es el bloqueo inicial que se produce justo cuando decides empezar algo de una vez por todas. Especialmente si hablamos de empezar desde cero.
 Probablemente hayas pasado mucho tiempo haciendo planes, quizá leyendo artículos y libros de autoayuda,decidiendo qué quieres hacer e intentando superar tu miedo e inseguridad para dar ese primer paso, y cuando por fin te decides, te surge la confusión. Sí, sé lo que quiero, pero ¿por dónde empiezo?
 Esta situación de confusión y bloqueo es normal y muy frecuente cuando se trata de empezar desde cero o de objetivos muy ambiciosos o grandes cambios. Por ejemplo, cuando decides dejar tu carrera después de muchos años paramontar tu negocio, o cuando decides que tu vida no te satisface y que quieres empezar desde cero. Ya tomar esa decisión es difícil de por sí, pero después te preguntas “y ahora, ¿por dónde empiezo?” Y te entran dudas: ” ¿y si me equivoco?“, “a ver si me arrepiento“, “todavía estoy a tiempo de dar marcha atrás“, etc. Si esta es tu situación, sé perfectamente cómo te sientes, y voy a compartir contigo unas estrategias para ayudarte a dar ese primer paso:
 1. Crea un plan de acción. Es fundamental, especialmente si tu objetivo es ambicioso o a largo plazo (en ese caso puedes crear un plan a corto plazo y otro a largo plazo.) Probablemente ya tengas una visión del resultado final, pero es muy importante que dividas esa meta en subobjetivos, en pequeños pasos, y a ser posible con una fecha límite. Por ejemplo, cuando decidí establecerme como coach hice una lista de las cosas que tenía que hacer (darme de alta como autónoma, crear mi web, amueblar el despacho,  hacer tarjetas de negocios…), les puse una fecha límite y las ordené por prioridad. Después, cada una de esas tareas las subdividí en pequeñas acciones (crear web: buscar hosting, decidir nombre, …)
 2. Determina el primer paso a dar, sólo uno. Ese es el truco para superar el bloqueo inicial, pensar sólo en la primera acción que puedes tomar y que te llevará al objetivo final. Al ser sólo una cosa no te agobiarás y no te dará tanto miedo y, además, ese primer paso te dará la suficiente motivación para seguir adelante. Puede que tengas una visión de cómo quieres que sea tu negocio de aquí a dos años, pero en este momento pensar así te puede paralizar y agobiar, así que céntrate SÓLO en el primer paso. No es lo mismo pensar en montar un negocio y todo lo que conlleva, que simplemente elegir el nombre del negocio, por ejemplo.
 3. Céntrate sólo en la siguiente acción.  A veces lo que quieres conseguir te puede desanimar porque lo ves lejano e inalcanzable, incluso aunque ya te hayas animado a dar el primer paso. Por eso, te recomiendo que te centres únicamente en el siguiente paso a dar. Te resultará más fácil y, además, te irás motivando al ver que avanzas.
Así que ten siempre presente “¿Qué es lo siguiente que tengo que hacer?“, especialmente en momentos de agobio y estrés. Para, descansa, y piensa, ¿qué es lo siguiente que tengo que hacer? Lo de parar y descansar es fundamental, darte tiempo para pensar en otras cosas y recobrar fuerzas; y cuanto más ocupada estés, más lo necesitarás. Cuando nos mudamos de Toronto a España hubo momentos de sumo estrés en los que paramos, descansamos un par de días y luego vuelta a empezar.
 4. Rodéate de gente que te apoye y recuerda cada día las razones por lo que lo haces. Son momentos de dudas e inseguridad, y por eso es fundamental que te separes un poco de personas negativas y te rodees de apoyo. Gente que te anime, que ya haya pasado por ahí, que te ayudará pase lo que pase. Hablar con este tipo de personas hará que tengas más valor y energía para dar el primer paso y que dudes mucho menos. Incrementa el efecto leyendo artículos positivos y haciendo una lista de todas las razones por las que quieres ese cambio y por las que te lo mereces (aunque te cueste admitirlo, te lo mereces.)
Cuando yo me decidí a empezar mi negocio de coaching hablé con mis compañeros de curso, con varios coaches, con las personas que me animaban y dejé de comunicarme por un tiempo con los que me decían que estaba loca y que me lo pensara mejor. Y no me arrepiento.
 5. Pide y acepta ayuda en todas las áreas en las que lo necesites. A lo mejor necesitas más atención por parte de tu pareja, amigos o familiares. O invertir dinero en delegar en alguien, o contratar a un experto que te facilite la tarea. A mí me costó al principio, pero ahora siempre que puedo invierto dinero en coaches que estén donde yo quiero estar y en delegar lo que me quita tiempo y no me aporta nada. Al principio cuesta, porque lo ves como un gasto, pero recuerda, no estás gastando, estás invirtiendo y ganando tiempo, tranquilidad y energía.
 A estas cinco estrategias le sumaría una más: ¡Premiate! Estas haciendo un gran trabajo, reconócelo. Te ha costado mucho dar el paso y todavía andas despacito, pero lo estás haciendo muy bien. Así que recompénsate y siéntete orgullosa de ti misma, porque muy poca gente tiene el valor de hacer lo que tú estás haciendo. ¿Por qué estrategia vas a empezar?
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Qué es tener miedo al éxito y cómo superarlo

Las 5 razones de tu miedo al éxito
Conocer el por qué del miedo al éxito es la clave para comenzar a superarlo. Aída Baida Gil expone en este artículo, las 5 razones de tu miedo al éxito que te permitirán encontrar el camino para vencerlo definitivamente.
¿Te has planteado alguna vez por qué no consigues tener éxito en lo que te propones?
Tanto si hablamos de éxito profesional (que es lo que la mayoría asocia con la palabra "éxito"), como si nos referimos a otros ámbitos, a veces te parece un imposible, ¿verdad?

Una de las razones más frecuentes de que no lo consigas es 
el miedo a fracasar, que hace que ni siquiera lo intentes; pero si indagamos un poquito más hay otras dos razones escondidas: 1) que no crees merecértelo (escribí unartículo sobre este tema hace tiempo), y 2) que tienes miedo, pero no al fracaso, no, sino al éxito.

Puede parecer absurdo tenerle 
miedo al éxito, si es lo que en realidad quieres, ¿no? Pero no hay nada de absurdo, de hecho, estas son las razones principales de que, en el fondo, te de miedo conseguir el éxito:
1.    Crees que si tienes éxito no vas a tener pareja, no vas a atraer a nadie. Asocias las mujeres exitosas con arpías egoístas y solas.
2.    Crees que tener éxito afectará a tu familia (y no para bien), eso si llegas a tener familia, porque tienes la idea de que las mujeres de éxito o no tienen hijos o se pasan el día esclavizadas y no tienen tiempo para verlos.
3.    Asumes que tener éxito significa tener dinero, y que en cuanto tengas más dinero te volverás una arpía sin corazón, porque ya "sabemos" que la gente con dinero es egoísta y mala.
4.    Piensas que si tienes éxito y hablas de tus logros la gente te rechazará. Van a pensar que eres una prepotente y no querrán tener nada que ver contigo. Resultado: te quedarás sola.
5.    Estás convencida de que para ganar y tener éxito alguien tiene perder, y a ti te gusta ayudar a los demás, no quieres pisotear a nadie, que es lo que crees que vas a tener que hacer.
Después de leer esto, ¿te extraña que no quieras tener éxito? Con estas creencias no es que no puedas, es que casi prefieres irte a vivir debajo de un puente. Pero vamos a ser realistas, esto es lo que te sugiero:
·                 Define qué es tener éxito para ti y en función de eso podrás decidir qué hacer a continuación. Porque a lo mejor lo que te da más miedo se corresponde a una definición de éxito que no es la tuya.
·                 Identifica tus prioridades. Si tienes claro qué es lo que verdaderamente te importa, te resultará más fácil tomar medidas para que esas prioridades no se vean muy afectadas. Quítate de la cabeza la imagen de la mujer de éxito sin hijos, si quieres tener hijos hazlo tu prioridad y modifica lo que necesites para conseguirlo. No te arrepentirás porque es tu prioridad. Si por el contrario prefieres centrarte en tu carrera, haz lo que sea necesario para conseguir lo que quieres. Pero, por favor, ten muy claras tus prioridades, que no pasen los años y te des cuenta de que has empleado tu tiempo y energía en cosas que, en realidad, no te importaban.
·                 Algunas personas te rechazarán cuando consigas el éxito. Algunas personas te rechazarán si no consigues el éxito. Algunas personas te rechazarán. Esas personas no te importan, no merecen la pena. Céntrate en las que sí estarán ahí.
·                 Una competencia sana no significa pisotear a nadie. Para llegar donde tú quieres habrá momentos en que otras personas estarán implicadas y tendréis que competir. ¿Cuál es el problema? Que asocias competir con pisotear y humillar al otro. Hay gente que lo hace, tú no tienes por qué hacerlo. Muchas personas han llegado donde están gracias a su trabajo y a sus propios méritos, sin necesidad de pisotear ni engañar. Esa puedes ser tú, tener éxito NO significa ser una mala persona.
·                 Elimina la creencia de que el dinero es la raíz de todos los males. El dinero te hace más de lo que eres. Si eres mala, te volverás peor. Si eres generosa y te gusta dar, con más dinero darás más. Que te gusta vivir con comodidad, vivirás con más comodidades; que te gusta donar dinero a ONGs, donarás más dinero. Punto.
¿Qué creencias vas a elegir a partir de ahora? Te sugiero que olvides la primera parte y te centres en la segunda, notarás la diferencia. 
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Trucos para la gestión eficaz del tiempo

Cómo gestionar tu tiempo para sentirte productiva y eficaz
¿Te pasas el día corriendo, ocupada con mil cosas que no concluyes y sientes que el día no tiene suficientes horas? Si es tu caso, Aída Baida Gil, comparte unos trucos para la gestión eficaz del tiempo, que te ayudarán a ser más eficiente y efectiva.
¿Te pasas el día corriendo de un lado a otro, ocupada con mil y una cosas y sintiendo que no has hecho nada productivo, que tendrías que haber acabado más cosas, que el día no tiene suficientes horas?

Si este es tu caso y quieres 
gestionar mejor tu tiempo y ser más productiva, en este artículo te explico cómo conseguirlo. Tienes que tener en cuenta dos cosas: ser más eficiente, y ser más efectiva.

Cómo ser más eficiente

Para ser más eficiente es importante determinar cuándo eres más productiva y qué te hace perder el tiempo. Para averiguar estas dos cosas es muy útil apuntar durante una semana (o al menos 3 o 4 días) todo lo que haces y el tiempo que empleas en cada cosa.

Durante un día normal todos tenemos picos de productividad. Por ejemplo, en mi caso he identificado tres horarios diferentes: por las mañanas de 11 a 2 soy muy productiva, el tiempo vuela y acabo las cosas más rápido que en cualquier otro momento del día. Después hay momentos de productividad normal-buena, y ratos en los que me cuesta mucho concentrarme y pierdo el tiempo con cualquier cosa.

Sabiendo esto, escribir artículos en los momentos de baja concentración sería una enorme pérdida de tiempo, ya que tardaría mucho más que si lo hago en los ratos donde soy más productiva. Tú puedes hacer algo parecido, 
utiliza tu tiempo con inteligencia. Haz el trabajo importante y que requiera más concentración y atención en tus momentos productivos, y deja el resto de tareas para momentos de menor concentración. Eso hará que tu productividad aumente y que te sientas más satisfecha al ver que haces y acabas más cosas (el truco está en acabar no en empezar y dejar a medias).

También tienes que conocer en qué pierdes el tiempo, las actividades o tareas que supuestamente te van a llevar cinco minutos y sin darte cuenta has perdido media mañana. Eso incluye normalmente redes sociales (Facebook, Twitter), irte “cinco minutos” a tomar un café, mirar un momentito el correo. Averigua cuanto tiempo empleas al día en esas actividades, los resultados te sorprenderán.

Ahora ya sabes cuándo eres más productiva y que “ladrones” de tu tiempo debes eliminar o limitar, y aquí tienes otras dos 
sugerencias para aprovechar mejor el tiempo:
·                 Agrupa tareas: Por ejemplo, en vez de mirar tu correo cada 15 minutos, proponte hacerlo 3 veces al día. Si tienes que salir varios días para algo, dedica un solo día a hacerlo todo.
·                 Programa períodos de tiempo ininterrumpidos (sin teléfono, internet,…). Esto funciona muy bien, te recomiendo que lo pruebes. Si te parece difícil, comienza con períodos cortos de 10-15 minutos y los vas aumentado. Lograrás acabar muchas más cosas. Es una de las técnicas que yo uso más porque funciona muy bien.
Cómo ser más efectiva

La segunda parte consiste en ser más efectiva, en centrarte en las cosas importantes, las que te van dar mejores resultados. En resumen, en saber priorizar. Aquí te dejo tres métodos que me gustan mucho:
1.- Los cuatro cuadrantes (técnica descrita en el libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas” deStephen Covey), consiste en agrupar tus tareas en uno de estos cuadrantes:
·             importante y urgente
·             importante y no urgente
·             no importante y urgente
·             no importante y no urgente.
Por supuesto, primero te centras en el primer cuadrante, las tareas importantes y urgentes. Pero lo más efectivo es encargarse del segundo cuadrante cuanto antes, para que las tareas importantes no lleguen a ser urgentes y así gran parte de tu agobio desaparecerá.

2.- 
Ley de Pareto. El 80% de tus resultados provienen de un 20% de tu trabajo. Identifica ese 20% y hazlo primero. Una forma de hacerlo es dividir el número de tareas que tengas entre cinco y del número resultante seleccionar las más importantes. Por ejemplo, si tienes una lista de 20 tareas, utilizando este sistema, sólo 4 serían las realmente importantes, decide cuales son y encárgate de ellas primero.

3.- Responde a estas preguntas. Cuando estás agobiada y tienes muchas cosas que hacer, responde a estas dos preguntas: ¿qué es lo más importante que tengo que hacer hoy? y ¿si sólo tuviera que hacer una cosa, qué sería? (yo esta la uso mucho).
Lo más importante
Ahora ya sabes como ser más eficiente y más efectiva y se notará en tu trabajo y vida personal, pero hay una tercera parte, la más importante: “querer”. Como todo en esta vida, ser más productiva depende de si quieres seguir adelante a pesar de los obstáculos e imprevistos que te surjan. Así que dime, ¿necesitas ser más eficiente, más efectiva, o las dos cosas? ¿Estás dispuesta a hacer lo que haga falta? 

viernes, 29 de noviembre de 2013

Cómo hacer un buen uso de tu libertad

Tu libertad refleja la capacidad de elección que es una cualidad humana y vital. Inteligencia y voluntad son dos facultades interdependientes puesto que el conocimiento actúa como una luz sobre la capacidad volitiva de una persona. El conocimiento presenta ante la voluntad varias alternativas y analiza las ventajas e inconvenientes de cada opción. Tu libertad tiene que estar encaminada a tu felicidad personal. Es decir, piensa que cada decisión que tomas en tu vida de una forma libre te aleja o te acerca de ese horizonte de plenitud.
Eres libre
Aunque el ser humano es libre, existen personas que pierden de vista esta cualidad y viven en contra de los verdaderos deseos del corazón. Así sucede en el caso de aquellas personas que han desarrollado un sentimiento estóico de la vida y han sacrificado su propia felicidad por un motivo que consideran más importante. Por ejemplo, existen matrimonios rotos que continúan con su relación porque otorgan prioridad al hecho de seguir unidos por el bien de sus hijos.
Existen personas que no se sienten libres para salir de un trabajo en el que se sienten esclavas, de una relación en la que son infelices o de una amistad con la que tienen un compromiso. La libertad supone vértigo a todo aquel que tiene que tomar conciencia de que la felicidad depende de uno mismo y dicha felicidad, implica tomar decisiones para hacer cambios.
Hacer un buen uso de tu libertad no sólo implica pensar en ti mismo sino también, en tu entorno. Por ejemplo, dentro de una familia es un riesgo caer en el individualismo de perder la perspectiva el bien común.

La libertad condicionada
La libertad del ser humano está condicionada por factores tan reales como el económico. Es decir, no se trata de una libertad absoluta porque las cualidades del ser humano también son finitas. Para tomar una decisión tienes que valorar tu situación actual para tomar una dirección con realismo.

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SIEMPRE HAY OTRO MÁS FASTIDIADO QUE TÚ

Cuenta una vieja historia que una vez, un hombre que había perdido toda su fortuna, iba caminando renegando de su suerte mientras tiraba tras él las cáscaras de los frutos que recogía de los árboles, su único alimento. Su sorpresa fue cuando se dio cuenta que lo iba siguiendo otro hombre, aún más pobre que él, pero iba contento y agradecido porque podía alimentarse de las sobras que dejaba el otro. ¡Una gran lección que deberíamos tener en cuenta!
Esta historia, aunque antigua, la veo reproducida continuamente hoy día. Una llamada a mi programa de radio me la recordó, cuando una oyente me llamó lamentándose de su vida porque odiaba su empleo y para colmo la paga no era buena. Escuché sus quejas sobre el empleo y luego le pregunté si había algo en su vida que estuviera funcionando y me respondió: “tengo tres hijos preciosos y sanos en la universidad, y mi marido es buenísimo”. No me pude aguantar y le dije: “¡Ay mujer de qué te quejas, muchísimas otras no tienen trabajo, los hijos son un desastre o están enfermos, y el marido hasta les pone los cuernos!”
Es increíble pero así somos: nos enfocamos en lo que no funciona, o anda mal, y no reconocemos las muchas cosas buenas, pequeñas y grandes, que nos rodean. Te aseguro que aunque estés en un hueco, siempre hay otro que esta más hundido que tú. Es verdad, siempre a nuestro alrededor habrá algo que nos frustra, preocupa o decepciona… pero nunca faltan detalles que le dan una luz a nuestros días.
Hasta que no reconocemos la abundancia que nos rodea, no podemos recibir más bendiciones. Hay que ser un poquito como San Francisco, que humilde y sabiamente todas las mañanas daba gracias por el sol, por la luna, las estrellas, el viento, el agua y hasta las flores.
Deja de pensar en lo que no tienes o lo que te falta y fíjate en las pequeñas bendiciones que te llegan a diario. Recuerda que siempre hay alguien que se muere por tener hasta lo que tú dejas… y lo disfruta y lo agradece más que tú.

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3 formas de auto sabotaje de las que no se habla mucho (y se debería)

¿Eres consciente de la importancia y el efecto que tienen lo que piensas y las normas mentales que te impones en tus resultados? Hace tiempo hablé de los cuatro tipos de autosabotaje más frecuentes y ahora quiero añadir tres tipos más que no se mencionan mucho pero por mi experiencia y la de mis clientes tienen también mucha importancia. Ya sabes que para cambiar y mejorar lo primero es ser consciente de lo que pasa, así que sigue leyendo a ver si te identificas con alguno.

1. Pensar que dejar las cosas a medias es fracasar
Esto es algo muy frecuente, especialmente si eres perfeccionista. Dejar las cosas a medias te hace sentir fatal, culpable, desorganizada, inmadura… Aunque estemos hablando de simplemente dejar un libro a medias. Por desgracia, eso hace que inviertas tiempo y dinero en cosas que, en realidad, no quieres hacer y en el fondo te perjudica. Si hablamos de un libro o una película la cosa no tiene tanta repercusión, pero si hablamos de tus estudios, tu negocio o de algún proyecto importante, sí.
Es importante que valores tu tiempo y tus gustos, no tienes por qué obligarte a acabar algo que sabes que no te gusta nada. Eso sí, no hay que confundir esto con la falta de persistencia, claro. Una cosa es dejar algo a medias porque requiere un esfuerzo y otra muy diferente saber que no es lo quieres, que no vas a cambiar de opinión y seguir ciegamente malgastando tiempo, energía y dinero cuando podrías estar haciendo algo que sí quieres hacer.
¿Qué puedes hacer entonces si te identificas con esto? Para evitar la sensación de haber fracasado y el sentimiento de culpa puedes hacer dos cosas:
Crearte unas normas o un sistema para decidir de antemano hasta donde aguantas.Por ejemplo, si eres de las que sufre al dejar un libro a medias aunque no te esté gustando nada, puedes proponerte como límite un número de hojas o de capítulos, “le doy cien hojas y si veo que no, a por otro, que hay muchos libros y poco tiempo”. Lo mismo con alguna película, aquí la trampa es el dinero, “es que como he pagado la entrada pues ya me quedo.” O sea que no solo has pagado sino que además estás perdiendo el tiempo, ¡aprovéchalo para hacer otra cosa! Un gran ejemplo me lo dió mi hermana: se apuntó a un curso de ingles y después de la primera clase decidió dejar de ir. Lo 1º que le dijeron fue “pero qué haces, si ya lo has pagado, ve y ya está.” Pero como decía ella, he ido y he visto que no es lo que quiero, que el nivel es demasiado básico y no lo voy a aprovechar, entonces para qué voy a perder ademas del dinero ya invertido, mi tiempo? Eso lo dice todo.
Deshacerte de lo que te hace sentir culpable. Te daré un ejemplo de una cliente, empezó a estudiar derecho, le gustaba pero se dio cuenta de que en el fondo no era lo que quería, así que lo dejó. Cada vez que ve los libros se siente fatal, aunque nunca se ha arrepentido y es consciente de que si hubiera seguido ese tiempo no lo tendría ahora libre. Solución que ella misma se dio, regalar los libros y no tenerlos a la vista. Ojos que no ven, corazón que no siente.
Opción alternativa: si ves que estos métodos no te ayudan decide acabar lo que empezaste, pero sin quejarte y como una decisión consciente y quítatelo ya de la cabeza.

2. Rechazar o negar algo que es importante para ti (pero que en cierta manera te da vergüenza).
Es fundamental que te seas fiel a ti misma y te aceptes como eres, incluyendo esas pequeñas cosas que te dan algo de vergüenza. Esto es especialmente importante cuando hablamos de las cosas que te motivan a hacer algo o de tus principales valores. Muchas veces tenemos la creencia de que tus valores o motivos para hacer algo tienen que ser completamente altruistas y si no es así, es que eres una egoísta o una mala persona. Y acabas haciendo elecciones que no te hacen sentir realizada porque en el fondo no es lo quieres.
Un ejemplo puede ser el no reconocer que  uno de tus motivadores o valores es el dinero, porque temes quedar mal y preferirías que fuera el servicio a los demás, por ejemplo. O bien, como lo hablaba hace poco con una cliente, negar la importancia que tiene para ti el estatus, el ser reconocida profesionalmente. Negar algo que para ti es importante solo te perjudica, es importante aceptar las cosas y darles el valor y la importancia que se merecen solo porque para ti son importantes. Te daré un ejemplo personal, una de las cosas que más me costó al cambiar de profesión fue el cambio de estatus, no es igual hoy en día decir que eres científica y especializada en genética (admiración y aprecio) que decir que eres coach (eh?? Ah, sí, ahora hay muchos). Me costó mucho y no he sido consciente de la importancia que tiene para mi el reconocimiento profesional hasta que realicé el cambio. Al principio me sentía culpable por importarme algo tan “superficial”, ya no, para mi es importante, sí, ¿y qué? (es bueno saberlo por si vuelvo a cambiar de profesión, ja,ja).
No hay nada malo en querer ganar un buen sueldo, en querer tener una vida con lujos, en querer que tu profesión sea reconocida socialmente. Acepta lo que quieres, lo que te motiva y tomarás decisiones más acertadas y te sentirás mucho más satisfecha con tus logros.

3. Asociar el dinero con maldad.
Sobre este tema se puede escribir hasta la saciedad y no acabar nunca. El dinero es un tema espinoso para muchas personas porque desde pequeña puede que lo asocies con cosas negativas o con escasez. “El dinero no crece en los árboles”, “Nadie se hace rico trabajando honradamente”, “El dinero se te sube a la cabeza”, “La gente con dinero no tiene principios” y un largo etcétera.
El problema de este tipo de creencias, como pasa siempre, es que te mantienen estancada en actitudes que sabotean tu éxito de forma inconsciente. Tu puede que te digas que quieres ganar dinero, pero si en el fondo piensas que el dinero te hace mala persona, te aseguro que te quedarás como estás.
Es un tema en el que merece mucho la pena trabajar para cambiar creencias y liberarte de envidias, sentimientos de culpa o gastos compulsivos. Hay que tener una cosa clara el dinero es un número, es un papel, es neutro. El dinero no es bueno ni malo, las personas sí lo somos. Hace tiempo aprendí algo que me llegó hondo, el dinero amplifica lo que eres. Si ya eres una mala persona (y te aseguro que hay muchas malas personas con poco dinero, ya tienes una creencia desmitificada) con más dinero serás peor. Pero, si eres una buena persona, honesta, generosa, imagínate lo que podrías hacer con más dinero, a toda la gente a la que podrías ayudar.
No te dejes vencer por ese tipo de creencias y cámbialas por otras que te beneficien más. El dinero te permite ayudar a más gente, eso es un hecho. Y sí, hay personas con mucho dinero generosas, honradas y trabajadoras. Se me viene a la mente mi propia mentora, para que tengas un ejemplo real. Mujer honesta, muy trabajadora que ahora vive como una reina pero hasta hace poco no, y ha conseguido lo que quería trabajando y arriesgándose.
Uno encuentra lo que busca, eso ya lo sabes, te desafío a que encuentres pruebas de que con el dinero se pueden hacer cosas buenas y seguir siendo una buena persona y que se puede ser honrado también.
¿Qué me dices? ¿Cuál de estos tres te impacta más a ti?
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El miedo a tomar decisiones y el desarrollo organizacional

Desde la antigüedad a nuestros tiempos actuales existen diferentes tipos de fobia de las cuales se definen como un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial, la fobia son miedos irracionales, intensos incontrolables que algunas personas manifestamos en una determinada situación o ante algún elemento particular, una fobia es el miedo a enfrentar algo, hay una gran variedad en clases de fobia por ejemplo la claustrofobia ( miedo al encierro), la zoofobia (miedo a los animales), la coulrofobia (miedo a los payasos), la triscadecafobia (miedo a l numero 13) etc.
Podemos retomar que nuestras fobias pueden darse desde nuestra infancia mas no debe confundirse con los temores infantiles normales, que vamos superando conforme a nuestra madurez. Al hablar de la fobia retomare una en específico que es la decidefobia que es un nuevo tipo de temor revelado por Walter kaufmann en 1973, quien también utiliza el neologismo para sustituir “el miedo a la autonomía”, esto hace énfasis al decir el miedo a tomar nuestras propias decisiones.
La decidefobia es el miedo a tomar decisiones, más que nada es el miedo a equivocarnos cuando ya habíamos tomado una decisión ya sea buena o mala y siempre tendremos la duda de saber si estamos bien o mal la cual es una fobia, este tipo de situación es donde tenemos que hacer el uso de nuestras habilidades y capacidades emocionales, en momentos de crisis el cual hace más difícil la toma de decisiones en nuestra vida cotidiana, laboral y personal.
Sin darnos cuenta nosotros mismos provocamos esta fobia a las decisiones, a veces nosotros dejamos que otras personas decidan por uno mismo, pareciera ser una acción de lo más simple pero el miedo de saber si estamos bien o equivocarnos siempre la tendremos.
Una buena toma de decisiones que tengamos sin ninguna duda nos otorgara el control de nuestra vida sin equivocaciones, dudas o frustraciones que siempre nos llevara a una mala toma de decisiones, retomando puntos importantes en la decisión esta consta de tres etapas:
1.- El reconocimiento de la necesidad: sensación de insatisfacción con uno mismo.
2.- La decisión de cambiar, para llenar el vacío o la necesidad;
3.- La dedicación consciente para implementar la decisión.
Basándome en estas tres etapas de la decisión tengo en claro que como persona el miedo a mis decisiones hace que este insatisfecha con lo que voy hacer ya sea a nivel familiar, personal, sentimental o social, el miedo de cambiar relativamente mis miedos sociales y la necesidad de implementar cambios en mi vida y todo lo que me rodea tomando una decisión correcta.
Palabras clave que describen a la decidefobia son: decisión, miedo, elección, frustración, cursos de acción.
Estas palabras hacen que cuando tomemos una decisión nos encontremos con barreras las cuales nos impiden tener una certeza en lo que hacemos y con lo que decidamos, hay que enfrentarnos con este miedo y estancamientos en nuestra vida cotidiana
Esta fobia puede enfocarse en muchos aspectos, el hecho de no decidir bien nuestras acciones.
HARRY TRUMAN dice “toda mala decisión que tomo va seguida de otra mala decisión”… esta frase nos hace reflexionar que tenemos que tomar una buena decisión para tener buenos resultados en lo que deseamos y así no tener errores, para eso hay que estar seguros en lo que vamos a decidir.
También podemos enfocar a la decidefobia en el desarrollo organizacional en este tema una buena toma de decisión nos llevara al éxito porque se lograría el objetivo deseado, el desarrollo organizacional consta de cuatro fases las cuales deben de tener una buena decisión para que puedan desarrollarse la primera es el diagnostico en el cual trata de detectar los problemas que puedan afectar el desarrollo de una empresa y tomar decisiones correctas para solucionarlas, la segunda es la planificación como su nombre lo dice son los planes a seguir para desarrollar estructuras que fortalezcan a la empresa sin miedo a tomar decisiones equivocas, la tercera es la implementación y ejecución en esta fase hay que implementar decisiones para lograr lo deseado y ejecutarlas plenamente para lograr un buen desarrollo empresarial y por último es la evaluación del cambio en esta fase la empresa como su nombre lo dice va evaluando las decisiones que se tomaron para lograr la productividad eficaz de la empresa y su buena toma de decisiones.
Implementar estrategias de cambio en la estructura organizacional, se implementaran decisiones variadas y dar puntos de vistas para que se puedan llevar a cabo las decisiones y dar las a conocer en una lluvia de ideas para aplicarlas en la estructura organizacional.
Un gerente debe tomar diariamente muchas decisiones. Algunas de estas decisiones son rutinarias y sin consecuencias, mientras que otras influyen en forma drástica sobre las operaciones de la empresa en la que se desempeña. Algunas de estas decisiones podrían significar la ganancia o pérdida de grandes sumas de dinero, o que la empresa logre o no su misión y sus metas.
Como dijo Herbert Simón: Todo el proceso de toma de decisiones administrativas o gerenciales es similar a la práctica de la administración o gerenciamiento. La toma de decisiones representa el elemento central de todas las funciones gerenciales. La planificación, por ejemplo, comprende las siguientes decisiones: ¿Que debería hacerse? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Quién debería hacerlo? Otras funciones gerenciales, tales como organización, implementación y control, dependen en gran medida de la toma de decisiones, las decisiones importantes que eventualmente dan forma, guían y dirigen nuestro futuro constituyen objetos de extremo temor para los líderes de los negocios en la planificación estas preguntas son de extrema importancia ya que con ellas tendremos la certeza de que se debe hacer para no caer en un mal funcionamiento empresarial.
Conclusión
En nuestra vida cotidiana siempre la toma de decisiones es muy importante porque siempre tendremos que decidir hasta donde debemos llegar. La toma de decisiones es fundamental para cualquier actividad humana. En este sentido, somos todos tomadores de decisiones. Sin embargo, tomar una 'buena' decisión empieza con un proceso de razonamiento, constante y focalizado, que incluye muchas disciplinas.
Muchos de nosotros no tomamos nuestras propias decisiones otras personas la toman por nosotros porque siempre va existir el miedo de afrontarnos con la realidad si hacemos las cosas correctamente, la buena toma de decisiones permite vivir mejor. Nos otorga algo de control sobre nuestras vidas.
Las decisiones no solo son las que debemos hacer sino que también es lo que podemos hacer.
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LA SUERTE.. DORMIDA

“Toda vuestra historia está cuajada de visiones que no habéis entendido, de ofrecimientos que no habéis escuchado, de adelantos que rechazasteis o usasteis mal, de fenómenos que os sobrecogieron en lugar de aleccionaros”
Minaya de Antonio Gala
La suerte dormida
Salvo contadas excepciones, la construcción de nuestros destinos depende de nosotros, la dirección de nuestras vidas es nuestra responsabilidad. En este mundo globalizado ya no nos es posible concebirnos como corchos flotando en el mar.
 Hay que entender que nos encontramos navegando en un ancho mar de oportunidades y que tomarlas o dejarlas pasar es responsabilidad únicamente nuestra como lo es el cultivar el carácter y la energía del timonel.
 Ya Lewis Carroll advirtió que alguien con intelecto está perdido a no ser que posea la energía del carácter. Cuando tenemos la lámpara de Diógenes, también debemos contar con eso.
 Cómo tener suerte, o ¿contamos con la lámpara de Diógenes?
Así es. Y ella no es privilegio de unos pocos iluminados maestros, gurúes, santos ni místicos. Pero hay que reflexionar, buscar verdades sin miedo ni duda. Y por ello tenemos hoy responsabilidades nuevas.
Por ejemplo, cuidar nuestros pensamientos porque a través de ellos tenemos poder de “manifestación” sobre la vida. Cuidar las palabras, elegirlas con sabiduría porque con ellas tenemos el poder de marcar el destino.

Cuidar nuestras influencias, sean éstas parientes, maestros, compañeros, asesores, amigos, música, libros, programas de TV o de cibernética. La información que elegimos digerir es de nuestra responsabilidad máxima.
 Hoy la información es invasora como nunca antes: se mete en el Living de la casa o en nuestro correo sin pedir permiso, nos cambia el humor y con él, el color del día entero. La energía de la información, de los afectos, de pensamientos y emociones cuenta porque ellas pueden tan bien acariciar como lastimar; pueden impulsarnos tanto como detenernos.
 Por lo tanto, procurarnos influencias productivas, estimulantes, edificantes para uno mismo no es asunto menor para esas cosas de la buena fortuna. Es una responsabilidad que se agrega en el mundo de hoy a quienes aspiran al propio desarrollo, a mejorar en lo que se propongan mejorar sea esto trabajo o salud, a alcanzar la alegría y satisfacciones reales.
 Una de las maneras de asumir estas responsabilidades y retos nuevos es aplicarse al ejercicio del desafío. Desafiar por ejemplo, la veracidad de teorías anticuadas, de prejuicios que detienen, o de culpas aprendidas de memoria y comenzar a narrarse a uno mismo otras historias y enhebrar nuevas esperanzas.
Porque las historias que nos contamos y las esperanzas que acariciamos involucran esa calidad de pensamientos, y por ende, de energías, que definen la suerte de alguien.
 ¿Hay alguna fórmula mágica para seducir a la buena suerte?
Si y no es un canto a la ilusión: hay recursos concretos en medio del torbellino que a menudo nos toca vivir. Hay fórmulas que parecen mágicas a base de Flores de Bach. Si, leyó bien: Flores de Bach para atraer la buena fortuna.
“¿Recuerda cuando se ridiculizaban las “ondas invisibles” y las corrientes eléctricas?. La sabiduría del hombre está aún en la infancia”, decía Albert Einstein.
Antes se cansará la razón de imaginar que el Universo de maravillarnos, decía a su vez, Blaise Pascal. De modo que más vale que nadie se sorprenda.
Si hoy nos sonreímos ante la creencia generalizada de la antigüedad según la cual la Tierra era sostenida por tortugas y elefantes gigantes, es justo preguntarse cuáles de nuestras actuales creencias harán sonreír a los hombres del futuro; qué prejuicios de nuestra cultura actual considerarán ellos una ingenuidad; o una muestra de “falta de desarrollo”.
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Personas que se creen el centro del mundo

Existen personas que se creen el centro del mundo a pesar de que nunca lo reconozcan. Pero es suficiente con tener un poco de observación para detectar a tiempo la actitud de alguien egocéntrico. En Psicoblog te damos las claves para desenmascarar este tipo de comportamientos.
Utiliza mucho la palabra yo
Son personas que en una conversación repiten con una frecuencia excesiva la palabra yo. El uso de esta palabra refleja que su forma de pensar tiene poco en cuenta otras opciones reales como el nosotros. Una persona que piensa de acuerdo a este esquema, enfatiza mucho sus necesidades pero no se pone en el lugar de los demás, al menos, de entrada.
Defiende sus derechos pero no sus obligaciones
Las personas que se creen el centro del mundo y enfatizan tanto su yo, se convierten en jueces que defienden sus derechos en cualquier vínculo, sin embargo, no dan el mismo peso a sus obligaciones en relación con los demás.

Yo caprichoso
Las personas que se creen el centro del mundo tienen un niño mimado muy grande en su interior al que tienen que educar con cariño y respeto para poder cambiar. De hecho, es importante apostar por el cambio porque la consecuencia que tiene este tipo de actitud a largo plazo es que la gente se agota al relacionarse con alguien que piensa en exceso en sí mismo y muy poco en los demás.

Se rompe el equilibrio de la relación
Desde un punto de vista, se rompe el equilibrio de la relación de pareja o amistad en donde las dos partes están en igualdad de condiciones. En cualquier vínculo afectivo, es importante aprender a ceder, saber esperar y entender que el otro no tiene la obligación de satisfacer las necesidades propias porque las personas no se utilizan como a un objeto.


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