martes, 11 de febrero de 2014

Líderes biculturales

Los líderes más eficientes parecen ser los que aprenden a vivir en dos mundos: el de su "subcultura innovadora" y el de la cultura central de la sociedad, organización, o equipo que lideran. Ellos comprenden que las innovaciones necesitan"incubadoras" para desarrollarse y que, hasta cierto punto, esas nuevas prácticas necesitan protección; pero también valoran los conocimientos derivados de la experiencia acumulada por la cultura actual. Por eso, buscan cultivar ambas cosas y esto lo hacen desarrollando su propia capacidad de ser eficientes en ambos ambientes.                                                                                                                                                         

En cierta forma, puede decirse que estos líderes son "bi-culturales", al igual que las personas que viven en dos países de culturas muy distintas. Se vuelven diestros para cruzar la tenue divisoria cultural que separa los dos mundos. Cuando tratan con sus jefes, por ejemplo, lo hacen en términos de seguridad y resolución, pero al mismo tiempo, dentro de sus equipos improvisan, cuestionan los supuestos y desarrollan confianza; todos estos, requisitos indispensables de una cultura orientada al aprendizaje.

Quizás lo más importante de los líderes biculturales es que continuamente desarrollan conciencia de las fronteras entre estos mundos distintos. Saben cuando están en uno o en otro, los aprecian y prosperan en ellos.

Por ejemplo, un gerente de manufactura muy eficiente, desarrolló una estrategia que llamó "transformación discreta", para mantener sus esfuerzos de cambio en la empresa "por debajo del nivel corporativo". Cuando rendía informe ante los superiores en la jerarquía, se cuidaba muy bien de utilizar las mismas medidas que se empleaban para evaluar todas las demás plantas. Las metas en las cuales se concentraban él y su equipo armonizaban con las prioridades corporativas. No hacía esfuerzos extremos para ocultar los procesos innovadores que empleaban: "Simplemente, yo no hablaba de ellos a menos que alguien me preguntara", decía.

Desarrollar este tipo de biculturalismo es muy exigente. Los líderes que tienen éxito con una iniciativa de transformación se identifican naturalmente con la nueva "subcultura" que están ayudando a cultivar. Ella representa, sin duda, muchos de sus propios valores centrales; es su "niña" y no sólo están dispuestos a protegerla sino también a defenderla. Por esta razón, es aconsejable contar con asesores externos, que no se encuentren inmersos en el proceso.

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