domingo, 6 de abril de 2014

¿Qué le diría?

Un hombre visita a un terapeuta y le dice: "Acaban de despedirme por quinta vez en los últimos tres años. Tengo problemas con mi actual esposa, y ya me he divorciado dos veces. Necesito desesperadamente que usted me ayude a comprender. ¿Por qué hay tanta gente desquiciada en este mundo?
Imagine que este hombre, en vez de acudir a un terapeuta, acude a usted, y usted desea ayudarle. ¿Qué le diría? Tal vez le respondiera enfáticamente: "Sí, hay muchos jefes desconsiderados, y claro que hay mujeres odiosas."

Pero si usted deseara ayudarlo realmente, tarde o temprano tendría que demostrarle que el origen de sus problemas no se encuentra "en el mundo exterior". El origen de esos problemas, al menos en parte, surge de él mismo, de su mundo interior, de sus supuestos y creencias acerca de los demás. Si no encuentra un modo de ayudarle a ver esta reveladora verdad, todos los demás enfoques serán efímeros y fracasarán.
El bagaje de supuestos y creencias conforman el modelo mental, a través del cuál se forman las imágenes, supuestos e historias que llevamos en la mente acerca de nosotros mismos, los demás, las instituciones, nuestro trabajo, el país, el matrimonio, la pareja, los hijos, en fin, todos los aspectos del mundo y de la vida.

Los modelos mentales determinan lo que vemos, pero como un cristal, este modelo distorsionará sutilmente nuestra visión. Ningún ser humano puede recorrer los complejos entornos de nuestro mundo sin estos cristales, por eso, todos los modelos mentales dotan de limitaciones a las personas.
Dígame Doctor... ¿Por qué todo el mundo parece estar en mi contra?
Las diferencias entre modelos mentales explican por qué dos personas tras observar el mismo acontecimiento, van a describirlo de manera diferente, prestando atención a distintos detalles. Pero los modelos mentales no sólo conforman nuestra visión de las cosas, también moldean nuestros actos. Por ejemplo, si creemos que las personas son dignas de confianza, hablamos con más libertad que si creyéramos que las personas no son de fiar.

Como los modelos mentales suelen ser tácitos, y existen por debajo del nivel de conciencia, rara vez son sometidos a verificación y examen. En general son invisibles para nosotros, hasta que les echamos un vistazo.
Por favor Doctor... ayúdeme a comprender... ¿por qué todos se comportan así conmigo?
La tarea central de la disciplina del desarrollo personal es llevar los modelos mentales a la superficie, explorarlos, hablar de ellos sin defensa, para que veamos el cristal, notemos cómo influye en nuestra vida y encontremos maneras de modificarlo mediante la creación de nuevos modelos mentales que nos sirvan para ver mejor el mundo y para mejorar nuestra vida.

El concepto de los modelos mentales se remonta a la antigüedad, pero el giro (por lo que sabemos) fue acuñado por el psicólogo escocés Kennet Craik en la década de 1940. Desde ese entonces lo han usado psicólogos, científicos, ejecutivos de empresa y poco a poco, cada vez más, la humanidad completa se acerca a este concepto en busca de su propia comprensión.
Dígame Doctor... ¿Podré alguna vez encontrar al amor de mi vida?
El término "modelos mentales" alude tanto a los modelos tácitos y más o menos permanentes del mundo, que las personas tienen en su memoria duradera, como a las percepciones efímeras que se elaboran como parte de sus razonamientos cotidianos. Según algunos teóricos del conocimiento, los cambios en los modelos mentales cotidianos, que se acumulan con el tiempo, se reflejan gradualmente en cambios, en creencias duraderas y arraigadas - ¡y ésta es la buena noticia!
Entonces Doctor... ¿qué me dice?
Querido amigo, el mundo puede ser diferente si no insistimos en verlo como nosotros queremos.
Las personas que siempre tienen muchos problemas, son ellas el problema.

Muchos problemas parecen insolubles porque no hay suficientes recursos. Casi nunca hay suficiente dinero, excepto para los proyectos inútiles que -por definición- siempre tienen recursos más que suficientes comprometidos con ellos.

Imaginación ante los problemas.

Nunca hay suficientes personas, nunca hay suficiente tiempo. La falta de recursos es sin duda un problema real. Pero esto es así no sólo porque falten, sino también porque la mente usa ese déficit como excusa para dejar de buscar soluciones. En cuanto usted cree que no hay suficiente, abandona la búsqueda de soluciones.

Buscar soluciones como si los recursos no fueran un problema, puede darle una nueva perspectiva a sus problemas. Con esta manera de pensar, su mente se acostumbrará a identificar y enfrentar mejor sus problemas. Las trabas internas -que no le permiten encontrar una solución- se evaporarán, a medida que aprenda a deshacerse de ellas apenas surjan.


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