lunes, 8 de noviembre de 2010

Cómo hacerse presente en la oficina

Muchos trabajadores le están apostando a pasar más horas en el centro de trabajo, aunque eso no sea sinónimo de productividad.
 
En los últimos días, he percibido la preocupación de los directivos de recursos humanos ante la tendencia al presentismo.
Me refiero a la propensión de los colaboradores a permanecer más tiempo en el centro de trabajo, con tal de “hacerse presentes”.
Parece que se trata de una estrategia para conservar el empleo, a través de lo que -para ellos- constituye demostrar interés y compromiso con la organización.
Me pregunto si estos trabajadores se han planteado la posibilidad de ser más productivos en el tiempo regular de su jornada, como táctica de permanencia en el empleo. Me pregunto también si las empresas mexicanas estarían dispuestas evaluar el buen desempeño de sus empleados, usando prioritariamente el criterio de cumplimiento de objetivos. Porque en todo caso, debemos reconocer que no sólo es un vicio de los trabajadores ¡también hay corporativos que premian a los presentistas!
¡Aquí estoy!
El presentismo no garantiza nada, ni siquiera el pago de horas extra. Si el dilema es demostrar que estás realmente comprometido con la empresa, pienso que existen otras alternativas más eficientes, por ejemplo:
  • puntualidad, en todo. Para la llegada a la oficina, el inicio de las juntas, comidas de negocios, llamadas y un largo etcétera
  • proactividad. Toma la iniciativa y no te quedes como simple espectador, si crees que algo puede mejorar, plantéalo
  • ética. El cuidado de los intereses de la empresa, como si fueran propios, siempre será una clara demostración de compromiso
  • comunicación. Procura mantener abiertos los canales de comunicación en todas las áreas, escucha con la misma atención a tus subordinados, colegas y al Director General
  • calidad. Busca que tu trabajo destaque por sus altos estándares de calidad. Presenta los documentos que te sean requeridos en orden, limpios y bien estudiados. Lo mismo aplica para los correos, revísalos antes de mandarlos. Las faltas de ortografía o dedazos denotan tu falta de cuidado y atención con el destinatario

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