martes, 20 de julio de 2010

LA ACTITUD POSITIVA. LA CIENCIA DETRÁS DE LA MAGIA.

LA ACTITUD POSITIVA. LA CIENCIA DETRÁS DE LA MAGIA.
Nos encontramos en un momento de nuestra vida crucial. No hemos propuesto algo, un proyecto, un objetivo. Lo tenemos clarísimo y sin embargo, nos asaltan las dudas, el miedo. Surge cualquier contratiempo, y de repente ya no lo tengo tan claro. Me asaltan las dudas, me entra miedo, me deprimo. Esto es el punto de vista, la forma en la que yo me posiciono ante mi realidad.

El punto de vista es la actitud con la que yo me coloco ante los acontecimientos internos y externos queu me ocurren. Por supuesto la actitud varia, y especialmente se ve bastante influenciada por los eventos externos. Esto es un automatismo. La actitud es perfectamente controlable por nosotros. De hecho desde niños, elegimos como nos enfrentamos a la vida.

Esta elección infantil no es consciente, es aprendida. Generalmente desarrollamos un punto de vista similar al de nuestro entorno familiar. Este puede ser desde que "consigo todo aquello que me propongo", hasta "el dinero es malo, y los ricos son maleantes". No es importante qué pienso, sino como afecta esto a mi vida. La influencia de nuestro punto de vista en lo que nos ocurre es total.

Un cuestión de actitud.
Miramos a nuestro alrededor y observamos que existen personas que sencillamente obtienen aquello que se han propuesto, esto no es una cuestión de suerte, ni de posición social, ni siquiera de inteligencia, es una cuestión de actitud.

Una persona que se dispone ante sí misma y ante los demás de forma segura, asertiva, directa, coherente y perseverante, con toda probabilidad obtendrá aquello que se proponga. Esto no solo viene definido por sus pensamientos y su visión del proyecto. Sino por todo el conjunto de señales que estos pensamientos dirigen hacia el resto de las personas, y que se materializan en una posición corporal, un cuidado personal, una forma de vestir, de hablar, de mirar a los ojos. Multitud de detalles que se engloban en lo que llamamos un actitud positiva.

Desde el momento en que uno piensa que algo, lo que sea "no es posible", olvidémonos de todo!, no va a ser posible de ninguna de las maneras, por la sencilla razon, de que esa persona ni siquiera se va plantear llevarlo acabo. Luego aquello, directamente no existe.
Si has pensado que es posible, es porque es posible.

Antes de tomar ninguna acción, hemos tenido en nuestra cabeza pensamientos sobre aquello, sentimientos que los acompañan y creencias que los respaldan. De tal manera, que aquello, que esté en nuestra cabeza, sea lo que sea, se materializa.
Si yo pienso, "dios mio!, voy a quedarme sin dinero" efectivamente esto ocurrirá, porque yo ya me ocuparé de forma consciente e inconsciente de posicionarme en esta realidad que yo ya he creado en mi mente. Quizás gaste más de lo necesario, quizás no busque recursos, es indiferente como sea, haré realidad esto.
Del mismo modo, si pienso que no sé como pero "encontraré los recursos que necesito para hacer todo lo que me he propuesto", mi mente, mis sentimientos y mi creatividad se disponen a encontrar ese camino. Mis herramientas internas han sido dispuestas en una dirección: encontrar la solución, encontrar recursos.


Una cuestión de confianza.
Confiar en algo es creer que eso va a ocurrir así. Es tener la certeza de que va a ser. Esta certeza, esta confianza es lo que hace que las cosas se materialicen. Y no importa la naturaleza de las cosas: si son positivas o negativas. Es esta fe, esta confianza en que serán lo que las materializa.

Este mensaje es algo universalmente conocido desde los tiempos de los tiempos. Lo se!. Pero entonces, la pregunta es: ¿por qué no me salen las cosas como quiero?
Y la respuesta es: Claro que salen como quieres. De hecho salen exactamente como las estas pensando. El meollo del asunto es: ¿En que estas pensando?!!!


El mecanismo de la confianza.
Cada uno de nosotros tiene una determinada actitud y respuestas ante la vida. Una manera de enfocarse ante las dificultades, los deseos, las personas. Esta actitud, como hemos dicho, es aprendida. ¿cómo la aprendemos?

En el periodo infantil un niño, aprende a responder ante las experiencias de determinadas formas. Esto son fórmulas, que para el niño funcionan. Por ejemplo, si un bebe llora, y obtiene así comida, amor y cuidado. Aprende rápidamente el llanto como fórmula para obtener cosas. El llanto se irá así, desarrollando en otras respuestas más complejas a medida que aprenda a hablar. Entonces quizás descubra que si se enfada, sus padres responden y le otorgan lo que ha pedido. Y asi sucesivamente elaborará respuestas que para él funcionen, porque con ellas obtiene lo que se ha propuesto.

Si un niño, llora, y le ignoran, entonces elaborará otra respuesta. Quizás, si esta quieto, callado, y tranquilo obtiene comida y cuidado. Desarrollará entonces otro tipo de formulas para obtener sus objetivos. Esto va generando una actitud.

Las respuestas del organismos, por naturaleza tienden a automatizarse. Existen acciones que son automáticas desde el primer momento, como la respiración, el latido del corazón, y un largo etcétera. Pero en el ser humano, la automatización es una forma de trabajar del cerebro, que le permite incorporar nueva información y desarrollarse.
Acciones como conducir, escribir a máquina, y otras, en un primer momento se aprenden y se practican de forma consciente, hasta que se incorporan y se pueden hacer mientras hacemos otras cosas, como hablar.
Este mecanismo es para todo.

Las formulas que desarrollamos para enfrentarnos al mundo, son también automáticas. Y son así, porque las repetimos tantas veces, que al final nos salen solas. Así si yo, he automatizado el enfado como una forma de enfrentarme al estrés, cuando me estreso sin pasar por la conciencia, me sale el enfado.
Esto tiene su explicación biológica en la naturaleza de las neuronas. En el cerebro, las neuronas trasmiten mensajes quimicoeléctricos. Estos mensajes forman caminos en el cerebro, porque pasan por ciertas neuronas, estos caminos se van afianzando, y se van haciendo más fuertes, se hacen automáticos, porque las propias neuronas desarrollan más conexiones entre ellas, a medida que se ejercitan las mismas respuestas.
Cada respuesta tiene por así decirlo un camino neuronal, que si utilizamos a menudo se acaba haciendo una autopista. Es automático.

Esto aunque no lo parezca son excelentes noticias. Dado que el cerebro, es capaz de desarrollar infinitos caminos neuronales, infinitas respuestas diferentes. Que si repetimos, se hacen automáticas. Es decir, nosotros podemos decidir cuales son nuestras respuestas automáticas. En otras palabras, somos capaces de modificar no solo nuestras respuestas, sino nuestra actitud.


La confianza se halla en estas autopistas neurales.
Confiamos y creemos en estas autopistas neurales. Ellas son la base de nuestra conducta y de nuestra visión del mundo. Lo cual también significa, que es posible construir nuevas autopistas neuronales. Y que las antiguas vayan desapareciendo. Porque del mismo modo que por su uso cotidiano se construyen conexiones entre las neuronas, su desuso, disminuye estas conexiones.

Estas autopistas neuronales, por su parte se caracterizan en que, primero, tengan una lógica interna y un sentido para nosotros. Y segundo, en la repetición. Luego para manejar la actitud sabemos que necesitamos que nuestras respuestas tengan un sentido interno para nosotros, y repetirlas.

Cómo se crea la actitud.
Como ya hemos dicho, a través del aprendizaje en la infancia vamos construyendo una visión de la realidad, y unas respuestas que para nosotros se adecuan a esta realidad.
Asimismo, a lo largo de nuestra vida, vamos aprendiendo nuevas respuestas a nuevos estímulos externos, el resto de las personas y la información que nos llega continuamente del exterior va conformando esta actitud.

El carácter personal, la materia prima de la que estamos hechos es otro de los elementos que conforma esta actitud. Es obvio que un carácter fuerte no se enfrenta ante el mismo problema de la misma manera que un carácter débil. El carácter no se hace, se nace con él. Las circunstancias desarrollarán ciertas cualidades o no, pero estas cualidades son innatas, se pueden potenciar o se puede reprimir, pero estarán ahí siempre.
Existen personas que de forma innata son dominantes, y otras que son más sumisas. Pedirle a alguien dominante que dependa de otro, es intentar domesticar a un tigre, es posible tenerlo en casa, pero tendrá que estar encerrado en una jaula, porque su instinto saldrá en algún momento.
Existen personas que físicamente son más fuertes que otras, psicológica y físicamente, y este hecho puede modificarse pero solo hasta ciertos límites. Lo importante, no es intentar cambiar la naturaleza de la que uno está hecho, si no potenciar al máximo nuestras cualidades. Esto es una actitud.

Para cambiar el mundo, sólo necesitas cambiar la forma en la que lo miras.
Sabemos que una actitud positiva funciona. Y es la única manera de alcanzar aquello que nos hemos propuesto. Saber que es posible y confiar en que va a ser posible. Incluso a pesar de que nos hayan dicho de niños que esto no es así.

Lo que pensamos se materializa en como llevamos nuestro cuerpo, en qué estado está la ropa que nos ponemos, en cómo nos vestimos, como hablamos, etc. Todo esto son mensajes para el mundo, que vuelven a nosotros en forma de estímulos, de reacciones de las otras personas, de proyectos que se materializan, de situaciones. Atraemos aquello que está en nuestra cabeza, luego, para atraer aquello que queremos tenemos que elegir lo que queremos, y mantener esos pensamientos.

Pensar en lo que no queremos, es atraerlo a nuestra vida. Una verdad universal que ha sido divulgada hasta la saciedad, desde la autoayuda hasta las religiones.
Lo que creas es lo que encontrarás.

Por tanto, el quid de la cuestión se trata en mantener la actitud correcta para que nos suceda aquello que deseamos. Porque mantiendo esa actitud generamos las autopistas neurales que necesitamos para llegar a nuestros objetivos.

¿Y como se hace esto?.
- Recuerda, recuerda y recuerda. Recuerda a cada momento como quieres pensar, qué es lo que quieres atraer y no te salgas de ahí, bajo ningun concepto. Cada vez que das entrada al desánimo, a la desconfianza, a la duda, ese camino neuronal se refuerza. Cuanto más pienses y evoques aquello que deseas esos caminos neurales se hacen automáticos, de forma que llegará un momento en que no necesites hacer ese esfuerzo.

- Para recordar, es necesario prestar atención a lo que se está pensando. Si nos abandonamos a los automatismos entonces nuestra vida seguirá exactamente igual que hasta ahora. Prestar atención es algo que también hay que recordar, y para ello existen técnicas conocidas por todos, que lo que hacen es ejercitar esta atención. El yoga, el chi kung, el taichi, cualquier trabajo mental que requiera la concentración sobre un punto desarrollará nuestra disciplina mental.

- Perseverar. Ser constante, persistente, mantener la visión ante la adversidad es lo que ha hecho que miles de personas a lo largo de la historia hayan alcanzado empresas que parecían imposibles. Sencillamente han confiando en que eso iba a ocurrir, y los obstáculos eran eso, obstáculos; no pruebas fehacientes de que aquello no iba alcanzarse. Aquí se encuentra la verdadera dificultad de la actitud positiva. Seguir en esta actitud aunque los elementos estén en contra. Pero es esta perseverancia la que genera las soluciones, y es esta perseverancia, la que triunfa en la naturaleza, porque deja siempre abierta la posibilidad a una solución, que antes no existía.
Una actitud positiva es crear donde antes no existía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario