martes, 7 de mayo de 2013

Una mirada de los negocios internacionales a través del principito


Negocio procede del latín negotium, un vocablo compuesto por nec y otium que puede traducirse como “lo que no es ocio”. El término, por lo tanto, permite hacer referencia al trabajo u ocupación que se lleva a cabo con fines lucrativos.
El adjetivo internacional, por su parte, está vinculado a aquello perteneciente o relativo a dos o más países, a una nación distinta de la propia o que ha trascendido las fronteras nacionales.
Los negocios internacionales, en definitiva, abarcan a las actividades comerciales que se desarrollan en más de un país. El concepto incluye las transacciones gubernamentales y las transacciones privadas. Por ejemplo: “Nuestra empresa está abocada a los negocios internacionales: ya tenemos presencia en cinco países”.
El crecimiento demográfico y su creciente necesidad de consumismo han sido algunos de los elementos que motivaron a los gobiernos a modificar sus leyes internas para celebrar tratados comerciales de carácter internacional.
El cuarto planeta estaba ocupado por un hombre de negocios. Este hombre estaba tan abstraído que ni siquiera levantó la cabeza a la llegada del principito.
—¡Buenos días! —le dijo éste—. Su cigarro se ha apagado.
—Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días! Quince y siete, veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf!
Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.
—¿Quinientos millones de qué?
Aunque todo se inició hace miles de años, el hombre de la era neolítica dio origen al intercambio comercial a través del excedente obtenido mediante la aparición de la agricultura y la ganadería, toda vez que se producían bienes que no necesitaban consumirse. Gracias a éste excedente un grupo de personas no requerían dedicarse a la agricultura y la ganadería y podían dedicarse a producir productos manuales como la cerámica e intercambiarlo con el agricultor y el ganadero.
Actualmente las barreras comerciales han sido derribadas a través de los pactos y tratados internacionales, logrando consigo la unificación de los mercados y las economías globales, por lo que es un hecho que los empresarios nacionales deben prepararse a conciencia para soportar la voraz competencia que se vive en la actualidad, pues si bien es cierto que las necesidades de consumo se ha incrementado así la competencia, es por ello que se sugiere mejorar las estrategias de producción elevando los estándares de calidad para posicionar los productos mexicanos ante los ojos del entorno socioeconómico internacional.
"Es una cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta. Hay que dedicarse regularmente a arrancar los baobabs, cuando se les distingue de los rosales, a los cuales se parecen mucho cuando son pequeñitos. Es un trabajo muy fastidioso pero muy fácil".
Y un día me aconsejó que me dedicara a realizar un hermoso dibujo, que hiciera comprender a los niños de la tierra estas ideas. "Si alguna vez viajan, me decía, esto podrá servirles mucho. A veces no hay inconveniente en dejar para más tarde el trabajo que se ha de hacer; pero tratándose de baobabs, el retraso es siempre una catástrofe. Yo he conocido un planeta, habitado por un perezoso que descuidó tres arbustos…"

Conclusión

Debemos estar preparados para los nuevos cambios que se ven llegar, no hay que dejar pasar por alto ninguno de los entornos que se nos presenten, principalmente cuando de comercio internacional hablamos, toda vez que la historia ha mostrado que no ha habido barrera que permanezca por siempre, es por ello que debemos prepararnos para las nuevas formas de comercializar, pues así como se derriban en el exterior así se derriba en casa y como empresarios demos mejorar nuestra calidad, así como los costos de producción entre otros, no sea que en una de esas venga un extranjero a comerse el mercado.

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