Una experiencia absolutamente necesaria para que el empresario familiar pueda llegar al éxito es el fracaso. Los descalabros son la chispa que enciende el motor del éxito. El empresario que no conoce el fracaso no puede saber lo que es el éxito.
Las empresas que logran un éxito espectacular algún día sufrieron un fuerte revés en el mercado. Lo importante no es evitar los fracasos sino enfrentarlos y actuar oportunamente. El reto es aprender de nuestros errores para no repetirlos y seguir adelante con nuevos bríos por nuevos caminos.
Los empresarios que han sabido sobrepasar los fracasos logran un éxito más estable y duradero. La realidad de la empresa familiar pasa necesariamente por altas y bajas, saber aprovechar los picos y salir de los sótanos es el secreto del éxito.
Los grandes triunfadores son los empresarios que fracasaron una, dos, tres o más veces y siempre se recuperaron y los superaron como los buenos boxeadores. Thomas Alva Edison se pasó años tratando de crear el foco hasta que lo logró; Mahatma Gandhi inició su misión como pacifista en Sudáfrica y no logro avanzar, hasta que regresó a su natal India, comenzó su carrera hacia la independencia de su país. En México, tenemos muchos casos de empresarios familiares que han logrado el éxito después de muchos fracasos.
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