sábado, 26 de mayo de 2012

Seis niveles de escucha para relacionarse mejor


Saber escuchar es vital para acercarnos a los demás y para evitar inconvenientes. A mayor nivel de escucha, mayor calidad en tus relaciones interpersonales.
Aquí tienes los seis niveles con los que puedes agudizar tu oído y engrandecer tus vínculos:
1er nivel: Entendido: Sólo habrás participado en una conversación si efectivamente entiendes lo planteado en ella. Y si estás ausente, ¿con quién te relacionaste?
2do nivel: Atendido: Quien escucha genera vínculos constructivos. Nadie querrá relacionarse contigo si no se siente atendido por ti.
3er nivel: Respetado: ¿Quieres respeto?, empieza por respetar. Tu capacidad de escuchar es directamente proporcional a tu capacidad de generar respeto.
4to nivel: Confiado: La mayor cualidad que esperamos de una persona de confianza es lógicamente la escucha y es la gran dificultad para conseguirla.
5to nivel: Cercano: No hay solidez sin cercanía, y nuestra capacidad de estar cerca de los demás depende absolutamente de nuestra capacidad de perfeccionar la escucha.
6to nivel: Calidad humana: Escuchar es la mejor forma de demostrar solidaridad, interés de servir, de ayudar al prójimo.
Los seis puntos anteriores se caen de Perogrullo, sin embargo, la mayoría de las personas se dedican con ahínco a hablar sin antes haber aprendido a escuchar, que es como querer correr sin saber caminar.
Por otra parte, debemos comprender que es un hábito a adquirir, hasta el punto de hacerlo instintivamente, sin ponderar, sin dudar, sin razonar si debemos o no escuchar al otro, sino simplemente escucharlo. Es en definitiva, como todos los hábitos, una actitud, y como tal podemos, en mayor o menor grado, hacerla propia o ignorarla.
Por último, se debe tener claro que por su naturaleza, escuchar siempre será básico para adquirir todos los demás hábitos. Es pilar, es fuente, es plataforma de impulso hacia una sólida estructura de excelencia.
Sólo piensa cuánto más de riqueza espiritual obtendrás con la simple actitud de prestar oído a tus seres queridos, familiares, amigos, compañeros, en fin, a toda persona que roce tu existir.
Sólo entendiendo al otro lograrás verte como su propio reflejo”.

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