miércoles, 11 de agosto de 2010

Líderes innovadores

Un odontólogo de mucho éxito me dijo en una ocasión que muchas personas se hacen dentistas para ganar dinero rápidamente y luego, pasar al negocio de los restaurantes, o al de bienes raíces, que es donde hacen dinero de verdad.

Los jóvenes escritores y pintores no se conforman con practicar y perfeccionar su arte. Ahora quieren ver y ser vistos, entran en las ruedas del negocio y están tan obsesionados con la cuenta de resultados, como lo están los directivos de IBM. Los tratos que hacen para la publicación de un libro son mucho más importante que el propio libro, y la portada de la última revista más popular es más deseada que una buena crítica especializada.

Los profesores que antes mostraban un cierto interés por la enseñanza, ahora están más interesados en las negociaciones comerciales: para sus libros, para las apariciones en televisión, para sus consultorías, para la conferencia en la exposición internacional... dejando la enseñanza en manos de sus asistentes.


Es evidente que el caos nos está dominando. Se necesitan innovadores, nuevos líderes para establecer el orden; lo cual no significa -bajo ningún concepto- obediencia, sino progreso, crecimiento y cambio. Debemos comenzar a utilizar nuestras propias máquinas, en vez de ser utilizados por ellas. Ha llegado el momento de comenzar a controlar los eventos en vez de ser controlados por ellos.

El cambio se produce de muchas maneras. Con frecuencia, los líderes innovadores deben enfrentarse al desafío que implica el hecho de iniciar el cambio y convencer a quienes, simplemente, no lo consideran necesario. Pero...¿cómo podemos identificar y desarrollar a estos innovadores? ¿Cómo podemos impregnar las instituciones, las organizaciones y las profesiones con esta nueva formación?

Los innovadores, como todas las personas creativas, ven las cosas de forma diferente y tienen formas originales de pensar. Tienen contactos útiles en otras áreas, otras instituciones; muy raras veces son considerados buenos "para la organización" y con frecuencia se les percibe como "irresponsables" y "creadores de problemas". Los verdaderos líderes no sólo son innovadores, sino que además, hacen todo el esfuerzo necesario para localizar y utilizar a otros innovadores que ya tienen éxito. Los líderes innovadores crean un clima en el que la sabiduría convencional puede ser cuestionada y desafiada; un clima en el que los errores se asumen, en vez de esquivarlos en aras de la seguridad y de los objetivos de bajo riesgo.

En términos generales los cambios fundamentales se producen muy lentamente, ya que lo usual es que quienes poseen poder no poseen los conocimientos y, quienes poseen conocimientos no poseen el poder. Cualquier persona que tenga un auténtico conocimiento de la historia -y del mundo tal como es, hoy en día- podría rediseñar la sociedad y formular un nuevo paradigma en sólo una tarde de trabajo... Pero, convertir la teoría en hechos, podría exigirle la dedicación de toda su vida.

Aún así debemos hacer el intento, ya que son demasiadas las organizaciones y ciudadanos que están encerrados en roles y prácticas que sencillamente no funcionan. Los verdaderos líderes innovadores trabajan para ganar la confianza de sus constituyentes, comunicar su visión con lucidez y, en consecuencia, implicar a todo el mundo en el proceso de cambio.

Si pudiese, la mayoría de las personas seguramente cambiaría sus vidas de forma dramática, ya que consideran que ciertos factores intangibles, tales como el respeto de sí mismos, el afecto y la aceptación, son más importantes que el estatus, el dinero y el poder. No les agrada la vida que llevan hoy, pero no les resulta fácil cambiarla.

Es evidente entonces la necesidad de nuevos líderes innovadores, que estimulen e inspiren las vidas de aquellos que tienen voluntad de cambio, pero necesitan el estímulo y la iniciativa que encienda su potencial dormido.

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