lunes, 16 de agosto de 2010

Motivación de rutina

Muchas veces decimos que nuestro trabajo no nos motiva, porque es "rutinario". Pensamos que si nos dedicáramos a algo más "estimulante", seguramente lograríamos sentirnos más motivados. Ciertamente, la rutina desmotiva. Pero tarde o temprano, todos los trabajos -incluso aquellos que nos parecen más divertidos, o apasionantes- terminan siendo "rutinarios".

Por ejemplo, tal vez pensemos que es muy divertido realizar una película de dibujos animados. Sin embargo, las personas que trabajan en un estudio de animación no tienen -precisamente- un trabajo "apasionante". Por lo general, un animador pasa ocho horas diarias frente a una computadora, ajustando el movimiento de la aleta de un pez, o el color de un fondo. Este animador recibe instrucciones exactas y detalladas sobre su trabajo y debe someterse a una estricta rutina de micro-tareas que -para muchos de nosotros- resultaría exasperante.

Analicemos ahora el trabajo de un grupo de música. Todos consideramos que los músicos tienen un oficio tan "artístico", que pueden expresarse libremente. Pero coloquémonos en el lugar de un violinista de una orquesta sinfónica. Esta persona debe responder directamente a la cabeza de su sección, el primer violinista, quien le dirá exactamente cómo mover el arco, tal como al resto de los violinistas. También debe obedecer al director de la orquesta, interpretar un tema que él no escogió y vestirse como le indiquen. Tiene cronometrado el número y duración de los ensayos y hasta los horarios para ir al baño.

Estas rutinas son bastante más estrictas de las que vivimos muchos de nosotros en nuestros trabajos. Sin embargo, a pesar de verse enfrentados a semejantes pautas y estructuras de trabajo, tanto el creador de dibujos animados como el músico, están motivados. ¿Cómo lo logran en sistemas tan rígidos y ante labores tan repetitivas?

Los líderes de estos equipos de trabajo motivan a las personas, brindándoles periódicas oportunidades para apartarse de la rutina y hacer algo creativo. A continuación, comentamos algunos procesos instituidos por el director de una prestigiosa orquesta de cámara y por el director de arte de una compañía de animación, para sostener la motivación de personas enfrentadas a trabajos rutinarios:

Salirse del programa: el director de la orquesta sinfónica de San Francisco brinda a los músicos la posibilidad de organizar un programa diferente al oficial y ejecutarlo antes del concierto central, o en otras presentaciones. Esta actividad "fuera de programa" permite a los músicos ejercitar con libertad su creatividad, tanto en la elección del repertorio como en su interpretación. Desde hace más de diez años, los músicos arman "mini orquestas" que se presentan en escuelas, hospitales, centros comerciales, etc... con programas especiales.

Un estudio de animación de Hollywood organiza por cada largometraje, un concurso interno de cortometrajes, en el que cada animador diseña un personaje y una historia propia y compite con su idea original frente a otros colegas. El ganador recibe como reconocimiento la oportunidad de mostrar su trabajo en el material extra de la película en su edición en video, o como corto previo a la proyección en cines.

Ser escuchados: en la orquesta de San Francisco se establecen mensualmente comités creativos, donde los músicos se reúnen con el director y las autoridades para discutir cuestiones artísticas y proponer ideas para futuras presentaciones. En estas reuniones, se concede a cada músico un tiempo exclusivo para exponer su propuesta y ejecutarla. Muchas de las innovaciones en las presentaciones oficiales de la orquesta, surgen de estos encuentros.

Lucirse individualmente: cuando la creatividad se reconoce más como una labor de equipo que como un talento individual (cosa que sucede en una orquesta y en la producción de un largometraje), las personas suelen sentirse "opacadas" por el grupo. Para evitar esto, en la empresa de animación se otorga un espacio individual, para que cada miembro del equipo se sienta "estrella por un minuto". Por ejemplo, se le da la oportunidad de mostrar y explicar su trabajo en un video institucional, en entrevistas ante los medios, o en la página web de la compañía. Por su parte, en los conciertos de la sinfónica de San Francisco, se venden discos con interpretaciones individuales. Estas formas de exposición individual tienen mucho impacto en la autoestima de las personas, quienes dejan de sentirse como "parte de un engranaje" y se ven como profesionales valiosos, cuyo talento vale la pena mostrar.


Estas recomendaciones pueden parecernos aplicables sólo en organizaciones muy "artísticas" como una orquesta, o la producción de una película. Pero las mismas pueden servir de inspiración para todo tipo de trabajo. Apelando a la creatividad, cualquier líder de equipo -o gerente- puede motivar a su personal. Sólo necesita instituir procesos que permitan a las personas apartarse periódicamente de la rutina.

La motivación no depende tanto de la naturaleza de una labor, sino de las oportunidades que tengan las personas para hacer cosas diferentes, para demostrar su talento individual y para sentirse reconocidas. Romper la rutina con procesos creativos que motiven a las personas, debería ser -para todo líder- un trabajo... de rutina!

No hay comentarios:

Publicar un comentario