sábado, 7 de enero de 2012

El poder de las preguntas correctas

Digamos que, como manager o supervisor, usted descubre que alguien ha cometido un error que le costó a su departamento muchísimo dinero... Bajo este escenario, las siguientes preguntas podrían perfectamente salir de su boca, ya que usted se siente frustrado, sorprendido, desilusionado... o colérico!

"¿Por qué no siguió el procedimiento? ¿Cómo dejó que esto pasara? ¿Por qué decidió esto por su cuenta, sin consultármelo? ¿Usted piensa que el manual de procedimientos fue escrito para todos, excepto usted?"
¿Qué resultados puede esperar de tales preguntas?
Ahora imagine que, como padre, descubre que su hijo adolescente fue a una fiesta a la que usted le había prohibido asistir... Otra vez estas preguntas estarán allí, esperándole:

"¿Por qué decidiste ir, cuando te había dicho expresamente que no fueras? ¿En qué estabas pensando? ¿Pensaste que no me daría cuenta?"
Si usted hizo preguntas como estas,
ya sabrá lo que habitualmente sucede...
O suponga que había decidido no discutir más con su pareja. Pero justo en medio de una conversación, se encuentra discutiendo cada uno de los puntos. Usted se pregunta "Por qué hago esto? ¿En qué estaba pensando?"
¿Obtuvo alguna vez una respuesta que lo iluminara?
Las preguntas que son automáticamente generadas por el miedo; la frustración; la ira; la desilusión; el dolor, o la sorpresa, tienen casi siempre el propósito de "hacer sentir culpable" al supuesto causante de tales emociones (o sea, la otra persona). Estas preguntas le garantizarán discusiones cada vez mayores, alta presión arterial, relaciones dañadas y resultados pospuestos. Si en las situaciones antes mencionadas, hacer sentir culpable al otro fue su primera intención... ¿cuáles eran sus intenciones a largo plazo?

Si usted es como la mayoría, seguramente tiene la intención de continuar con la otra persona, de resolver el problema que les concierne, de aprender y crecer de los errores, y de que la otra persona también aprenda. Tiene la intención de que esa relación "funcione" y que confíen el uno en el otro. La intención de satisfacer sus necesidades y de ayudar al otro a conseguir las suyas. En algunos casos, también tiene la intención de verificar ciertos roles (por ejemplo, el de jefe o padre).

Cualquier pregunta que estimule, inspire y provoque creatividad, visión, aprendizaje, o resolución de problemas es una "pregunta poderosa". Este es el tipo correcto de preguntas a hacerse, cuando usted no obtiene los resultados esperados. Ellas ponen un punto final a los juegos, las manipulaciones, los castigos y las culpas. Las preguntas poderosas son algunas veces difíciles de preguntar, y aún más difíciles de responder...

A continuación, presentamos algunos ejemplos de "preguntas poderosas", para las situaciones antes mencionadas:

Para el manager:
¿Qué piensa que puede hacer para resolver este problema?
¿De qué manera ve que este error pueda ayudar a otros en el departamento?
¿Qué le impidió seguir el manual de procedimientos?
¿Si tuviese que hacerlo de nuevo, qué cosas haría diferente?
Para el padre:
¿Que obtuviste al ir a esa fiesta?
¿Hay algo que yo debería saber, que te impidió seguir mis instrucciones?
¿Cuándo decidiste que yo no había dicho "No"?
¿Sabes cómo decir "No" a tus amigos? Si lo sabes, ¿cómo lo dirías la próxima vez?
Para uno mismo:
¿Qué deseo exactamente ahora?
¿Diciendo esto me acerco a lo que quiero?
Lo que estoy haciendo...¿ funciona?
Si supiera cómo dejar de discutir con mi pareja, ¿qué debería decir ahora?
La mejor manera de ver el poder de las preguntas correctas es observar primero las incorrectas. Remarque que estas últimas empiezan con "¿Por Qué?" En cambio, las correctas empiezan con "Qué, Cómo, Cuándo..". Exigen pensar, recordar y también una cierta introspección. No buscan que la otra persona se ponga a la defensiva.

Cuando formule preguntas poderosas, es imperativo centrarse en las intenciones a largo plazo y mantener una postura (física y mental) calma, curiosa y neutral. Y es muy importante esperar las respuestas... ¡Podrían sorprenderle!

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