lunes, 12 de marzo de 2012

NUNCA VIVAS TU VIDA EN ESPERA DE QUE OTRO LA VIVA

 Viviendo a través de Terceros
Quizás uno de los comportamientos más nocivos que bien quedarían en la “lista de las conductas destructivas” está el hecho de “esperar”, de persistir en la idea esperanzada en que alguien hará por nosotros algo que seguramente nos beneficiará y entonces por esa ayuda sentarnos a esperar que salga el sol.

En muchas ocasiones he visto personas en alguna situación en particular (buscando trabajo, necesitando dinero, queriendo mejorar sus ingresos, reconstruir una relación debilitada o dañada y tantas más) esperando los oficios de alguien que le dijo que le ayudaría a arreglar la circunstancia por la cual pasan en el momento. Y allí con la esperanza ilusoria de la intervención “divina” de alguien más, se sientan mientras el tiempo pasa haciendo lo que sabe hacer cuando los días, meses y años se acumulan, haciéndonos vivir de las consecuencias de nuestras decisiones y en este caso de nuestras omisiones y que usualmente es el deterioro por no hacer nada.

A veces y en esas esquinas en las que nos encontramos en la vida cuando aparece alguien que nos dice “voy a ayudarte” dejamos caer tal vez inocentemente en los hombros de ese samaritano, no sé si buen o mal samaritano, la responsabilidad de nuestro afán y preocupación y simplemente nos estancamos en la espera que ese fulano nos preste la ayuda que nos prometió.

¿Qué hay de nociva en esta conducta? Básicamente que paraliza. Paraliza por estar esperando creyendo que esa persona tiene la llave mágica que abrirá la puerta de las fuentes inagotables que nos dará eso que tanto necesitamos.

A lo largo de mi vida he aprendido por experiencia personal y la de muchas personas que conozco que NADIE VA A VIVIR POR NOSOTROS NUESTRA VIDA, que el primer y único doliente de nuestra existencia somos nosotros mismos, básicamente porque es nuestra necesidad y no la de alguien más vivir nuestra vida.

A nadie le debe importar más la vida propia que al mismo dueño de esa existencia.

Solicitar ayuda es natural. Pero es antihumano quedarse esperando en la ayuda solicitada. No te detengas, continúa. Si estás buscando trabajo y alguien te prometió ayuda, ¡Excelente! Agradece y espera qué pasa, pero mientras esperas ¡¡¡NO DEJES DE BUSCAR!!!

La responsabilidad de la vida tuya es eso, TU REPONSABILIDAD. Toda la ayuda es bienvenida, pero eso no te excluye de vivir tu vida. No debes detenerte por eso. Deja de vivir bajo la sombra de alguien u otras personas con la idea esperanzadora de que ya te van a ayudar. La celeridad en las acciones claves para mejorar tu vida la pones tú, por la única razón que a nadie más le importa tu vida de la forma en que te debe interesar a ti.

“Hay que aprender a esperar, pero hay que esperar haciendo” si te quedas sentado al pie del teléfono esperando la llamada de alguien que supuestamente te va a cambiar la vida es muy probable que te quedes allí, esperando, frustrado, defraudado.

Ten presente que a nadie más le debe importar tu vida de la manera en que te debe importar a ti. En ese sentido, ¡MUÉVETE!, Haz que las cosas sucedan. No toques una sola puerta esperando a ver qué sucede. ¡No! Toca todas las puertas, toca las ventanas, muévete siempre. Alguna se abrirá. Pero no dejes de hacerlo.

Es angustiante por demás escuchar personas con diversidad de talentos esperando el auxilio de alguien que les tendió la mano cual estatuas con la idea de que ese auxilio no sólo llegará sino que les cambiará la vida.

Me gusta muchísimo como lo plantea Theodore Roosevelt:

“El mérito corresponde al hombre que de verdad está en la arena, que se mancha la cara de polvo, sudor y sangre; que lucha con gallardía; que yerra, que se queda corto una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error y carencia; pro que en el fondo se afana por hacer lo que hay que hacer; que conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones; que se vuelca en una causa que lo merece; que en el mejor de los casos conoce al final el triunfo del logro elevado y, en el peor, si fracasa, al menos fracasa con osadía, de tal modo que nunca compartirá lugar con aquellas almas frías y apocadas que no conocen ni la victoria ni la derrota”.

¡Tener paciencia! Es un consejo tan mal interpretado que dudo que sea un buen consejo. Paciencia se asume como sentarse a esperar. ¡NO, NO y NO! Esperar es comprender que las cosas no se dan inmediatamente, que no es un acto de magia, que no es una situación que se va a materializar de la nada como en las películas de ciencia ficción. Paciencia significa que las cosas se darán en su momento producto de lo que ahora se está haciendo…Repito DE LO QUE AHORA SE ESTÁ HACIENDO, en otras palabras, La persona que trabaja incansablemente por aquello que desea, que el sudor baja por sus sienes, que los músculos de su existencia se templan y fortalecen en su cotidiano vivir, con una perseverancia férrea y tenaz, y que comprenden que TARDE O TEMPRANO las cosas se van dar, que entienden que no pasará de una vez, que comprenden que así son los ciclos de la vida entonces y sólo entonces allí hay paciencia. Lo demás es pura discursiva.

Esperar porque alguien más nos tendió la mano y en ese sentido esperar a que nos solucione la vida a parte de fantasioso, es atrevido.

No debemos nunca permitir que alguien más viva nuestra propia vida. Me refiero a que no podemos ser tan fantasiosos en el sentido que alguien más se va a apersonar tanto por nuestras propias situaciones como si fuéramos nosotros mismos.

Pedirle a alguien que lleve nuestras responsabilidades en sus hombros con la suposición que las va a asumir como si le fueran propias y en consecuencia las va a solucionar mientras estamos cómodos esperando que llegue con la solución total de nuestras circunstancias a las puertas de nuestro hogar es como dije hace un momento ATREVIDO.

Es importante que comprendamos que nuestra vida es NUESTRA VIDA, que si bien hay quienes nos pueden dar una mano ellos por más que deseen no pueden asumir en la totalidad la responsabilidad de nuestras situaciones, básicamente porque eso no es responsabilidad de nadie más, más aun cuando ese que nos tiende la mano también tiene su propia vida y difícilmente dejará su existencia por venir a vivir la nuestra.

¡Eso es absurdo!
Entiendo que habrá quienes den lo que sea por nosotros pero incluso eso no nos excluye de nuestras responsabilidades de vivir nuestra existencia, pues insisto ni siquiera el ser humano con el mejor deseo del mundo podrá evitarnos vivir cosas que la vida les tiene reservado a cada quien.

Nunca dejes de hacer, de buscar, de tratar, de intentar, de trabajar esperanzado en la ayuda que alguien te pueda proporcionar, sigue, continúa, muévete, agradece toda la ayuda que puedas recibir, pero la primera mano a la que debes apelar está al final de tu brazo.

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