sábado, 20 de octubre de 2012

La actitud positiva

En el mercado de trabajo es común ver avisos que resaltan “La Buena Presencia”, como un atributo muy importante, y por cierto lo es.

Buena Presencia y Actitud Positiva
El aspirante a un puesto de trabajo debe, entre otras cosas, cuidar el aspecto personal, como un detalle casi excluyente.

En algunos casos, como por ejemplo en el mundo de “la venta”, o en el área de comercio para ser mas preciso, se da mas importancia a la “Buena Presencia”, que a las virtudes curriculares del individuo.
Pero yo quisiera hablar de la Actitud, antes que de la “Buena Presencia”. Una “Buena Presencia” sin “Actitud”, lisa y llanamente no sirve.

Se entiende por Actitud, la acción misma.
En el campo laboral es más que importante que un empleado tenga una buena imagen, pero también es necesario que tenga la voluntad de realizar su tarea en forma excelente.

Aunque el camino de la excelencia sea largo y bastante empinado. Esta actitud positiva, lo impulsará a lograr objetivos y a sentirse bien dentro de su grupo de trabajo.

La forma de ver las cosas, el desenvolvimiento acorde, las decisiones acertadas, harán que la persona se sienta útil, participativa y ocupando un lugar destacado en la organización.

Vendedores con actitud positiva
El hecho de sentirse seguro y manejarse con cautela y con calma, en los momentos de mucha presión, hará que el trabajo del individuo sea más rendidor.

En el área comercial, o “mundo de la venta”, como yo le llamo, se ve claramente la diferencia entre las diferentes formas de abordar a un potencial cliente.

En ese momento, La Actitud Positiva, es primordial.
Existen vendedores que, aunque parezca mentira, no tienen una actitud positiva en el momento que asesoran a un posible cliente en la compra de un producto determinado.

No se convencen ellos mismos, de las bondades del artículo que están ofreciendo.
Y este comportamiento dubitativo es percibido de inmediato por la otra persona, que no se sentirá cómodo ni bien asesorado.

Esto influye negativamente en su exposición, ya que, el convencimiento del cliente indeciso será posible sólo si hay en el vendedor, una mentalidad positiva.

En este caso es casi seguro que el vendedor no cumpla con su objetivo: VENDER.

También están los vendedores que sí, muestran una actitud positiva al momento de hablar de los beneficios de lo que están ofreciendo.

Éstos, además de cuidar su presencia física y su buena imagen, tienen sumo cuidado en las palabras que emplean en el momento de asesorar
.
Mantienen un tono de voz medio, pronuncian cada palabra en forma clara y no bajan ni suben el tono abruptamente.
Tratan al cliente con amabilidad y deferencia.
No descuidan los buenos modales y mantienen un rostro relajado y sonríen cuando interactúan con el posible cliente.

Mantienen una postura corporal erguida, sin hombros caídos, y no arrastran los pies al caminar.
Se mueven con agilidad y sin torpeza.

Las palabras son dichas con suavidad y a la vez con firmeza, transmitiendo seguridad a quien los escucha.
Hablan con propiedad del tema que tratan y conocen al dedillo las bondades y carencias del producto que ofrecen.
No se extralimitan en el trato amable y son siempre corteses. Le brindan confianza a su interlocutor.
Dan consejos exactos y cumplen cuando dan su palabra.

Estas son algunas diferencias que hacen que el mismo trabajo, desarrollado por personas con diferente grado de motivación, de resultados diametralmente opuestos.

Ser positivo. Condición “sine qua non”
Es por eso que hago hincapié en LA ACTITUD POSITIVA, como arma indispensable en el logro de objetivos.

Si bien los otros atributos que posea la persona, como sus estudios, su experiencia, su idoneidad y su buena presencia; son muy importantes. Su actitud será determinante en el logro de sus metas.
Vivimos una época de muchísima competitividad en todos los órdenes.

Por tanto, un desarrollo de las capacidades personales, combinado con un alto grado de autoestima y conocimientos hará que las personas puedan destacarse en la actividad que realizan. Posibilitando esto, un gran sentido de autorrealización, que va a redundar no sólo en beneficios económicos sino, en un mejor desempeño y un mejoramiento de las relaciones laborales en todos sus estamentos. Se propicia de esta manera, la oportunidad de, ahora si, emprender el camino de la excelencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario