sábado, 20 de octubre de 2012

¿Mentir ayuda al cerebro infantil?


Un estudio reciente efectuado en la Universidad de Toronto demostró que los niños brillantes, es decir los que tienen excelente resultado académico habían comenzado a mentir desde los dos o tres años obteniendo como conclusión que la mentira se relaciona con el desarrollo de la función ejecutiva del cerebro.
El que tiene mejor desarrollo cognitivo tiene capacidad para ocultar pistas, por ende el pequeño que miente, debe saber cual es la verdad, o sea debe ser lo suficientemente inteligente como para poder “vender” una realidad alternativa y ser lo suficientemente convincente para que el otro adopte esta realidad.
El estudio consistió en realizar una prueba de honestidad, analizaron la conducta de adolescentes entre diecisiete y dos años, a quienes, les pidieron que no se fijen en el juguete que tenían a sus espaldas, los dejaron solos, y cuando volvieron a la habitación se les interrogo si habían visto el juquete, las respuestas fueron grabadas en un video.
Para elaborar una mentira se necesita varios procesos cerebrales, manipular datos, ingreso de fuentes de información, todo lo relacionado con el uso del pensamiento superior y el razonamiento.

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