viernes, 2 de agosto de 2013

CREENCIAS


 ¿Crees o confías, sabes algo por experimentación o por que te fue heredado, implantado? En muchas ocasiones confundimos estas dos palabras y en gran parte de los casos caemos en creer, que sólo es suponer. Creer es decir que sabemos por que sólo nos dijeron, más no lo hemos experimentado. La cualidad de la confianza trae un trasfondo mucho más profundo, puesto que nadie nos lo está imponiendo, somos nosotros mismos quienes buscamos la realidad de las cosas. Nadie abre la puerta por nosotros, nosotros somos los que nos aventuramos a abrirla. ¿Cuántas veces nos dieron las cosas por mandato y imposición? ¿Cuántas veces nos dijeron que teníamos que creer en algo a pesar de nuestras propias dudas y cuestionamientos? Te dijeron que tenías que creer en Dios, más no te dijeron que buscaras a Dios. Te dijeron que tenías que creer en una religión, más no te dijeron que experimentaras la que era más allegada a tus necesidades del momento. La iglesia a tendido a hacer esto por muchos años. Ha disfrazado la fe en creencias. Y es que no podemos confundirnos en esto, puesto que caemos en fanatismos. Gran parte de los problemas mundiales a través de los años, se los debemos a las guerras por defender nuestras creencias, siendo que cuando uno se libera de las creencias, personificamos a la confianza, que no tiene por que ser defendida. La creencia implica la discusión, la confianza implica el dialogo. Para qué defender con guerras eso que uno sabe que habita en todos nosotros; ya no tenemos que defender una creencia implantada, pues sólo esperamos a que el otro se dé cuenta respetando su propio proceso de experimentación. Obviamente que caemos en conflictos cuando defendemos algo que suponemos, puesto que entra la incongruencia y la duda. En cambio, todo se aclara cuando ya no suponemos, cuando lo experimentamos. De esta forma permitimos que en realidad entre la luz de Dios, de lo supremo, del universo; de como queramos llamarlo. Pues ya nadie abre la puerta por nosotros, nosotros somos quien la abre, quien se da cuenta donde está el cerrojo, y portamos la llave. Y es justamente esto lo que significa la maravillosa vibración de la confianza, de que ya no tenemos por que defender una creencia. Es entonces cuando se transforman las creencias en rituales. Es cuando de una u otra forma respetamos el ritual del otro para llegar a Dios, es cuando personificamos a Dios, y ya no nos interesa luchar por llegar a Dios, pues ya estamos con el, a base de nuestra confianza, más no de nuestras creencias. SUELTA TUS CREENCIAS Y PERMÍTETE PERSONIFICAR ESA CONFIANZA A TRAVÉS DE LA EXPERIMENTACIÓN. VERÁS QUE PRONTO BOTARAS TODO CONCEPTO, TODA FILOSOFÍA; SOLO SERÁS, ESTARÁS, CONFIARÁS. 

LOS CUATRO PASOS PARA CONFIAR EN VEZ DE CREER
1) ¡Date cuenta! Creer no es confiar, uno es suponer el otro es experimentar.

2) Suelta todo lo que te dijeron, lo que te implantaron y permítete conocer, buscar, experimentar. 

3) ¡Medita diario!, eso te da la posibilidad de conocer tu propio ritual para llegar a Dios y de igual forma sentirlo tan cerca que respetaras el ritual del otro.

4) No defiendas tus creencias, tu búsqueda es tan válida como la del otro. Para qué luchar por una manera de llegar a Dios, cuando tu puedes encontrar la tuya propia.

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