martes, 20 de agosto de 2013

Una persona con casta de líder no se rinde jamás.

Aún cuando todo parezca negro y las circunstancias adversas, depende de tí que encuentres la luz.
Al andar, un líder se puede encontrar con todo tipo de obstáculos, desde los más simples, hasta los más complejos.
Tal vez caminar en la obscuridad sea la etapa de transición más delicada por la que atraviesa un líder: no encuentras la respuesta que buscas, temes al rechazo, te preguntas si estarás en el camino correcto, si vale la pena o si lo que estás haciendo te conducirá al fracaso.
Estas sensaciones se refuerzan más si tu pareja, hijos, parientes o amigos dudan de tí y de lo que crees y buscas.
¿Qué hacer en estos casos? Te doy tres consejos:
1. Cree poderosamente en tu proyecto. Cuando crees en lo que estás haciendo, tendrás la capacidad de afrontar las peores críticas pero en el fondo sabrás que, a pesar de todo, sí es posible hacer realidad tu meta, proyecto o sueño.
Si eres vendedor, cree en tu producto como el mejor del mundo; si estás en una posición administrativa, ama ese proyecto que quieres implementar para provocar mejoras en tu departamento; si eres emprendedor, apasiónate por tu negocio, cómo mejorar tu servicio, cómo atraer más clientes.
2. Rodéate de gente positiva y optimista. Si tu círculo cercano de contactos está constituído por personas con creencias limitantes, que piensan que la carencia y la frustración es el estado natural de las personas, eres hombre muerto (o mujer muerta).
Nada más terrible que dejarse influenciar por personas limitadas. Ellas tendrán qué hacer su propia tarea para salir del pozo en el que se encuentran metidas, pero mientras tanto busca rodearte de personas alegres, que los problemas los vean como retos, que las adversidades las vean como maestros y que crean que no hay imposibles en esta vida.
3. Sé diligente. No te paralices. Siempre actúa. Sólo si eres diligente podrás encontrar el camino correcto, aquel que te acerque a lo que buscas con más rapidez. Cada paso dado será un paso que te acerque a tu meta. Pero si no lo das, si el miedo, el confort o la inseguridad te hacen quedarte dormido en tu cuarto, ¿sabes qué?… Tu sueño nunca dejará de ser eso: un sueño.
Nunca te rindas. La naturaleza del ser humano es evolucionar, cambiar, mejorar, tener éxito, aunque mires a tu alrededor y veas mucha gente que no lo logre. No es que no tengan la capacidad o tengan "mala suerte". Es que, simplemente, tienen qué aprender a superar sus propias limitaciones personales.
Pero si tú estás leyendo este post es que eres diferente. O quieres ser diferente. Quieres ser mejor. Es tu elección.
¡Estoy contigo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario