martes, 5 de abril de 2011

Como en la Torre de Babel, nadie se entiende.

Hemos escuchado la historia de la Torre de Babel, donde dicen el libro del Génesis, que en una época todo mundo hablaba el mismo idioma  y empleaban las mismas palabras, lo que facilitaba la comunicación,  todos se entendían hasta que los hombres de esa época decidieron construir una torre “cuya cúspide llegue al cielo”.  Cuando el señor bajó a ver la ciudad y la torre, decidió “confundir su lengua, para que ya no se entiendan unos a otros”.   Mas o menos así dice la narración,  donde no vamos a profundiaza, sino  solo a  retomar las palabras de  que los hombres ya no pudieron entenderse entre si pues hablaban diferentes idiomas.
En este caso es comprensible que no se entiendan unos a otros cuando hablan ya que su idioma es diferente. Pero cuando estamos con nuestra pareja, o nuestros hijos o incluso con nuestros padres, y hablamos el mismo idioma, utilizamos las mismas palabras, ¿entonces qué pasa? pues parece que hablamos otro idioma ya que no nos entendemos unos a otros.
Vamos a empezar por definir la comunicación: es un proceso por medio del cual se puede transmitir una información a otra persona, para esto es necesario exista un emisor, (el que habla) un receptor (el que escucha) un mensaje y un canal por medio del cual se transmite este.
Hasta aquí todo está muy bien y fácil, uno habla, uno recibe el mensaje, hay un canal de comunicación, pero a fin de cuentas no fluye la comunicación.
Se cumple con los requisitos básicos pero el mensaje que queremos transmitir, no es interpretado por la otra persona tal y como lo queremos comunicar.  Entonces ¿Qué ocurre?.
Hay varios factores que tenemos que tomar en cuenta, pero entre estos hoy vamos comentar cinco de los puntos  que son los más importantes a considerar cuando tratamos de comunicarnos con los demás.
El primero es que en cuando queremos trsansmitir algo, la persona que recibe el mensaje lo va a adaptar a su conveniencia, a sus creencias y a su historia personal, así que puede ser que lo que quisimos transmitir se malinterprete.  Entendemos lo que queremos entender, sobre todo si el mensaje no va completo o se percibe confuso: ejemplo: si yo digo: “Como me gusta el francés!”, (suponiendo un restaurante que se llama el francés)  mi interlocutor interpreta; ah de seguro se refiere a el idioma pues a mi me gustaría mucho estudiarlo. Y contesta: ah pues si quieres te puedo acompañar a inscribirte a la academia de idiomas yo tembien quiero estudiar francés.  Si yo hubiera dicho: “Como me gusta el restaurante el francés!”, el mensaje se hubiera entendido completamente sin distorsionarse según la interpretación del interlocutor. Es importante si no tenemos toda la información y se nos hace que no está clara,  simplemente preguntar antes de interpretar.  Ejemplo: a que te refieres, a el idioma? No me refiero al restaurante.
El segundo es que a veces las emociones que este experimentado el receptor puede alterar el contenido del mensaje. Por ejemplo: 
      Carmen: Voy a  ir de compras. ¿Necesitas algo?
      Jorge:     ¿Qué si necesito algo?..¿Por qué me lo preguntas? (tono enojado pues está enojado por alguna otra razón)
      Laura:      Orale bueno  Nada de lo que hago te complace, yo de buena gente que te invito….
      Jorge  escuchó ir de compras –y se acordó  que acababa de  ir a comprar todo lo que necesitaba y que se lo dijo a Carmen. Pero claro ella no escucha nada. Ahora Jorge  se siente irritado porque Carmen no se acordó.  Y piensa: como me hace enojar Carmen uff!!
      Si Jorge hubiera escuchado todo Carmen le tenía que decir, o bien si no le parecía un mensaje confuso, hubiera preguntado para ampliar la información, o para aclarar a que se refiere la persona que nos comunica,  habría habido una comunicación diferente, además  de que las emociones pueden alterar el mensaje en la comunicación.
       Laura:      Quiero ir de compras. ¿Necesitas algo?                                                        
      Jorge:       No. Hace dos días fui a comprar y ya tengo todo lo que necesito.  Gracias
      Laura:     Bueno, es que  hay una barata de zapatos en el centro comercial y quiero comprarme un par. No quieres venir conmigo?
        Jorge:   Está bien, te acompaño, a lo mejor encuentro un par para mi
El tercero es que cuando queremos comunicar, se nos olvida que un elemento muy importante es la escucha. Si no nos tomamos un momento para escuchar lo que quiere decir la otra persona, si no escuchamos lo que está entendiendo ante lo que le digo, si no escuchamos como se siente o lo que nos quiera re transmitir, nuestra comunicación se volverá como en la torre de Babel, como si todos hablaremos diferentes idiomas,  Nunca sabremos lo que la otra persona tiene que decir, o como se siente lo que a lo mejor cambiaría el rumbo de la comunicación.
El cuarto es que hay dos formas como comunicamos nuestro mensaje, uno es lo que decimos de manera oral y otra es con el lenguaje del cuerpo o el no verbal,  a veces decimos una cosa pero “sentimos” otra y el cuerpo no nos deja mentir, por ejemplo puedo decir que estoy muy contenta pero con los brazos cruzados, el ceño fruncido y la boca apretada, entonces vemos que no hay congruencia con lo que digo y con lo que siento. El  mensaje que envía nuestro cuerpo, nuestros gestos, son lo que en realidad sentimos.  Así que es importante buscar la congruencia.
El quinto es el más complicado, pues es cuando agregamos a esta fórmula  “nuestro Ego” entrando a jugar un papel relevante en la comunicación, solo vamos a querer hablar de lo nuestro, solo vamos a querer transmitir lo nuestro, solo vamos a querer tener la razón nosotros, y vamos a dejar de lado lo que entienda o lo que sienta la otra persona y por supuesto no nos vamos a interesar en escucharlos.
Cuando entra nuestro Ego va a ser difícil que nos responsabilicemos de nuestras emociones, y por consecuencia será común que culpemos a los demás de lo que nos pasa, o de cómo nos sentimos, como por ejemplo: tú me haces enojar, tú me pones triste, sin tomar en cuenta que solo nosotros tenemos el poder de nuestras emociones, no es el otro ni las circunstancias quien determina como me voy a sentir, sino mis elecciones. Además de que si entra nuestro ego, vamos a perder la capacidad de escuchar, no de oir, pues si vamos a poder percibir los sonidos que emite la otra persona cuando habla, pero sin la intención de comprender lo que dice, como si fuera en otro idioma  sin utilizar nuestra capacidad de  escucha  como un  comportamiento activo que nos lleve  a un acercamiento hacia la otra persona con la que estamos hablando.
Así que para mejorar nuestra manera de comunicarnos, es tan importante emitir el comunicado como el que  escuchemos  lo que el otro tenga que decir, tomando en cuenta como nos sentimos y poder  tener toda la capacidad de empatía para percibir como se siente el otro, y por ultimo asegurarnos que se reciba el mensaje  con la interpretación y la intención que yo deseo poner en mi comunicado por medio de escuchar al otro o simplemente preguntarle, parece fácil pero es cosa de ponerlo en práctica para irnos familiarizando con estos puntos de como le hacemos y de como lo podemos mejorar. El primer paso es la consciencia de la manera como lo hacemos.

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