sábado, 15 de octubre de 2011

EL VALOR DE TU EJEMPLO


Esta semana estoy dando una serie de conferencias en Coahuila para mujeres emprendedoras que están empeñadas en salir adelante a pesar de todas las dificultades que puedan encontrar en su camino, apoyadas e impulsadas por Compartamos Banco.
Esta institución ofrece desde los años 90’s  microcréditos a mujeres de limitados recursos, sin aval, sin mayores complicaciones, basándose en la confianza, en la buena voluntad. Un gran ejemplo. Un enorme apoyo para mujeres que no tienen a quién más recurrir. El éxito de Compartamos Banco ha sido tal que ya está empezando a ofrecer su apoyo a mujeres en Guatemala y en Perú, países con mujeres profundamente necesitadas de ésta ayuda.
En los últimos meses he estado viajando por diferentes estados de nuestro país, México,  conociendo grupos de mujeres que viven en ambientes rurales, semi rurales o urbanos, con distintos estilos culturales, nivel de estudios y actividad, sin embargo, hay una constante: todas ellas quieren progresar, quieren llevar a sus hogares un mayor beneficio económico, ya sea porque el marido está desempleado, porque gana muy poco, o porque simplemente no está presente (fue por cigarros y no volvió o se fué a Estados Unidos a trabajar y se quedó por allá). Y es muy triste ver cómo muchas veces sus hombres desprecian su esfuerzo y las acusan de “creerse más que ellos”.
 Reflexiono junto con ellas cómo hoy en día la mujer tiene un rol mucho más pesado que el de las mujeres de antaño. Desde tiempos inmemoriales, la división del trabajo fue marcada por los roles de género definiendo a los hombres como cazadores y a las mujeres como recolectoras, cuidando el fuego, iniciando la alfarería y el tejido así como la agricultura y la herbolaria.
Por muchos siglos, la mujer sabía que su asunto era parir, criar, cuidar, cocinar, supervisar, mantener funcionando la operación doméstica y educativa y que el hombre llevaría las provisiones para subsistir. Hoy en día sigue haciendo todo eso MAS llevar también el dinero a casa, producirlo, ganarlo.  El panorama se le ha complicado y cargado. 
Yo estoy convencida de que el gran motor de este país son sus mujeres. Y me lo comprueban todos los comentarios, todos los esfuerzos que las veo hacer. En la plática que les ofrezco, les hago notar lo valioso que es su ejemplo para educar a las nuevas generaciones, la mujer es la que fundamentalmente siembra, siembra los valores, o también , tristemente a veces, los anti valores.
En este México caótico, desordenado, violento y muchas veces tan corrupto…corresponde a la energía femenina hacer el esfuerzo por enderezar la nave. Si la mujer crece en conciencia, si eleva su autoestima, si se reconoce como “guerrera de luz” y como portadora de principios, no permitirá más que existan niños-adolescentes sicarios, asesinos, traficantes y ladrones. Formar con el ejemplo es lo esencial. Y eso sólo se podrá lograr cuando ella se percate de que tiene una inmensa responsabilidad con la sociedad y con el país, y que para cumplir con todos los roles que estos tiempos le requieren, necesita primero que nada, poder sanarse a ella misma.
El próximo domingo 16, a mi regreso de estas conferencias, daré en el Centro Ser Mejor Ser el hermoso y sanador taller “RESCATE DEL NIÑO INTERIOR”  9 am a 6 pm. La finalidad es fundamentalmente brindar tanto a mujeres como a hombres, a jóvenes como a mayores, tanto a individuos como a parejas o familias, las herramientas necesarias para poder llevar a cabo un proceso de autosanación emocional necesario para podernos convertirnos en agentes de cambio hacia la luz.
Si no es ahora ¿cuándo? Si no lo hacemos nosotros mismos ¿quién lo hará por nosotros? Elevar nuestra conciencia para poder transformar nuestra sociedad, esa es la clave.

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