sábado, 29 de octubre de 2011

Elige el camino interior hacia la conquista de tu felicidad


Hay un aforismo japonés que dice: “El hombre sin meditación no tiene energía para el amor, para la compasión, para la celebración continua de los milagros diarios en nuestra vida porque la persona sin meditación está desconectada de su fuente de energía, no está en contacto con el océano porque tiene la poca energía creada por la comida, el aire y la materia porque vive de la energía física”. Hay mucho de aleccionador en estas palabras porque es cierto que la energía física tiene limitaciones, esto se debe a que nace en un momento determinado del tiempo y muere en otro momento del tiempo. La energía física existe entre el nacimiento y la muerte. Es como una lámpara que arde por el aceite que contiene. Una vez que el aceite se acaba, la llama se apaga. 
Muchos se han preguntado sin tener respuesta en su vida: ¿cómo conectarse con esta fuente inagotable de vida, de abundancia, de riqueza que accedemos en la meditación? En primer lugar a esa fuente inagotable de energía puedes llamarle Dios, o puedes llamarle verdad o darle el nombre que desees de acuerdo a la corriente religiosa que sigas. Pero una cosa es absolutamente cierta, que el hombre es una ola de algo infinito. Si la ola mira hacia adentro encontrarás el infinito. Si sigue mirando hacia afuera, se queda desconectada de su propio reino, desconectada de su propia naturaleza. Jesús, a esta naturaleza, le llama el reino de Dios. Él dice una y otra vez: «El reino de Dios está dentro de ti. Ve hacia adentro». 
 Recuerda, tu responsabilidad es tal, que no la puedes pasar a ningún otro, no la puedes arrojar sobre ningún otro. Tu responsabilidad es absolutamente tuya. Tú tendrás que pensar, tú tendrás que sentir, tú tendrás que meditar, tú tendrás que corregir tus equivocaciones. Y déjame que te recuerde de nuevo: quizás te encuentres en situaciones en las que antes nunca te encontraste y te preguntas ¿porque debes pasar por ellas? Te recomiendo que mantengas activa tu Atención Consciente para sobrepasar esa determinada situación (aprendiendo la enseñanza que Dios te quería dar) porque si al contrario transitas por ella sin aprender el significado en cualquier otro momento futuro volverá a ti de una forma diferente para que aprendas la enseñanza.
Si vas a La Gran Sabana y quieres llegar a Canaima para ver El Salto Ángel, existen muchas maneras de hacerlo, muchos caminos. Por un camino quizá te encuentres en una canoa atravesando hermosos riachuelos, vistas paradisíacas de una selva virgen con árboles antiquísimos. Por otro camino quizá no cruces ningún río, quizás no veas árboles antiquísimos, quizá sólo halles nubes que atisbas desde el aire y veas de lejos las bellezas porque las sobrevuelas hasta llegar a tu objetivo. Por un tercer camino quizá atraviesas por un vía de tierra hecha por los indios especialmente para turistas donde el trayecto se hace lento y descansadamente. 
Con el anterior ejemplo quiero que reflexiones que todos llegan a su propósito en la vida, pero por distintas vías, por distintos caminos o rutas. Les invito a que no sean tercos con sus hijos, vecinos, conocidos etc., no es posible que aun en el presente algunas personas digan: Éste es el único camino, porque desde la cima del Salto Ángel se puede ver que hay muchos caminos. Se pueden ver a muchos turistas que llegan, viniendo de diferentes rutas. Y toda ruta tiene su propio mundo, por tanto cada uno de nosotros tenemos la percepción de nuestro mundo y de nuestra felicidad. 
Les invito a mantener la mente abierta para no juzgar las decisiones que tomen nuestros seres queridos: el casarse, divorciarse, adoptar un hijo, no tener hijos, vivir en concubinato, no casarse por la doctrina de la iglesia a que pertenezcan, innovar en los protocolos que la sociedad impone para ser considerado una persona exitosa. Si quieren que sea un poco más explícita les pondré el ejemplo de casarse antes de graduarse, el ejemplo de tener un hijo antes de casarse o el casarse antes de terminar un estudio superior de postgrado. Todo los anteriores son ejemplos de lo poco libres que somos en la sociedad para elegir nuestra felicidad sin estar atados a tabúes o convencionalismos sociales que ya resultan anacrónicos. 
Todo aquél que critica o juzga cualquiera de las situaciones antes mencionada es porque tiene mal enfocado los lentes por los que ve la vida. La felicidad es una elección y no cuestión de azar, por tanto, aquellos que eligen constantemente su decisiones de vida sin estar pensando en aprobación social son los que logran ser felices. La vida es un regalo que nos da Dios para vivirla, por tanto, elige la mejor forma de vivirla empezando hoy porque es el mejor día de tu vida. Sé el arquitecto de tu destino y escoge la ruta que vaya acorde a ti para encontrarte con tu felicidad. 

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