jueves, 21 de marzo de 2013

Nunca haga lo que puede delegar


Es un reflejo poderoso. La primera reacción, que tienen la mayoría de los nuevos líderes, es asumir más trabajo. ¿Cómo puede usted estar seguro de que su proyecto, la asignación más importante que alguna vez haya tenido, se hará correctamente? Como todos los reflejos, el "hágalo usted mismo" es también un sustituto del pensamiento...

El desafío más grande para las personas es delegar su trabajo. Usted necesita recibir soluciones de otras personas, pero es más fácil resolver los problemas usted... porque es así como siempre lo ha hecho.


Manuel, de 30 años, cayó en esa trampa poco después de que fuera nombrado líder de equipo. Había pasado dos años en un trabajo de producción y ahora, era el coordinador del proceso industrial.

Instintivamente, su primer impuslo fue el de ayudar. Si veía a los 11 miembros de su equipo retrasarse, él se metía y hacía el trabajo. Pero cuanto más trabajo hacía, menos parecía lograrse y menos motivado se volvía su equipo: volvían tarde de los descansos y esperaban instrucciones específicas, antes de resolver problemas obvios. ¿Por qué? Porque la "ayuda" de Manuel estaba ofendiendo a sus colegas.

Pensó que estaba ayudando, cuando se daba prisa y realizaba algunas actividades por ellos... Pero ellos, pensaron que él estaba diciéndoles que no estaban trabajando lo suficientemente rápido: era como decirles "Vean, yo puedo hacerlo más rápido que ustedes".

"Dirija el proceso, no el contenido". El trabajo real de un líder involucra "los tiempos y los flujos de información". Demasiados líderes intentan controlar los detalles del trabajo. Se piensan a sí mismos como '"los hacedores", lo que hace que los miembros de sus equipos asuman menos responsabilidades.

Intentar administrar el contenido, en la misma medida que el proceso, puede hacer mucho más que debiltar la motivación de su equipo. Puede agotarle totalmente, ya que simplemente no hay suficientes horas al día para ocuparse de tantas responsabilidades. Por ejemplo, como gerente de proyectos, uno es responsable que el producto se realice, de su lanzamiento, su posicionamiento y venta. El desafío más grande, está en priorizar todas estas cosas: ¿A qué actividad le puede decir que NO? ¿Qué puede delegar? ¿Qué necesita ser decidido hoy?

También Manuel gastaba una cantidad excesiva de tiempo en cosas pequeñas, que no se relacionaban con sus objetivos mayores y se preguntaba: "Cómo satisfago las necesidades de las personas que quieren mi ayuda sin pasar mi propio tiempo en ello?" Así, aplicó un método a este desafío: identificó los tres factores más críticos del proceso y cada mañana, cuando verificaba su lista de tareas, trabajaba sólo en aquellas que contribuían con dichos factores y delegaba el resto.

Manuel aprendió rápidamente lo que algunas personas nunca llegan a comprender. Su trabajo no es hacer el trabajo de su equipo. Sino proporcionar las herramientas, la motivación y la dirección que los miembros del equipo necesitan, para hacer el trabajo por sí mismos. La lección es simple:nunca haga lo que usted puede delegar.

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