sábado, 21 de septiembre de 2013

Naranjas y algo más

Marco trabaja en una empresa desde hace dos años. Siempre fue muy serio, dedicado y responsable ante sus obligaciones. Llegaba puntualmente todos los días y estaba orgulloso de no haber recibido una sanción en dos años.

Cierto día, buscó al Gerente para hacerle un reclamo:
Señor, hace dos años que trabajo en la empresa con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado. Mire, Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace sólo 6 meses y ya está siendo promovido a Supervisor.
El Gerente, mostrando preocupación, le dice:
Mientras resolvemos esto, quisiera pedirte me ayudes a resolver un problema. Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En el mercado de la esquina venden buena fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas.
Marco se apresuró a cumplir con el encargo y en cinco minutos estaba de vuelta.
Marco, ¿qué averiguaste? - le pregunta curioso el jefe
Señor, tienen naranjas para la venta
¿Y cuanto cuestan?
¡Ah! No pregunté el precio.
¿Viste si tenían suficiente cantidad para todo el personal?
A decir verdad, no me fijé.
En caso que no alcanzaran, ¿hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja? 
- No sé señor, pero creo...
Siéntate un momento, Marco - le interrumpe el gerente
El Gerente cogió el teléfono y envió a llamar a Fernando. Cuando éste se presentó, le dio las mismas instrucciones que le diera a Marco y en 10 minutos Fernando regresó. A su retorno, el Gerente le pregunta: Bien Fernando, ¿qué noticias me tienes?
Señor, tienen naranjas, lo suficiente para atender a todo el personal y si prefiere también tienen plátano, papaya, melón y mango. La naranja está a 1,5 pesos el kilogramo, el plátano a 2,2, el mango a 2,5, la papaya y el melón a 2,8. Me dicen que si la compra es por cantidad nos harían un descuento del 8%. He dejado separada la naranja pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido.

Muchas gracias Fernando...
El gerente se dirige a Marco, que aún seguía esperando estupefacto y le dice:
- Perdón, ¿qué me decías?
Nada señor, eso es todo, con su permiso...
Es importante hacer nuestro mejor esfuerzo, aún con las tareas más sencillas, ya que de otra forma nadie nos confiará tareas de mayor importancia. Para poder demostrar un alto desempeño -merecedor de recompensas y gratificaciones- debemos destacarnos aún en las cosas más simples.

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