jueves, 9 de agosto de 2012

Crisis Matrimonial o Crisis Personal.


Escenario: La pareja perfecta, cariñosos, en la flor de la vida, cuarenta años, dos hijos, ambos trabajan, tienen su casa, vacaciones, su coche….. todo perfecto hasta que él le dice a ella que no sabe si la ama.

Ojalá nunca tengas que oír esas palabras, pero si las escuchas, estoy casi segura que lo que ocurre en tu pareja no es una crisis matrimonial, déjame explicarte por qué.

En torno a los 40 años (35-45) algunas personas sufren una crisis personal conocida como Crisis de la mitad de la vida. Desde fuera, los síntomas pueden ser evidentes, pero les aseguro que desde dentro no lo son. Incluso la propia persona no es consciente de estar pasando por esta etapa, y cree que lo que ocurre es que ya no se lleva bien con su compañera o compañero.
¿Por qué no nos damos cuenta de la crisis de nuestra pareja?

Principalmente porque estamos centrados en nuestro propio dolor. Nuestra mente no se enfoca en los motivos de estos cambios paulatinos de humor, en los distanciamientos, en la pérdida de intimidad, en que hemos dejado de reírnos juntos…. No. En su lugar, se enfoca en el dolor que sentimos porque la otra persona está ahora más irritable, en el enfado que sentimos cuando se muestra egoísta, en la frustración que nos produce que no asuma sus responsabilidades como padre…

Aunque no pueda parecerlo, la pareja de quien sufre la crisis de los cuarenta, es, en muchas ocasiones, la última persona en darse cuenta. Y esto ocurre así, porque niega la realidad. Una persona, que empieza a sufrir la ira, las críticas, los malos modos, la falta de comunicación de su pareja, porque el está entrando en su crisis personal, no puede aceptar que esto esté ocurriendo.

 Mira, lo que piensa es algo así:
No puede ser que sea así de egoísta.
No puedo creer que prefiera ir al gimnasio antes que a al fiesta del cole de sus hijos.
No soporto que me critique todo el día.

Entonces…. la cuestión es que al no aceptar la realidad, no podemos darnos cuenta que estamos perdiendo la oportunidad de hablar con nuestra pareja y preguntarle que le ocurre. Porque en realidad, si está irritable, nervioso, inquieto, y cambiando su forma de comportarse, nos está diciendo claramente que necesita ayuda. Y nosotras, en lugar de ayudarle, de escucharle, nos pasamos al bando enemigo y creemos que es una mala persona, cuando en realidad es una persona que sufre.

Por eso, la próxima vez que tu pareja cambie su conducta, no te centres en tu dolor. Mejor acepta que ahora se comporta diferente, y pregúntate, ¿Estará sufriendo? ¿Podré ayudarle?

No hay comentarios:

Publicar un comentario