martes, 15 de febrero de 2011

Los clavos y los amigos

Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, debería clavar un clavo en la cerca de atrás.

El primer día el niño clavo 37 clavos en la cerca, pero poco a poco fue calmándose, porque descubrió que era más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca.

Finalmente llegó el día que el muchacho no perdía la calma para nada y se lo dijo a su padre. Entonces el papá le sugirió que por cada día que controlara su carácter debería sacar un clavo de la cerca.

Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el papá llevó de la mano a su hijo a la cerca de atrás y le dijo: “ Mira hijo, has hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Ya la cerca no podrá ser la misma de antes.” 
Cuando dices o haces cosas con coraje dejas una cicatriz como éste agujero en la cerca... Es como meterle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya quedó hecha.. No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida está ahí. Una herida física es igual que una verbal...

Los amigos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen un corazón abierto para recibirte.. Demuéstrale a tus amigos cuantos los quieres.

Hay un milagro llamado amistad que se abriga en el corazón. No sabes cómo ocurre o cómo comienza, pero sabes que es algo especial que te levanta y es cuando te das cuenta que la amistad es el regalo más precioso de Dios.

Esta es la semana de la amistad, y las que sigue. Los amigos son una joya muy rara. Ellos te hacen sonreír y te animan a que tengas éxito en lo que deseas, saben escucharte, comparten sus palabras de aprecio y siempre quieren abrir su corazón hacia nosotros.

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