jueves, 3 de febrero de 2011

No es que muera de amor

Cuando se produce el engaño, lo primero que surge es un sentimiento de ira, acompañado por desconfianza y culpa, que golpea a la persona que vivencía el engaño, toda una serie de frases, mensajes, actitudes, aptitudes, se ven mezcladas y confusas, generando un bloqueo  en esa persona. En el supuesto que yo propongo que sea la introyección y la proyección los afectados, de que como dice el refrán “ esta noche vino el tractor, que sustituye al buey” es decir vino el otro el que juega el papel del amante, lo que el individuo que sufre cuando se sabe engañado es la introyección del problema es decir, se lo traga sin digerirlo, ya que no le queda otra más que aceptar lo que es. Y luego lo proyecta en  ya sea en decirse así mismo: “ Así son todas las mujeres / hombres”, “Mejor sólo que mal acompañado (a)”,  o lo proyectan en esas canciones que si le reconocen su dolor, en el alcohol, etc. Al trabajar con la polaridad de los bloqueos nublados por el propio dolor y duelo de la perdida; lo que logramos es reconstruir un escenario paralelo, propositivo, es decir, promovemos la confluencia a partir de la ruptura de la proyección tal vez le podríamos decir, que bueno que sigues enamorado y prendido de una persona que tiene el poder de lastimarte; poder que es tuyo y solo tuyo, puesto quien decide como hacer su vida eres tú,  y bueno si yo soy yo y tú eres tú, ¿Quién es el más tonto?; esperando en él paciente una respuesta adecuada por él mismo y que le permita confluir en forma constructiva y no en una forma destructiva en la que él se pierde y deja de vivir, porque su vida era la otra persona.  Eso nos lleva a la proyección, y trabajar tal vez desde, desde el quizá de darse la oportunidad de que si bien su vida depende de la otra persona que tiene el poder de destruirlo, pudiéramos; comenzar por decirle, que bueno que sigues enamorado de una persona que tiene lastima, te hiere, te engaña, no te ama como dice... ¡qué bonita pareja hacen!. En fin, es tu vida no la mía.  Ya que como es sabido al destrabar la proyección o la introyección, por consiguiente, una de las dos sede terreno y permitirá llevar al paciente a la fijación constructiva;  recordar para resolver.

A manera de cierre del telón, sólo cabe mencionar, que al final de cuentas, el engaño, no  es más que un juego de tres tontos. Uno que se deja engañar creyendo que con el engaño, se da su lugar y cumple sus necesidades de pertenencia e independencia; otro que cree que escuchando a Paquita la del Barrio, José Alfredo Jiménez etc., etc., curará su dolor. Por último solo nos queda el actor principal el más tonto, ese que cree que ha ganado un trofeo, sólo que no se da cuenta que sólo es móvil, para hacer que la pareja ya sea que responda, se aleje o perdone.

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