viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Con quién tienes el problema?

Hace tiempo tengo guardadas estas notas con pautas para combatir el exceso de estrés que me han servido mucho para mi curso de Relajación Psicofísica Antiestrés. A ti también te servirán.
Por ejemplo, es común que las personas que te rodean, tanto en el trabajo como en la familia, puedan provocarte situaciones muy estresantes. Y esto puede repetirse cada día, provocando en ti una aversión hacia esa persona a quien le atribuyes la causa de tus tensiones y problemas. Sin embargo, la responsabilidad y la causa del estrés está en ti y no en el otro. Mientras intentes culpar a los demás de lo que te pasa, no lograrás una solución real, además que dejas en el otro la posibilidad de terminar el problema y se escapa de tu propio control.
Discriminar a la persona del conflicto y su solución es el primer paso para afrontar una situación problemática. No es lo mismo: "tengo un problema con fulano", que: "tengo tal problema". 
Los determinantes que hacen que "fulano" sea tal como es tú no los podrás modificar, en cambio sí podrás modificar las condiciones que generan el conflicto una vez que lo aísles de la persona. Esto te permitirá:
  • Tener el conflicto aislado, lo que implica una fuente mayor de variantes que se puedan aplicar sobre él. 
  • Que "Fulano" puede escuchar mejor esas variantes, si no se siente directamente afectado por ellas. 
  • Viendo el problema desde afuera, se puede observar mejor si su fuente es una diferencia de percepciones, intereses contrapuestos, métodos para pensarlo, objetivos, u otros.
  • Preservar la relación con "Fulano" 
No hacer del problema un conflicto personal permite conocer mejor el problema, entenderlo y resolverlo. 
Entender las motivaciones que tiene el otro, permite buscar criterios independientes, e inventar opciones para que el beneficio de resolver el conflicto sea mutuo. 
Siempre, cada posición que aparezca, tomala como "relativa" y vuelve sobre el eje principal: el problema descentrado de los dos. 
No te resistas, por el contrario alienta las críticas de la otra parte. Esto te facilitará conocer su posición y pensamiento, lo que les facilitará generar variantes de mutua satisfacción. 
No tomes como propias las agresiones o ataques contra ti, no te resistas a ellas ni te defiendas Siempre piensalas como un ataque al problema, y así hazlo saber a la otra parte. 
Fijar tu posición sobre la base de preguntas a la otra parte permitirá que tu posición sea más y mejor aceptada por el otro que la considerará parte de él que dio las respuestas. 
No te sientas compelido a hablar todo el tiempo, el silencio es una herramienta positiva para enfrentar el conflicto, no agrandarlo y abrir una brecha que genere un cambio de rumbo en la relación y el modo de abordarlo.
Vive el momento actual. Esta es la mejor forma de aumentar la energía positiva, y lograr sentirse mejor con respecto a uno mismo, pensando que no sólo de ahora en adelante, sino también actualmente, todo será mejor.

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