viernes, 4 de noviembre de 2011

Para triunfar forma un buen equipo

Si fueras entrenador de un equipo deportivo y te dan la oportunidad de escoger a tus jugadores ¿escogerías a los peores? La respuesta obvia es no.
En la vida laboral es posible que no tengas mucha oportunidad de escoger a tu equipo de trabajo, o que por razones distintas al desempeño profesional como son las situaciones de amiguismo, imposiciones de gente con el poder, familiares etc, a veces tengas que trabajar junto a personas no muy capacitadas, o dirigir a gente no entrenada lo suficiente. ¿Qué hacer entonces? Lo primero es que tú mismo cada día busques ser mejor, para poder cambiarte al equipo de los buenos, o algo más difícil; tratar de superar a los elementos de tu equipo.
Como siempre, el cambio empieza por ti mismo, tú tienes que ver primero cual es tu propio trabajo dentro del equipo, no todas las personas saben o se adaptan a trabajar en equipo, existen muchas personalidades que prefieren trabajar en solitario que lidiar con los problemas de grupo.
En esta sociedad es difícil imaginar que alguien que trabaja solo tenga grandes éxitos; aun el investigador con sus experimentos de laboratorio tiene un equipo de ayudantes e intercambia resultados e ideas con otros investigadores de la misma ciencia, que vienen formando un equipo más grande. Entonces se hace indispensable aprender a trabajar en equipo y/o aprender a dirigir un equipo de trabajo, para que precisamente ese equipo te lleve al éxito. 
En los equipos de trabajo es indispensable para tener buenos resultados que la relación entre sus integrantes sea armónica. Esto de ninguna manera quiere decir que los integrantes no tengan ideas propias y que sólo sigan ciegamente al dirigente sin cuestionar, exponer sus propios argumentos, aportar ideas e inclusive no estar de acuerdo en algunos puntos. Se puede no estar de acuerdo y aún así, seguir trabajando en forma coordinada.
La comunicación es importante en un equipo, y sobre todo la buena comunicación, que no sólo sea dar órdenes, sino también aceptar sugerencias y dar razones. La voluntad de todos para salir adelante es otro punto clave, así como la creatividad para resolver problemas cuyas soluciones satisfagan a todos dentro del marco de las leyes y de la ética, y la aplicación de las relaciones humanas en grandes dosis. Esto se reduce a eliminar la crítica (no existe algo como crítica constructiva), eliminar las quejas y las condenas verbales hacia los demás. 

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