sábado, 7 de julio de 2012

Cargas familiares


Hoy en día son ya muchas las mujeres que compaginan el trabajo fuera de casa con el trabajo doméstico y los niños, algo que lógicamente requiere una organización clara que nos permita compaginar todo estos elementos. Aunque actualmente, tanto en las labores del hogar como en el cuidado de los hijos, el papel que desempeña el marido va adquiriendo más importancia,( aunque no en todos los casos, ni al mismo nivel que la mujer) la mayor carga la siguen soportando las mujeres.
Para llevar todo esto adelante sin que nuestra propia salud quede mermada por camino, es necesario que nos tomemos nuestros momentos de descanso en los que desconectemos de todo ello si no queremos sufrir lo que se conoce como el “síndrome de estar quemada”.

Esto se produce por las constantes tensiones y sobrecargas a las que se ven sometidas muchas mujeres.

En muchos casos a todos estos quehaceres hay que añadir el hecho de que se pueden llegar a crear ciertas angustias entre las mujeres que las lleva a empeorar su propia situación.

Con esto lo que quiero decir es que ellas mismas se sienten culpables por no poder dedicar más tiempo al cuidado y educación de sus hijos. Se sienten incapaces de relajarse en ningún momento, por esa necesidad de realizar todas sus tareas perfectamente.

Lo primordial en estos casos es organizar el tiempo, analizando todos los factores y teniendo claro cuáles son nuestras prioridades y cuáles son aquellos elementos que más nos agobian.

Lo importante es saber enfrentarse a esa situación de estrés. Hay que saber asimilar dicho sentimiento adecuadamente para que en lugar de hundirnos nos ayude a tirar para adelante. Para esto es muy recomendable que nuestras expectativas tengan un carácter positivo que nos ayude a tirar para adelante.

Lo opuesto a esto es conceder especial importancia a una visión negativa de las cosas y de nuestras propias expectativas, lo que provocará un bloqueo en nuestra mente y de nuestras energías. Con esto no se quiere decir que adoptando una visión o actitud positiva nuestros problemas desaparezcan, sin embargo sí que facilitan la vida en general, ya sea familiar o laboral.

En cuanto a ese sentimiento de culpa que se despierta en muchas madres, es algo que no la beneficia ni a ella ni a sus hijos. Lo importante no es en ningún caso la cantidad de tiempo que la madre pasa con sus hijos, sino que el tiempo esté por supuesto bien invertido y aprovechado.

Los hijos no tienen por qué verse perjudicados por que su madre trabaje fuera de casa, ya que estos necesitan estar con su madre pero también con otros niños y con otras personas adultas, y para ello tienen también un padre.

Por lo tanto no es nada cierta la creencia de que los hijos de las madres que trabajan sufren alguna carencia. Lo que estaría bien es que se extendiera la costumbre de repartir tareas del hogar entre todos los miembros y que tanto los hijos como el marido participen en estas actividades en compañía de la madre.

Todos estos quehaceres no deberían evitar que la madre se tome cierto tiempo reservado exclusivamente para ella, un espacio personal libre.

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