lunes, 1 de julio de 2013

Bienestar, Como Conseguirlo

Bienestar… ¿qué es eso?
¿Has pensado alguna vez en qué es para ti el bienestar? Si tu hijo o hija, algún sobrino o nieta escuchara esta palabra, por ejemplo, en la televisión y te preguntara qué significa, ¿qué le contestarías? Inténtalo…
Si te cuesta definir el bienestar no te rindas… esto suele pasarle a la mayoría de las personas. Este fenómeno es muy curioso porque no tendríamos la misma dificultad en definir algo negativo como nuestras experiencias de estrés, pero nos resulta más complicado hacerlo para las agradables y deseables como el bienestar.
Sin duda, el objetivo final que queremos conseguir a través de nuestro bienestar es lograr una mejor existencia. Lo que significa poder ser la persona que uno quiere y poder hacer las cosas que uno desea, al mismo tiempo que obtiene satisfacción personal. Pero, ¿cómo se consigue esto?
Los 4 ingredientes del bienestar
Hay cuatro importantes ingredientes indispensables para sentar las bases de un sólido y duradero bienestar.
  1. El primero es tomar conciencia de cómo te quieres sentir cuando estés bien, qué quieres hacer, dónde quieres estar, etc. Sería contestar a la pregunta inicial de este artículo. Y también entender cuánto lejos estás de este objetivo. En tomar conciencia de lo que significa para ti estar bien, es muy importante el aspecto personal, es decir el sentido que tú das a esta palabra: para ti podría significar, por ejemplo, hacer deporte, tener un trabajo sencillo y rutinario, tener una buena apariencia; para otra persona podría significar comer bien, tener un trabajo creativo y diferente cada día, tener energía. Cada uno tiene su propia definición.
  2. El segundo ingrediente del bienestar es que el proceso para conseguirlo debes empezarlo y llevarlo a cabo tú de forma activa. No lo puede hacer otra persona por ti. Las medidas pasivas (es decir las donde alguien o algo te procura bienestar) proporcionan beneficios temporales, pero si quieres un bienestar duradero debes tener una actitud activa, buscando la mejor solución para ti y ponerte en ella. En una palabra no esperar que el bienestar te caiga del cielo.
  3. El tercer ingrediente para conseguir tu bienestar es tomar las decisiones que más te acerquen a él. Parece muy sencillo, pero ¿cuántas veces has tomado aquel café más que sabias te sentaría fatal? Y ¿cuántas veces no has ido a hacer deporte aunque sabias que te sentaría muy bien? Quienes somos en este momento depende en larga medida de nuestra historia y de las decisiones que hemos tomado hasta ahora. Cada día tenemos oportunidades de elegir una cosa u otra y mientras algunas nos alejan de nuestro bienestar otras nos acercan. Y no hacen falta decisiones radicales: con decidir, por ejemplo, eliminar este café y reemplazarlo con algo que nos siente mejor ya estamos creando la percepción de una persona “nueva”. Con cada decisión que tomamos nos hacemos una persona nueva…
  4. El cuarto ingrediente es la acción. Si tienes claro qué es para ti el bienestar pero no actúas concretamente para conseguirlo… se quedará un castillo en el aire. Recuerda que como actuamos, define quienes somos. Simplemente decidir cambiar algo en nuestra vida es un paso importante que nos hace desear sentirnos diferentes y mejores pero si nos queremos realmente sentir diferentes tenemos que hacer algo para lograrlo. Es decir, por ejemplo, que una vez decidido no tomar este café, tenemos que organizarnos para poner en marcha y actuar esta decisión.
Los tres errores más comunes
La falta de algunos de los 4 ingredientes fundamentales del bienestar lleva a un fracaso asegurado en el intento de conseguirlo: a menudo estamos mal no tanto porque sea imposible conseguir un mejor estado, sino simplemente porque no sabemos definir correctamente este estado que queremos lograr. Sobre todo a la hora de tomar conciencia y definir nuestro propio bienestar, solemos cometer 3 errores muy básicos.
  1. El primero es pensar que el bienestar sea un resultado o algo que tengamos que lograr. No es eso. El bienestar es un proceso continuo de creación de las condiciones para que estemos bien. Eso quiere decir que las decisiones y las acciones que lo promueven deben convertirse en una costumbre, en un estilo de vida, en una rutina que produzca continuamente mejoras a nuestra existencia.
  2. El segundo error que se suele cometer es pensar en el bienestar a través de conceptos expresados en forma negativa: no estar mal, no sentirse cansado, no estar enfermo, etc. Nuestra mente no puede pensar y ver “en negativo”. Si alguien te invita a un viaje diciéndote que no vais a ir a Paris, ¿tienes idea de si te apetece o no juntarte sin saber el destino? Nuestra mente no nos puede ayudar a lograr nuestro bienestar si solo sabe que es lo que no queremos: necesita saber que es lo que queremos.
  3. El tercer error es ser muy poco preciso a la hora de definir el bienestar. La gran mayoría de las personas que no consiguen llevar a cabo un programa de dieta son las que no saben exactamente cuánto quieren pesar al final o qué ropa quieren volver a poderse poner o cómo quieren aparecer. No te limites por ejemplo a decir que tu bienestar significa hacer deporte: ¿qué deporte?, ¿qué frecuencia te sentaría bien?, ¿dónde?, ¿con quién?, ¿qué nivel de habilidad quieres alcanzar en él?, ¿cómo te quieres sentir haciéndolo?
Si evitas caer en estos tres errores y procuras definir tu bienestar a través de los cuatro ingredientes mencionados arriba, te será mucho más fácil conseguir sentirte más vital.

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