Vigilancia

Una de las actitudes mentales básicas para eliminar el sufrimiento es permanecer despiertos. La vigilancia nos permite despertar de la pesadilla de vernos a nosotros mismos como imperfectos y al exterior como amenazante, para construir una realidad más feliz. La vigilancia no se refiere a “bloquear” nuestra mente y crear una ilusión que nos dice que todo está bien a pesar del sufrimiento evidente; por el contrario, la vigilancia nos permite ser testigos del sufrimiento y transformarlo en una condición para la felicidad. La vigilancia nos recuerda que cada mañana al despertar estamos renaciendo para hacer las cosas mejor y por lo tanto no hay rutina; cada comida es un espacio en donde nos integramos a la tierra a través de ingerir los alimentos; compartir el tiempo y espacio con personas queridas es la oportunidad de fluir en el amor sin resistencias ni miedos; el enfrentarnos a problemas y a personas que nos han hecho sufrir son grandes oportunidades de crecimiento espiritual y perfeccionamiento mental; el disfrutar de un momento con nosotros mismos es un regalo que nos permite conocernos más a fondo y reconocer que estoy integrado a todos y a todo, por lo tanto, la soledad es una ilusión que se desvanece cuando estamos vigilantes de la verdadera realidad interdependiente de las cosas.

La vigilancia es el antídoto de la distracción, la cual nos quiere hacer creer que sólo existe sufrimiento al dejar de ver las maravillas de la vida en cada momento y circunstancia. Si estamos vigilantes daremos sentido a cada paso, intención a cada palabra y conciencia a cada pensamiento. Esto es transitar el camino de la felicidad.

Se puede practicar esta vigilancia con actividades diarias tales como comer, lavarse los dientes, lavar los platos, platicar o trabajar y hacerla enfocados en ella. Sabremos que esta acción cotidiana se transformará en una experiencia única.

Reflexionemos: “la vigilancia es el reino de la plenitud, la inocencia y la paz. Los vigilantes viven con cada pensamiento, palabra y acción, mientras que los ignorantes agonizan en el miedo, el egoísmo y el apego.”