lunes, 1 de julio de 2013

Padres agradecidos, profesores motivados

Final de curso: agradece al profesor de tu hijo su trabajo
El año escolar se acaba. El período que comenzó en septiembre del año pasado toca su fin. Durante este intervalo de tiempo hemos tenido tiempo de ver cómo crecían, en todos los sentidos, nuestros hijos. Éstos ya no son los mismos que eran hace 10 meses. El colegio ha aportado su granito de arena y, concretamente, el trabajo que han hecho los profesores con ellos durante todo el año.
Todos sabemos por experiencia lo difícil que es educar a nuestros hijos. Respetar su personalidad mientras ponemos límites y normas, sacar lo mejor de sus virtudes y minimizar sus defectos, enseñarles los valores que creemos fundamentales, darles un ejemplo con impronta. Realmente todos reconocemos que la educación es más complicada de lo que creíamos en un principio.
Por eso nos parece justo agradecer a los profesores, ahora que acaba el curso, el trabajo que han hecho día a día con nuestros hijos. Es cierto que es su trabajo pero. ¿a ti no te gustaría que tu jefe o tu amigo o un familiar te agradeciera explícitamente el trabajo realizado que, además, te ha costado mucho esfuerzo y en el que has puesto mucha ilusión?
El profesor no solo trasmite conocimientos. Llega a ser un tutor, en todo el sentido de la palabra. Su labor formativa complementa nuestro trabajo como padres y, por más que ésta sea su obligación, creemos que su involucración muchas veces traspasa los límites de lo laboral. Muchos de ellos dejarán una profunda huella en nuestros hijos, incluso sin ser conscientes de ello: les abrirán los ojos, asentarán las bases de su personalidad, les animarán a volar.
Es fácil encontrar en nuestros colegios profesores como el que representa Robin Williams en la película "El club de los poetas muertos". Muchos más de los que sabemos reconocer. Cada uno con su aportación, con su estilo y con sus circunstancias inciden en nuestros hijos añadiendo valor a su moldeable personalidad.
Sabemos que habrá opiniones para todos los gustos pero. los que estamos contentos y satisfechos con la educación que han recibido nuestros hijos. ¿por qué no hacerlo saber?
Ideas prácticas para agradecer al final del curso el trabajo del profesor de tu hijo
  • Casi siempre son los tutores de nuestros hijos los que reciben toda nuestra gratificación, olvidando muchas veces la tarea educativa llevada a cabo por otros profesores como los de inglés, deporte, etc. Es un equipo humano el que educa a nuestro hijo y no solo una persona. Es justo agradecer a todos su esfuerzo aunque el contacto con ellos haya sido menor a lo largo del curso.
  • Piensa que el esfuerzo invertido por los profesores en tu hijo es independiente de los resultados académicos obtenidos por éste. Sé noble y aprecia el trabajo educativo de estos profesionales aunque tu hijo haya suspendido las matemáticas o las sociales. Ellos no se limitan a enseñar solo contenidos. Son pedagogos que abarcan mucho más que un currículum, personas humanas que han sido modelos durante un año de valores para nuestros hijos, en algunos casos, un gran elemento de identificación. Sepamos reconocer su labor humana.
  • A menudo pensamos que unas palabras cruzadas rápidamente a la hora de la salida son suficientes para hacer llegar al maestro nuestro reconocimiento. Pero no siempre es así. Toma un tiempo para escribir al profesor de tu hijo una breve carta de agradecimiento.
    Por ejemplo:
    Apreciado xxx:
    Está a punto de terminar el curso y queremos decirte lo satisfechos que estamos con el trabajo que has hecho con nuestro hijo. Han habido momentos buenos y no tan buenos pero el balance es positivo y queremos agradecértelo con estas palabras. Gracias por tu dedicación y por tu interés a lo largo del año. No ha sido fácil, lo sabemos, pero le has ayudado a madurar y a ser mejor. Recibe un fuerte abrazo de nuestra parte...
  • Permite que tu hijo se percate de tu agradecimiento y que participe en él. ¡Ser agradecidos es el mejor modo de enseñar a nuestros hijos a serlo! Para ello, anima a tu hijo a escribir a su profesor una breve nota (si es mayor) o a dedicarle un dibujo (si es pequeño). De esta manera, le enseñas a reconocer el trabajo bien hecho y el esfuerzo de otros. Le ayudas a mostrar empatía con los demás, a ponerse en el lugar del otro, pensando cómo se debe sentir. Esta es una de las principales habilidades de la tan en boga Inteligencia Emocional.
    Por ejemplo: Carlos, 15 años. Realmente ha conectado con el profesor de matemáticas, uno de los pocos que le ha dejado huella. ¿Por qué no decírselo? Anímalo a que lo haga y supere su timidez. No hay nada vergonzoso en demostrar un sentimiento de gratitud; de hecho, esa humildad le hará más grande.
    Apreciado xxx:
    Gracias por tu ayuda durante todo este año. Te agradezco tu paciencia y apoyo. Ya sabes a qué me refiero. Has sabido escucharme y ayudarme siempre que te lo he pedido. Eres un gran profesor. ¡Más que un gran profesor! y quiero que lo sepas.
  • Comenta con la Dirección del colegio tu satisfacción con dicho profesor o profesores. A todos nos gusta que nuestro esfuerzo sea reconocido por las personas de las que dependemos, por nuestros superiores. Si no tienes ocasión de hablar con la Dirección, una sencilla y sincera nota por e-mail será igual de efectiva.
    Por ejemplo:
    Apreciado xxx:
    Queremos comentarle lo valiosa que consideramos la presencia del profesor xxx en el colegio. Es un gran profesional del que se debe enorgullecer este centro. Un abrazo...
  • Haz llegar a la Dirección una nota felicitando a la escuela por la labor pedagógica y de formación que llevan a cabo.
    Por ejemplo:
    Queremos felicitarle por el trabajo que el colegio está llevando a cabo con nuestros hijos. Educar hoy en día a nuestros hijos no es tarea fácil y sabemos que el colegio hace un gran esfuerzo por ofrecerles la mejor educación posible. Somos conscientes de ello y nos sentimos muy satisfechos con la formación que han recibido este año en él.
  • Las Asociaciones de Padres y Madres de alumnos acostumbran a recibir las quejas de los padres, ¿por qué no podrían también recibir las felicitaciones y hacerlas llegar al/a los maestro/os?
  • Regálale una novela o un libro significativo para ti con una dedicatoria alusiva a la buena tarea que realiza cada día.
  • Invítale a comer o a cenar en tu casa y haz de ello un acontecimiento especial en el que tu hijo se involucre preparando la mesa, ayudando en la cocina o eligiendo los postres.
  • Todos los padres podemos quedar de acuerdo para ofrecerle una cena sorpresa donde poder reconocer explícita y emotivamente todo el esfuerzo dedicado a vuestros hijos.
  • Poneros de acuerdo unos cuantos padres o madres para comprar un libro con hojas en blanco y encabezarlo con una nota de agradecimiento, las firmas de todos los alumnos y un dibujo de su profesor hecho por cada uno. Tratad de "sonsacar" a vuestros hijos anécdotas o acontecimientos significativos para crear/recoger un pequeño diario de aula.

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