Sin propósitos, no hay una nueva vida más allá de lo que vivimos día a día. Sin constancia no hay resultados, no hay lección aprendida. Todo en esta vida funciona a nuestro alrededor para no sólo ser parte de nosotros sino también para enseñar.
Ir contra la marea interior no soluciona las cosas, al contrario de eso la agita, produciendo cambios no siempre favorables a causa de nuestra terquedad de no ir por el camino más largo, pero el mejor camino para recorrer.
Demostrar humildad ante las personas no es tarea fácil, mucha gente confunde la Humildad” con “Debilidad, el Enojo con Odio, la Tristeza con Depresión y la lista podría seguir…
La humildad ayuda a entender más allá de todo, La debilidad le permite a otros pasarnos por encima por falta de carácter, el enojo se va, el odio crece de manera desmedida, la tristeza puede ser emocional, la depresión es un problema psicológico.
Todo puede llegar a ser una comparación, la vida misma, siempre será una comparación, por naturaleza nos comparamos siempre y por egoísmo pretendemos que nuestra comparación impacte más que la del otro. Y a veces no es bueno comparar a cada momento y en cada circunstancia, no es bueno ver soluciones para otros donde no vemos soluciones para nosotros mismos.
Hay que aprender a escuchar ese llamado de atención interior, que nos quiere decir, como nos quiere alertar, y estar dispuesto a ir más allá de nuestro día a día.
Es un gran desafío el Crecimiento Interior, a diferencia de nuestro cuerpo que crecerá cumpliendo cada una de sus etapas biológicas, él interior si no se ejercita, no se desarrolla, queda ahí sin ser parte de la luz interior que nos permite brillar, que nos destaca de los demás, que nos hace únicos, que es eterna y que perdura más allá de nuestras vidas.
El Crecimiento Interior es La Meta final, el despertar Espiritual a Nuestro Pensamiento.
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