Cuando nuestras expectativas sobre un hombre son grandes, el dolor va en proporción... y dolerá mucho.
Cuántas veces no idealizamos a un hombre, pensando que va a responder como nosotras pensamos y la desilusión no tarda en llegar. La desilusión es la distancia entre la expectativa y la realidad. Pensamos que los hombres nos van a dar lo mismo que recibieron de nosotras. Si vas a dar, da sin esperar y mejor sorprenderte y disfruta al recibir.
No esperes que las cosas siempre sean como tú imaginas, ya que es muy difícil que sea así. Lo que va a pasar, sencillamente pasa. Lo real jamás será como lo imaginado... y puedes crear espejismos que te causen dolor.
Analiza si estás enamorada de un hombre que sólo está en tu cabeza y no en tu vida. Puede ser tan grande tu necesidad de estar ¨enamorada¨ que ves lo que quieres ver, lejano a la realidad, razón por la que te sientes frustrada.
Depende de cada una de nosotras tener los pies bien plantados en la tierra y lograr por propia cuenta ser felices, ya que eso nos ayudará a no desperdiciar la vida por estar esperando a que un hombre nos haga felices. Aprende a amarte, antes de amar a otra persona...
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