jueves, 18 de julio de 2013

DARWIN Y LA EMPRESA

“Las empresas que sobreviven no son las más grandes ni las más fuertes ni siquiera las más inteligentes o las que cambian o mejoran rápido; no, las empresas que sobreviven son las que se adaptan mejor al entorno”
 
 
La gran aportación del famoso naturalista inglés Charles Darwin fue la teoría de la evolución por selección natural”. Darwin, como todos sabemos, la desarrolló en el viaje que hizo en el “Beagle” y que duró casi 5 años (de diciembre de 1831 a octubre de 1936). En este sentido, podemos hacer una primera observación, las ideas nacen de pensar, surgen del acto de reflexionar, de conectar puntos y no sólo de observar o de llevar una vida frenéticamente apresurada. Un viaje de cinco años en barco da tiempo para esa reflexión, para rumiar y masticar (y ordenar) ideas. Cuando hablamos de planeación, decimos que para lograrlo es necesario hacerse a un lado, separarse del trajín cotidiano, para dar tiempo al cuestionamiento de las  cosas; así lo hizo Darwin.
 
En la mencionada teoría Darwin afirma que la evolución es un proceso que tiene tres elementos: (1) variaciones, (2) selección y (3) replicación. Es decir, ante un cambio la especie varía su respuesta, se acomoda o amolda de una manera diferente, reacciona distinto de cómo siempre lo había hecho. Estas distintas respuestas le dan diferentes resultados y con ello viene entonces la selección de las diferentes respuestas que dio, elige la que le dio mejores resultados, la que tiene las consecuencias óptimas, una vez seleccionada   la  replica muchas veces.
 
Se trata de un proceso que, si lo observamos, se parece mucho al de experimentación: probamos, elegimos y replicamos, con la diferencia de que no trabajamos con objetos (como el famoso caso de Tomás Alva Edison, cuando inventó el foco incandescente  probó cientos de veces, eligió la óptima solución y la replicó muchas veces ) aquí los animales o plantas experimentan, seleccionan y replican, es decir, evolucionan… así se explica cómo, a los largo de los años, las especies que han permanecido, han sido las que se han adaptado bien (han llevado a la práctica el proceso descrito).
 
Desafortunadamente, esta teoría ha sido explicada como la supervivencia del más apto (Survival of the fittest). Esto, como afirma John Kay en su artículo reciente, publicado en el periódico Financial Times, en cierto sentido es correcto, el proceso de evolución es más una forma de adaptación que de mejora.
De acuerdo con la teoría de Darwin, “las especies que sobreviven no son las más grandes ni las más fuertes ni siquiera las más inteligentes o las que cambian o mejoran rápido; no, las especies que sobreviven son las que se adaptan mejor”. Podríamos parafrasear ésta si sustituimos a las especies por empresas y encontraremos que se aplica de igual manera. En efecto, como la historia de las empresas nos lo demuestra con frecuencia no son las más grandes ni las que tienen más dinero en la caja ni siquiera las que han hecho gala de inteligencia las que sobreviven, son aquellas que, precisamente, se adaptan mejor.
 
Regresamos así a nuestro conocido esquema de empresa y entorno (Figura 1), la clave para que la sobreviva es adaptarse con sus competencias (capacidades, habilidades y recursos) al entorno.  Las tortugas en galápagos han sobrevivido millones de años no porque sean una raza superior, sino porque se han adaptado casi perfectamente a las características de ese entorno (mucho lodo, abundante vegetación y escasez de depredadores mamíferos).
 
¿Ejemplos? Tomemos a una empresa paradigmática, General Electric (GE) fundada por Tomas Alva Edison. Cuando se creó el índice Dow Jones, el 26 de mayo de 1896, GE fue una de las 12 grandes organizaciones seleccionadas para formar parte de él. Ahora (2013) contempla 30 compañías, algunas han desaparecido (del índice) otras se han incorporado. El último cambio fue el 8 de junio de 2009. ¿Cuántas de las 12 empresas originales permanecen a la fecha? Sólo una: GE. Podría entonces afirmarse “bueno son muchos años” y sí, son 117…
 
Tomemos entonces otra referencia, la lista de las de las 25 empresas más grandes de Estados Unidos, publicada por la revista Fortune desde 1955.  ¿Cuántas empresas de las 25 más grandes en 1955, permanecen en 2012? Sólo cinco, una de ellas es, precisamente, GE que ocupa la posición 8 lo que nos muestra que esta organización ha sabido adaptarse al entorno.
 
Otras 2 empresas que no estaban en 1955, ni en 1982, pero sí ahora son la que ocupa el lugar número 2, Walmart, fundada en 1962 y Apple, que figura en la posición 7, fundada, todavía más recientemente, en 1976. Ambas son ejemplo de una muy buena adaptación al mercado.
 
Y así encontramos la clave de una buena estrategia de negocios: adaptarse Si logramos utilizar de manera natural los tres pasos de la teoría de Darwin (acomodarnos, seleccionar y replicar) y  experimentemos con base en la  prueba y el error, estaremos innovando y aumentando nuestras probabilidades de tener éxito.

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