sábado, 8 de agosto de 2009

Evita que te despidan

No lleves el trabajo al baño.
Al menos espera hasta que la conferencia haya terminado para poder jalarle al baño.
"Lo único que pensé fue: Por favor, díganme que no es lo que estoy pensando", recuerda Dan Chmielewski, dueño de la empresa de relaciones públicas Madison Alexander en Orange County, en California.
Chmielewski estaba en una llamada junto con varias ejecutivos de alto nivel y un ingeniero que trabajaba a distancia. Al final de la conferencia telefónica, en una pausa que hicieron a la conversación, todos escucharon a alguien bajándole al baño.
"Hubo una pausa embarazosa", dijo Chmielewski, mientras se percataban de lo que el ingeniero había hecho.
La siguiente vez que Chmielewski tuvo una conferencia telefónica con la gente que lo acompañó durante esa llamada infortunada, uno de sus compañeros bromeó diciendo: "tengo 45 minutos par hacer esta llamada, vamos a ver qué podemos "jalar" de aquí".
No seas el aguafiestas de la oficina.
No quieres ser tan aguafiestas como para que la gente mueva sus escritorios lejos de ti.
Eso es lo que Caroline Melville, dueña de los servicios administrativos virtuales VirtuallySorted.com tuvo que hacer después de contratar a un contador para que trabajara en su equipo.
En las mañanas, cuando Melville le preguntaba cómo estaba, él decía: "Todavía no estoy muerto".
Si la compañía se hacía de un nuevo cliente y la oficina celebraba su gran logro, él decía: "No sé... no sé... yo creo que se va a ir".
El "eterno optimista" no se quedó por mucho tiempo; renunció cuando su esposa consiguió un nuevo empleo y tuvieron que mudarse, aunque Melville no se quejó.
"Para mí fue un alivio porque era bastante estresante tener a alguien así en la oficina".
No calientes pescado en el microondas.
Los sándwiches de atún están vetados en algunas oficinas, pero los platillos de pescado en el microondas están completamente fuera de lugar.
"Nunca supe quién fue el culpable porque la cocina no estaba cerca de mi cubículo", dijo Casey Corrigan, estratega mediático en una empresa neoyorquina de relaciones públicas. El olor se disipó ligeramente por toda la oficina, y "después se impregnó asquerosamente".
Lo menos que quieres es que tus compañeros de cubículo crean que hueles a pescado.
No andes descalzo.
"Todos quieren traer zapatos lindos, y van y se compran tacones Christian Louboutin de diez centímetros", dijo una informadora secreta que pidió quedar en el anonimato por temor a represalias por dar información de sus compañeros de trabajo.
"Si no puedes caminar con esos zapatos, deberías comprarte algo más cómodo".
La comodidad de andar con los pies descalzos bajo el escritorio después de un largo día de trabajo es entendible, pero "andar caminando por la oficina con los pies descalzos es realmente desagradable".
No uses una canción fastidiosa como tono.
Que tu teléfono sólo vibre; tus compañeros de trabajo se percatarán de tu tono de teléfono, sobre todo si es fuerte e irritante. "Había cinco o seis personas sentadas alrededor de ella viéndola con miradas de fastidio", dijo Richard O'Mally, recordando a una recepcionista cuyo tono de teléfono para las llamadas de su novio era una canción de los Jonas Brothers.
Al sonido de la banda de muchachos, la mujer dejaba su escritorio para tomar la llamada. "Eso era contraproducente para ella porque todos sabían que estaba distraída en el trabajo", dijo O'Mally, quien administra su propio negocio de planeación de eventos, The O'Malley Project.
La despidieron pronto, y aunque su tono de teléfono no era una queja en particular, no le ayudó mucho. "Había otras cositas que se fueron acumulando", dijo O'Mally. "Si eres la persona con el tono de teléfono irritante, ya todos se dieron cuenta, así que apágalo".
No te excedas con las caritas felices.
Sherry Kerr, dueña de una pequeña agencia de relaciones públicas, contrató a una recién graduada para que fuera su asistente, pero tuvo que enfrentar un severo caso de sobrecarga de sonrisas.
Estaban en los marcos de las fotos, en el reloj, en los protectores de pantalla y hasta en los monitores. "El espacio del escritorio era espeluznante".
Pero no terminaba ahí: también puso caritas felices junto a sus iniciales y en cada lugar donde tenía que poner su nombre, incluyendo los formularios fiscales de la compañía.
Kerr intentó explicarle a su asistente las ventajas de verse más profesional en su persona y por escrito. ¿Cuál fue su respuesta? "Me vio y me dijo: ‘es parte de mi firma'", recuerda Kerr.
Kerr tuvo que despedirla eventualmente, por otras razones, pero Kerr admite estar feliz de ya no tener que ver caritas felices por todos lados.
Déjate la ropa puesta.
Advertencia: hay cámaras de seguridad por todos lados, viendo todo lo que haces. Y no se hacen de la vista gorda con la ropa interior.
"Teníamos un cliente que se cambiaba de ropa todos los días en el estacionamiento", dijo Shawn Desgrosellier, presidente de Vitality Group Executive Search.
En un momento, los oficiales de seguridad tuvieron que pedirle al desnudista de estacionamientos que se cambiara en el baño.
Pero estas inocentes travesuras no son lo único que pasó: muchas, muchas personas nos contaron historias de terror sobre compañeros de trabajo que... mmm... que se alocaban en el estacionamiento, o en el baño, y sobre todo en la mesa de conferencias. Y "nadie" quiere ver eso.
Que no te etiqueten.
"Me he topado con varias infracciones a los códigos de etiqueta para la oficina, pero el peor fue cuando un empleado envió una invitación para la inauguración de una librería para adultos", dijo un infiltrado que pidió que no se mencionara su nombre.
"Eso fue suficiente... todos estaban sorprendidos".
No seas el mejor amigo del jefe.
"La gente que teme ser despedida puede llegar a sobrepasarse en su intento de probar que son indispensables, y esto puede hacerte ver irritante", como dijo Tina Lewis Rowe, asistente de desarrollo profesional.
Rowe dio consultoría en una empresa en donde vio a un empleado intentar convertirse en el brazo derecho del jefe. "En todas las juntas él acaparaba toda la atención, y le decía a los empleados que acudieran a él para pedir su aprobación".
En vez de volverse la mano derecha del jefe, el Sr. Psicópata irritó a todos en la oficina. Sus compañeros de trabajo no lo encuentran útil, y todos saben lo que trama, dijo Rowe.
Sigue en la compañía pero "en terrenos frágiles", dijo.
No leas tus correos en voz alta.
Baja la voz, compañero. Una mujer se quejó (en nombre de su esposo) de una compañera de trabajo que leía sus correos en voz alta, y escuchaba sus mensajes de voz con el altoparlante. De verdad.
"Mi esposo trabaja junto a ella, y los escritorios están conectados, como Dwight y Jim de "The Office", dijo su esposa, quien pidió que no se diera a conocer su nombre para proteger a su esposo.
Ahora su esposo tiene que hacer todas sus lecturas en la noche y desde su casa porque no se puede concentrar en la oficina.
No subas fotos de borracheras a Facebook.
"Ya sabes que no eres contratable si tienes fotos de tus fiestones en Facebook", dijo RRich Thompson, vicepresidente de capacitación y desarrollo para la empresa de contratación Adecco North America.
Una candidata para un puesto estaba en la fase final de una entrevista cuando se volvió amiga en Facebook de su empleador potencial. "Para su sorpresa, uno de sus amigos subió fotos de una fiesta reciente... ¡y la etiquetó! No hace falta decir que las fotos eran muy reveladoras".
La candidata recibió un mensaje que decía que la compañía ya no estaba contratando.
"Ahora la vida de todos es pública, ya sea por Twitter, Facebook, YouTube, y hay que tener cuidado. Es muy fácil cometer errores muy tontos que puedan limitar el crecimiento profesional", dijo Thompson.
No te des manicures ni pedicures.
"Tenía un jefe que se cortaba las uñas en el escritorio", dice Michelle Poteet, quien ahora dirige Reclaim Order, una empresa de organización en San Antonio.
"En el siguiente puesto que tuve, el tipo que se sentaba junto a mí también se cortaba las uñas, y para mí es el peor sonido del mundo".
"Una cosa es esperar que haya ruido de fondo para hacerlo, pero siempre parece ser que la gente lo hace cuando hay silencios exagerados. Quitarse un pellejito no tiene nada de malo, pero es muy distinto a hacerse todo un manicure".
No tomes fotos de la gente en el baño.
"Tuvimos un incidente cuando alguien le tomo una foto a un empleado cuando estaba en el baño", dice Shawn Desgrosellier, presidente de Vitality Group Executive Search.
El bromista levantó la cámara sobre la puerta para tomar la foto y la mandó a todos en la oficina. Yo manejé el asunto y el bromista tuvo que dar varias explicaciones. Desgrosellier quiere aclarar que no fue alguien de su compañía sino un cliente de la misma.
No robes comida.
No metas la mano a los platos de los demás. Un informante anónimo dijo que su Lean Cuisine desaparecía del refrigerador con frecuencia.
"Ha pasado mucho en casi todos los lugares donde he trabajado", se quejó el empleado angustiado. Aún cuando escribía su nombre con plumón indeleble, eso no alejaba a los raterillos. En vez de eso, la chica del lunch ahora guarda su comida en su escritorio.
No subas el volumen de tu música rara.
Audífonos, por favor.
No hay cosa más irritante que poner tu música a todo volumen. "Había una persona que tenía música folclórica rusa todo el día", dijo Megan Slabinski, director ejecutivo de Creative Group, empresa de contratación en California.
El constante sonsonete de música folclórica rusa es tan irritante que uno de los empleados pidió a la compañía eliminar el mal hábito del otro empleado. Pero la gerencia no quiso atender el problema, dijo Slabinski. "Sólo les pedimos que se pongan sus audífonos".
Podrías pensar que nadie te escucha si estás en tu cubículo solo, pero no te olvides de que hay gente cerca de ti. Si necesitas algo de tu música hogareña para hacer más llevadera la vida, por favor, usa audífonos.

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