sábado, 22 de agosto de 2009

¿Jefe justo o jefe débil?

Cómo sostener el liderazgo al tiempo que dar un buen trato a los colaboradores.
Adquirí, junto con mi hermana, un autolavado en Guadalajara. Me lo vendieron con una buena cartera de clientes, como pude constatar el tiempo que estuvimos en capacitación con el antiguo dueño.
Empezamos por arreglar el lugar con el fin de hacerlo más atractivo al cliente, realizamos promociones, repartimos volantes y nos anunciamos en el periódico local. La cuestión es que actualmente entre egresos e ingresos tenemos un saldo negativo.
El dueño anterior no trataba bien a los empleados y nosotros quisimos ser más humanos pero tal vez nos pasamos, siento que nos tomaron la medida y ahora no hay disciplina y por más que hable con ellos, desperdician el material y hacen su trabajo mal; por ello hemos perdido clientes
¿Qué podemos hacer para sacar adelante este negocio que representa nuestro patrimonio?
En algunas ocasiones un trato más relajado hace suponer a los empleados que hay ausencia de autoridad. Muchos le dirían que la respuesta más sencilla a todo este problema sería despedirlos a todos y contratar gente nueva. Pero sería darse por vencido muy rápido. Además, esta lección tienen que pasarla todos aquellos que estén al frente del negocio: asumir el papel del jefe.
Mis recomendaciones son las siguientes:
Tener una reunión con todos los empleados y comentarles que la rentabilidad del negocio ha bajado debido a que han perdido consumidores.
En esa reunión, comentarles que ha identificado como causas de esta pérdida de ingresos el mal servicio que se brinda a los clientes.
Subraye que su negocio es una fuente de ingresos para todos; si no hay autolavado no hay dinero ni para ellos, ni para ustedes.
Establezca una serie de compromisos con cada uno de los empleados. El primero de éstos debe ser que en el negocio se quedan los que quieren estar y estén dispuestos a trabajar con altos estándares de calidad.
Implante un sistema de reconocimientos; por ejemplo, mediante la evaluación de los clientes el mejor empleado recibirá un bono, regalo o comisión.
Es importante desarrollar dos herramientas en paralelo. La primera es establecer los objetivos de cada uno de los empleados (número de autos lavados, limpieza del taller, calificación del cliente por el servicio), y la segunda, crear espacios para generar confianza entre los trabajadores y la dirección del negocio. Con esto será posible trabajar sobre la delgada línea entre el buen trato y la responsabilidad laboral.
Sin duda, ser el encargado de una empresa no es fácil. Pero es un elemento que se domina con la práctica. Afronte este reto y habrá crecido en su trayectoria como emprendedor.

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