¿Recuerdas alguna vez que tus planes se han visto frustrados por una enfermedad inesperada?
Si tan sólo un dolor de cabeza, o de estómago o menos aún, una ligera molestia por agruras, ya no nos permite poder atender lo que estamos haciendo de manera totalmente eficaz, ahora una enfermedad grave dolorosa y prolongada, nos imposibilita para trabajar y nos cambia la vida.
Afortunadamente en esta época que nos tocó vivir, ya existe mucha información acerca de la conservación de la salud, que básicamente ya conocemos. Recomendaciones como evitar excesos en el comer, beber, trabajar, o de otra índole; hacer ejercicio, dormir suficiente sin exceso, comer moderado y variado para obtener todos los nutrientes, evitar la comida chatarra, eso conserva la salud. Estoy hablando de la salud física corporal, no de mantener la “salud” brindando todo el tiempo.
Un caricaturista conocido por su seudónimo como Rius, escribió que existen tres asesinos blancos que son: la sal, el azúcar y la harina. Si puede minimizar el consumo de estos, mejor para su salud. Y ya ni hablamos del alcohol ingerible en cualquiera de sus presentaciones, aunque sea bebida de moderación. De los daños del tabaco ya existe demasiada información, el que sigue fumando lo hace bajo su propio riesgo.
Recomendable librarse de las adicciones, y no sólo a las ilegales. Cuando dependes de una sustancia para trabajar o estar en funcionamiento, eso es una adicción. Entonces si dependes del tabaco, café, aspirina, alcohol, o de algún alimento en especial, como la carne, que también es adictiva por las sustancias que se generan en la descomposición biológica y la adrenalina, secretada por el animal al morir, esto hace que aumentemos nuestro nivel de adrenalina y al no ver una amenaza directa, estamos alterados, intranquilos.
La salud emocional juega un papel importante en el éxito. Se redactó la frase “el que se enoja pierde” para ilustrar que la persona que no puede manejar sus emociones, pierde muchas oportunidades de salir ganando en los conflictos. Empieza a observar tu propia salud emocional, que es lo que te altera. Normalmente decimos que nos altera la presencia o los actos de otra persona, pero esto es nada más que proyectar nuestra propia inconformidad interna a la otra persona.
Y mencionamos ahora la salud mental. Sin acusar a nadie que está loco, existen ciertos rasgos de pensamientos que nos indican que nuestra mente no tiene una salud óptima. Puedes ser un observador de tus propios pensamientos, y contar en el día cuantos pensamientos negativos tienes contra cuantos pensamientos positivos; si son más los negativos, puedes empezar a pensar diferente. Ilustrando cuales son los negativos: aquella persona me cae mal, no la puedo ni ver; todo va a salir mal, eso no se puede hacer, no confío en nadie, el mundo es una basura, los gobernantes no sirven, no me gusta que haya calor, no me gusta haya frío, la lluvia me deprime, no se puede hacer nada, trabajo con puros tontos, etc., etc.
En pocas palabras, para mantener la salud física, emocional y mental, se recomienda: mantenerse libre de adicciones, de todas las adicciones incluyendo las legales, hacer ejercicio, eliminar tóxicos y comida chatarra, alimentarse adecuadamente, eliminar el estrés y algo muy importante, mantener pensamientos positivos eliminando los negativos, resentimientos, odios, etc.
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