miércoles, 20 de julio de 2011

Diez cosas que puedes hacer para para enseñar la gratitud a tus hijos

  • Sé agradecido y dale ejemplo. ¿Cómo va a aprender si no se lo enseñas tú? ¿Esperas a que lo aprenda en la televisión o con los amigos? Quizás sea un buen momento para pensar cómo demuestras tu agradecimiento en casa.
Comienza a educar en la gratitud cuando son pequeños y capaces de agradecer con alegría y espontaneidad. El ánfora guarda siempre el aroma del primer vino que guardó. Horacio

  • Enséñale a ser agradecido, no solo con palabras, sino también con detalles, con gestos, con sonrisas, con abrazos, con sorpresas, con su tiempo. Cuando la gratitud es tan absoluta las palabras sobran. Álvaro Mutis
  • Enseña a tu hijo a agradecer sin esperar nada a cambio; tan solo por el placer de sentirse bien. El acto de agradecer es gratuito; no deberíamos estropearlo esperando algo a cambio.
  • Enséñale a ser agradecido consigo mismo, con su esfuerzo, con la superación de sus propios desafíos. Elige cada día con él un objetivo pequeño a cumplir para que, al conseguirlo, pueda darse así mismo las gracias por haberlo hecho: ayudar a poner la mesa, sonreír al entrar y salir de casa, colocar bien la mochila en lugar de tirarla al suelo. Ningún hombre digno pedirá que se le agradezca aquello que nada le cuesta. Terencio
  • Gratitud y humildad van cogidos de la mano. Cuando le enseñes a agradecer, no te olvides de enseñarle a ser humilde. La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.José Martí
  • Enséñale a agradecer, no solo las veces que alguien nos ayuda o nos regala algo, sino también por recibir las bendiciones de la vida: unos padres que le quieren, el alimento de cada día, un hermano con quién jugar, una cama limpia, las estrellas, la amistad, la lluvia, el sol, etc. Está bien agradecer los regalos que recibe en su cumpleaños pero no hay que conformarse con eso. Aunque a él le parezca normal, no todos pueden ver el mar, oler las flores o ir al médico cuando están enfermos.
  • Formula un enunciado familiar que guie vuestro comportamiento: En esta familia nos abrazamos muuuuy fuerte cada vez que recibimos ayuda de los demás.
  • Enséñale a gradecer también los problemas que se encuentre en la vida porque éstos le ayudarán a mejorar: Dale las gracias a Jaime porque, aunque te ha quitado tus lápices, te ha enseñado lo mal que se sienten los otros niños cuando tú les quitas también sus lápices. Desarrollará una potente resistencia a la frustración.
Juega a ser agradecido. ¡Ser agradecido también es divertido! En una caja de zapatos introduce 5 fotografías en las que aparezcan las personas más allegadas a él: sus abuelos, sus hermanos, mamá, papá, la/el canguro, su profesor/a o sus compañeros de clase. Cada mañana debe elegir al azar una imagen y esforzarse en agradecer algo que esa persona haya hecho por él aun sin ninguna intención: sonreírle, darle un beso, contarle un cuento, cocinar su cena, jugar con él, hacer su cama, etc. Inventa con tu hijo maneras de agradecérselo: con un abrazo de collar, con una llamada de teléfono o con un besito de pingüino. Por supuesto, tu también debes elegir una fotografía y jugar con él.

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