Haciendo Autogestión de Vida
La autogestión de vida es una forma dinámica de proceder personal, mediante la cual las personas orientan, desarrollan y optimizan sus formas de estar en el mundo, como una manera de desempeñarse con acierto para lograr lo que desean.
Hacer autogestión de vida es un modo de expresar las intenciones, organizar las acciones, tomar las decisiones, desarrollar las actividades y optimizar el tiempo durante la vida. No es un punto a donde se llega, sino una forma de caminar por la vida. Es la identificación del camino y del caminante para arribar a la meta deseada... De igual manera, hacer gestión de la propia vida implica ser honrado consigo mismo, para no quedar atrapado en la mentira o la falsa valoración.
Hacer las cosas bien desde el comienzo, hacer lo mejor y dar cada vez más de sí mismo, es la lógica de autogestionar la propia vida. La auténtica gestión personal de vida, no se logra de la noche a la mañana y requiere exigirse permanentemente a sí mismo.
Hacer autogestión de vida incorpora tres acciones: La visión de futuro, la capacidad de emprendimiento y el desarrollo del potencial de acción personal.
A través de la visión clara del futuro se orienta el esfuerzo en la dirección y sentido deseados. A su vez, la capacidad de emprendimiento convoca la decisión y la iniciativa, con el objeto de conectar el potencial de acción con la realización personal, para obtener lo que se piensa y quiere hacer.
- La respuesta a las siguientes preguntas sirve para determinar las condiciones básicas que validan la autogestión de vida:
1. ¿Qué características humanas requiero para lograr mi propio crecimiento?.
Cuando una persona se convierte en objeto rutinario de su quehacer, limita su capacidad para desarrollar un proyecto personal de vida. Su existencia transcurre en la repetición y la rutina de ese quehacer y generalmente culpa a los demás por las desilusiones que tal comportamiento le produce. En lugar de asumir un compromiso consigo misma, la persona busca pretextos para justificarse. En ese estado, alcanzar algún grado de crecimiento personal implica optar por cambiar el comportamiento cotidiano, en primer lugar, determinando la visión y luego haciéndola realidad a través de la acción
2. ¿Qué visión de futuro poseo?
En un sentido amplio, la visión es una imagen lanzada al futuro, la cual sirve al ser humano para dar sentido de orientación a su realidad personal, social o laboral. Así mismo, la visión orienta la intencionalidad y esa orientación se convierte en aspiración, deseo, anhelo, objetivo, propósito o meta, estado cognitivo-emocional que convoca el potencial personal para realizar el emprendimiento de las propias ideas en el tiempo por venir.
Los “visionarios” ven más allá de su propio horizonte, y para realizar sus proyectos recurren primero a la visión de su futuro y luego a la acción. Finalmente, es en la acción donde se valida la coherencia entre lo que se piensa hacer, se quiere hacer y se hace. Entonces: Tener una visión de futuro significa tener una dirección de la acción con el fin de realizar lo que se quiere en el futuro.
3. ¿Cuáles son las características que me permiten conocer y afirmar la capacidad para emprender mis propias ideas?
La capacidad para emprender las propias ideas, responde a la necesidad de explorar medios prácticos para conectar la intención con el acto de concretar ideas en productos, obras, inventos, creaciones o innovaciones. Desde ese punto de vista, emprender la realización de las propias ideas implica integrar la capacidad para decidir y el potencial de acción individual, a través de la realización de un proyecto de opción, responsabilidad y realización personal. Esto implica que en la realización de un proyecto personal se fundamenta el conocimiento y afirmación de las características de la capacidad de emprendimiento.
4. ¿Qué potencial de acción poseo para autogestionar mi propia vida?
El potencial de acción humana se considera como la integración consciente de las experiencias, conocimientos, saberes y vivencias, coherentes con el sentido de la aspiración y la iniciativa, las cuales conforman el motor interior de las obras, los inventos, las creaciones, las innovaciones, las transformaciones o los simples desempeños...
5. ¿Qué plan de acción he establecido para realizar mis propias ideas?
El plan de acción es como una carta de navegación por la vida, que se establece con el objeto de optimizar tiempos, recursos y estrategias con el fin de realizar lo que uno se propone. Es la referencia obligada que permite conocer el rumbo de manera permanente y generar criterios de valoración parcial para corregir el rumbo de la acción en cualquier momento.
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