jueves, 1 de diciembre de 2011

¡Levante la vista!

He conocido a muchas personas que pueden sentirse satisfechas de sus vidas. Han logrado estabilidad económica, tener una profesión u oficio, tener una familia y participan de algún club social. Sin embargo, no se sienten realmente felices porque tienen una insatisfacción que no logran identificar. —“Tengo todo para ser feliz, pero no sé qué me pasa”.
Evidentemente, cada persona es un mundo diferente. Pero en muchas de ellas hay una causa fundamental de su insatisfacción. Es que han vivido siempre como los demás quieren que vivan. Es decir, esas personas son otras personas. Ellas han vivido conforme a las reglas de los demás. Quizá esté en esta situación. Su religión se debe a la religión que profesaban sus padres o a la religión mayoritaria de su país. Sus pensamientos políticos se corresponden a los sistemas políticos de su país. Seguramente sigue las costumbres establecidas para determinadas fiestas o celebraciones sociales: día de la madre, navidad, fiestas patrias (Día de la Independencia). Tal vez sea observador de los programas de TV que son los populares (hasta quizás se informa por las revistas o diarios qué es lo que está viendo la gente para verlo usted también (“es que tengo que tener tema para conversar mañana”).
Son alternativas dignas para vivir en sociedad, sin duda. Lo que no funciona bien es que usted puede estar haciendo su vida solamente por inercia, nada más que para ser aceptado socialmente. Tal vez no se ha detenido a pensar si hay otras alternativas tanto o más válidas de las que ha tomado en su vida. ¿Lo que ha hecho feliz y realizado a los otros, es lo que le hace feliz y le realiza a usted, realmente?
Los modelos de vida y los esquemas mentales quedan profundamente arraigados en nuestros primeros años de vida. Y tiempo después, toda la sociedad cambia profundamente. ¿Seguirán sirviendo esos mismos esquemas y modelos de vida?
El precio por rendirse a seguir simplemente el patrón de vida de los demás es muy alto. Significan una pérdida de la individualidad y de la curiosidad por la vida. Es más cómodo que sus opiniones sean simplemente las opiniones de los demás, pero esto le quita creatividad y realización a su vida. Naturalmente puede compartir las ideas de los otros, pero se trata que primero las reflexione, compare, analice y estudie su aplicación en sí mismo antes de aceptarlas o rechazarlas.
Se sorprenderá si intenta conocer las noticias como las ven los del otro lado, no las mismas que repiten los canales de TV de su país. Otro experimento interesante con la televisión es no enganchar con las noticias sobre violencia y pensar si realmente le está afectando lo que ocurre a miles de kilómetros de su casa.
Si usted se aferra a sus creencias adquiridas se puede transformar en una persona intolerante y hermética a otras formas de pensar u otras maneras de ser. Puede llegar a no soportarlas. Incluso puede llegar a tener miedo de quienes piensan o actúan distinto.
Usted es mucho más de lo que se imagina. Usted tiene ilimitadas capacidades para aprender, para aprovechar nuevas oportunidades y para abrirse hacia nuevos caminos. Puede incluso reinventar su vida muchas veces.
¿Cómo puede el universo abrirse para usted hacia nuevos desafíos y nuevas oportunidades? No es difícil. Hemos comentado muchas veces que el mundo es tan inmensamente próspero que la cantidad de información es inmanejable para el ser humano. Por lo tanto, cada uno percibe la creación de manera diferente y parcial, dependiendo de donde ponga su atención y su intención. Y estas dos facultades le pertenecen solamente a usted. El poder está en usted al decidir en donde va a poner sus pensamientos y su corazón.
Repito, la realidad que percibe está completamente en función de estos dos elementos: atención e intención. Modifíquelos y la realidad cambiará. Si no lo cree, es cosa que lo intente unas semanas y verá.
¡Levante la vista y mire hacia el futuro! El pasado no tiene por qué repetirse si usted no quiere.

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