Muchas relaciones de parejas no resultan bien pues se han unido primero buscando una atracción de tipo físico. Es común que ocurra esto, pues es un comportamiento que compartimos con todos los demás seres de la creación que tienen reproducción sexuada.
Nos llama la atención otra persona por su rostro, su cuerpo, su manera de caminar, su porte, etc. Luego, quizás, nos fijaremos en sus cualidades personales. Pero la primera impresión es la que atrae y ésta es recibida por los sentidos físicos y luego transmitida a lo más profundo del cerebro.
Esto funciona bien en el reino animal donde el apareamiento es el objetivo primordial de la atracción sexual. Una vez que los cachorros están capacitados para valerse por sí solos, la relación de pareja pierde sentido y normalmente macho y hembra pierden el interés entre sí. La atracción física, e incluso la fuerza física, han tenido su momento de esplendor, el necesario para aparearse. De esta manera, los más fuertes tienen descendencia y la especie tiene más probabilidades de existir.
En el ser humano es diferente. Buscamos la relación por muchos otros motivos más trascendentes que la simple reproducción, queremos un compañero o compañera para toda la vida, buscamos envejecer juntos.
Sin embargo, el esplendor físico dura pocos años y si las personas se atrajeron por este motivo, es muy probable que dejen de atraerse.
Para una relación duradera hay que hacer todo lo contrario de lo que la mayoría hace. Primero, hay que buscar buenos amigos. Tener relación con personas con quienes se compartan intereses. Con el tiempo, se podrán conocer personas que compartan tu ideal de vida y tus proyectos.
Cuando tengas amigos así, a quienes conozcan una cierta cantidad de años, comenzarás a construir también una hermosa relación afectiva ¡de amistad! Y uno de esos amigos, casi sin darte cuenta, se convertirá en tu pareja.
Tendrás muchas más probabilidades de tener una fructífera relación de pareja cuando se atraigan primero por lo mental, luego por lo emocional y, finalmente, la atracción física vendrá como agregado natural.
Si encuentras un matrimonio que han llevado una vida plena, seguramente te dirán que su cónyuge no corresponde al ideal del cuerpo físico que tenían en su juventud para su pareja. Descubrieron que eso no era lo importante.
Finalmente, debo decirte que mientras más mires a tus conocidos y amigos buscando con quien construir una pareja, más difícil va a ser encontrarla. Tu amado o amada para toda tu vida llegará probablemente de un modo inesperado.
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