Para algunas personas la política es el “arte de gobernar”, para
otros se trata de una actividad para los que tienen el poder o buscan llegar a
él. Para nosotras la política es el campo de acción de diversas personas que
son representantes de una sociedad elegidos por el pueblo a través de un
proceso de votación, quienes se supone, buscan el bien común rigiéndose bajo un
marco legal regulatorio de su poder.
Siendo esto así, es fundamental que exista un medio
de interacción entre los funcionarios públicos y los ciudadanos con el fin de
que se dé una “comunicación política”, que según Wolton, “es
el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres
actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y
que son los políticos, los periodistas y la opinión pública.
Desde la época del Imperio Romano y los antiguos
griegos el Marketing Político (MP) era ya una
herramienta para lograr ser elegido. A partir de entonces y hasta la fecha
infinidad de políticos han usado este efectivo método en sus campañas
políticas, John F. Kennedy, Richard Nixon, Ronald Reagan, George Bush, Michael
Dukakis, Hemult Kohl, Tony Blair y muchos más.
¿Pero y que es el Marketing Político? Pues es un conjunto
de técnicas de investigación, comunicación, planificación y gerenciamiento usadas
para diseñar acciones estratégicas y tácticas a ejecutar en una campaña
política ya sea electoral o de cualquier otro tipo.
Para lograr esto, el MP utiliza
los medios masivos de comunicación (Mediatización) y toda imagen y herramienta
de comunicación audiovisual (Videopolítica) con lo que se convierte en una
disciplina con un alcance ilimitado y un campo de acción propio.
La imagen de un político, no
radica solo en lo que promete o en la forma de difundirlo también, y muy
importante, en su imagen personal,
esto es, su forma de vestir, de comportarse, que dice y como lo hace, su
integridad moral y su historial político. Todo esto influye para la confianza y
aceptación que recibe.
Cuando se acercan las
elecciones, los candidatos se preparan para debate, en el que los candidatos
muestran sus mejores posturas con el fin de tratar de derrotar en el terreno de
las ideas a su contrincante. Este es un momento fundamental y en donde se da
toda la estrategia publicitaria, para afianzar la imagen que se ha construido a
través de la campaña y en donde se volverá a medir la capacidad de
improvisación, el carisma, la personalidad y la seguridad del candidato en
cuestión.
La confianza en un político se
demuestra con el voto, es el apoyo final a la persona que nos inspira seguridad
para cumplir lo que promete.
Hoy en día con el gran auge del marketing
político que se vive,
los partidos políticos y los candidatos ya no se preocupan por establecer un
rumbo definido a largo plazo ya que sólo se preocupan y ocupan de ganar a como
dé lugar las elecciones, haciendo publicidad para dañar la reputación de sus
contrincantes. Todos los candidatos dicen lo mismo, “acabaremos con la pobreza,
disminuiremos el desempleo, acabaremos con la corrupción y la inseguridad”. Es
preocupante la situación en la que vivimos, ahora ya no se eligen capacidades,
virtudes; se eligen imágenes.
Finalmente el Marketing
Político es indispensable para lograr que la imagen, en todos sus aspectos, se
convierta en un factor importantísimo para obtener el apoyo de los electores y
generar verdadera diferencia en el éxito de una campaña, siempre y cuando lo
rijan los valores, se puede convertir en una herramienta de calidad, honestidad
y ética que tanto necesita hoy en día la política.
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