Todos no pueden llegar a ser genios, pero al menos podrán ser más creativos si cultivan y aprovechan sus facultades personales. A ese fin se ofrecen algunas recomendaciones prácticas, que según nuestra experiencia y la literatura científica revisada (Raudespp, 1989), pueden ser de gran utilidad:
· Reserve tiempo para leer y pensar sobre otros temas que no sean el objeto central de su interés.
· Coleccione y archive recortes, notas e ideas que le parezcan interesantes.
· Busque todas las fuentes de información posibles.
· Busque los factores claves de un problema y procure aislarlos.
· Cuestione todas las suposiciones planteadas respecto al problema que se plantee.
· No se apresure en descartar ideas poco ortodoxas y desusadas.
· Pregúntese una y otra vez cuáles son los límites verdaderos de su problema.
· Halle las variables del problema mediante análisis.
· Anote las ideas y diversos métodos que podrían resolver el problema.
· Niéguese a permitir que los fracasos iniciales lo desanimen.
· Cuídese de los peligros de aferrarse demasiado pronto a una idea o estrategia.
· Suspenda su pensamiento crítico.
· Impóngase cuotas de ideas. Esto es, proponerse tener más de 3, 4 ó 5 ideas, según sea el caso sobre un problema.
Si no está usted avanzando, deje momentáneamente el problema y haga algo diferente.
· Cuando esté buscando soluciones a un problema o cuando aún no haya madurado ninguna lo suficientemente, evite las discusiones e intromisiones.
· Una vez formulada la idea, elimine todo orgullo y prepárese para recibir la crítica cuando vaya a exponerla.
· Reflexione y analice toda crítica, tanto la proveniente de especialistas, como la que realicen neófitos o desconocedores del tema.
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