La insatisfacción de poseer gira en torno del deseo de tener más. Vivimos en una cultura competitiva, una cultura del más, donde es difícil establecer límites.
Mientras que la insatisfacción de aspiración es una insatisfacción saludable. No dice relación con lo que usted desea adquirir, pero si con lo que usted se quiere transformar.
¿Cuánta sabiduría es lo bastante? ¿Cuántas ideas y experiencias interesantes son suficientes? Diferente de la pregunta “cuanto dinero es bastante”.
Ese tipo de insatisfacción empuja a usted a crecer, expandir sus horizontes, ser más solidario, ser más eficaz en las cosas que hace.
Pocas personas puedan afirmar: “Ya hice lo bastante de cosas interesantes. Ya aprendí lo suficiente”.
La clave no es conseguir lo que queremos, y si querer aquello que conseguimos.
El éxito nunca debe ser confundido con riqueza o poder. Debe, si, ser ligado a la excelencia y al sentimiento de realización. El éxito es algo que dice respecto a quien usted es, y no a lo que usted posee.
No necesitamos de ayuda para desarrollar nuestra personalidad. Lo que necesitamos es cultivar nuestro carácter.
Los modelos culturales de éxito que tenemos para imitar o seguir son modelos de exceso: personas como Bill Gates o Don Francisco, que se dedican de manera maniática a una sola actividad. En lugar de eso, deberíamos tomar como modelos personas que buscan la excelencia en varias cosas.
Vivimos para alcanzar el éxito: no apenas para disfrutarlo, sino también para buscarlo. En la verdad, las personas que obtienen placer del éxito son aquellas que obtienen más placer en la búsqueda de este.
Son personas que consiguen encontrar satisfacción en el viaje, no apenas en la llegada al destino
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