Como quisiera cambiar las cosas que no me gustan de ti
Para tener una autoestima sana y alta, hay un paso muy importante es elconocernos de fondo a nosotros mismos, que aunque parece muy extraño, a lo mejor la persona que menos conocemos, es a nosotros mismos así que vamos a tomar una de las maneras como podemos saber más de nuestro mismo ser.
A veces estamos tan ocupados tratando de “arreglar la vida de los demás” que no nos concentramos en nuestra persona, podemos ver que los demás son distraídos, egoístas, malhumorados, creativos, amables, etc, y podemos identificar muchos defectos y cualidades en las personas que nos rodean.
Ahora les voy a comentar sobre otra manera de conocernos a nosotros mismos. A través de lo que vemos o de lo sentimos por otra personas que estén cerca de nosotros.
Los demás son como unos espejos que nos permiten ver nuestros rasgos de personalidad como espejos, proyectamos en otros lo que nos pertenece de manea que lo que percibirnos en los demás es un rasgo nuestro, que puede ser una cualidad, una carencia, una necesidad o un sentimiento. Siempre estaremos percibiendo en los demás algunos aspectos negativos, así como algunos aspectos positivos de nosotros mismos. Claro aqui la diferencia es que en el espejo puedo ver mi reflejo pero en otra persona me cuesta trabajo ver mi reflejo.
La proyección se puede definir como:
“La proyección es un mecanismo de defensa por medio del cual el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo atribuyendo incorrectamente a los demás, sentimientos, impulsos o pensamientos propios, que le resultan inaceptables o que le generan negación.
Consiste en proyectar cualidades, deseos o sentimientos que producen ansiedad fuera de sí mismo, dirigiéndolos hacia algo o alguien a quien se los atribuyen totalmente”.
Entonces vemos que todo se resume en lo que yo interpreto sobre lo que veo o siento en otra persona, entonces si me la paso quejándome de lo que hacen los otros o descrédito a otras personas, más bien lo que pasa es que eso es lo que siento por mí, esas quejas son sobre mi o ese descrédito es hacia mí, pero como esto es muy duro y difícil de acepar, mejor lo niego y cuando lo veo en otra persona lo repruebo en ellos, sin darme cuenta que a quien censuro es a mí mismo. Por ejemplo si empiezo a subir de peso y eso no me gusta pero no quiero verlo en mi, cada vez que vea una persona con sobre peso, la criticaré, la reprobaré sin hacer consciencia de a quien estoy desaprobando es a mí mismo.También puedo ver mi tristeza, mi enojo, mi coraje en otros cuando no quiero ponerlo en mí. A veces llega una persona y nos dice: te veo triste… o lo que pasa contigo es que siempre estas enojada…. Y cuando tratamos de ver si es cierto que estamos así, comprobamos que no nos sentimos como ellos dicen, aquí lo que pasa es que el sentimiento es de ellos y lo están proyectando como ellos se sienten en nosotros.
Cuando veo en el otro algo que me disgusta, por ejemplo, si yo me siento que mi pareja no me da la atención que necesito, que me descuida que me abandona, la carencia de afecto no viene de él, sino de mí, es decir yo soy quien me descuido, yo soy quien me abandono y al tener esas necesidades y no aceptar como que yo soy la que me trato mal y me descuido, mejor lo señalo a él y le reclamo el ser poco atento conmigo, lo culpo de no darme lo que yo no me doy a mí misma. Proyecto en el mis necesidades y espero que me las satisfaga. Si yo tengo una buena autoestima y me cuido y me procuro, si mi pareja no me da esos cuidados, no va a ser importante para mí, pues yo a través de mi misma tengo satisfecha esas necesidades, ya si mi pareja quiere darme algo, es un regalo pero no una necesidad imperiosa que me la de.
Asi mismo, si me fijo mas en lo que critico, desapruebo, alabo o me gusta en otras personas, podre focalizar estas características que son mías. Pero no todo lo que veo en otro es mío, hay que saber identificar lo que si nos pertenece y nos causa conflicto el reconocerlo y es lo que enviamos hacia los demás para verlo de lejos. Una manera para vivenciarlo y comprobarlo con este ejercicio:
Piensen en una persona que esté cerca de ustedes. Hagan una lista de sus cualidades y después de sus defectos, al termino vamos hacia un espejo y mirándonos en el, vamos a leer cada una de estas características nombrándolas en primera persona y como si fuera nuestra: por ejemplo: si anote en mi lista: enojón, egoísta, y creativo. Cuando me veo al espejo digo: yo soy enojón, yo soy egoísta yo soy creativo. Hay que cerrar los ojos después de decirla en voz alta y dejar un espacio de tiempo para “sentir” como la recibimos y buscar en nuestro cuerpo que sensaciones tenemos al leer esto frente al espejo, habrá algunas que si nos identifiquemos y nos llegue, y no nos guste, aquí lo importante es poder identificarlo.
Claro que la negación estará en todo su apogeo, por eso no hay que perder lo importante que es cerrar los ojos y poder “escuchar” con atención a nuestro cuerpo, fijarnos en las sensaciones que se producen, lo que sentimos, cuando repetimos la frase en voz alta, sentir si nos gusta o disgusta, si sentimos alguna opresión en el pecho en la cabeza en el cuello, etc., y no perder la atención en las sensaciones del cuerpo, ya que si la perdemos, entonces surgirá esa vocecita que tenemos dentro de la cabeza, para justificar rápidamente y no permitir que podamos apropiarnos de lo que decimos para sabotearnos diciéndonos: claro que no tú no eres el enojón, es él quien siempre se enoja de todo, bla bla bla. De esta manera ya lo justificamos y no nos permite reconocer lo que estamos diciendo para así seguir en nuestra zona de confort.
Pero es importante reconocer, lo que pasa dentro de nosotros, ¿cómo podemos cambiar algo si en primera instancia negamos que existe? , claro que puede ser por miedo a enfrentarlo o porque estoy en mi zona de confort muy a gusto y no deseamos esforzarnos para cambiar, es más fácil “proyectar” en el otro para no responsabilizarme y más fácil criticar al otro (que enojón, que egoísta es, etc.) ya que reconocerlo en mi, requiere de un esfuerzo además de perder la aparente comodidad, al no enfrentarlo.
Asi que lo que no me gusta de ti es lo que no me gusta de mi.
Pero hay que darnos cuenta que al final vamos a quedar mucho mejor que antes, mucho más cómodos, mucho más fuertes y con un crecimiento interior y sobre todo sin miedo que es lo que más reduce nuestra autoestima. Una manera de aceptarnos es descubrir esas partes que no nos gustan de nosotros para acomodarlas como si nos parecen correctas y hacer lo que necesito hacer para cambiarlas.
Así que ahora empecemos a conocernos, a reconocer lo que es nuestro, para empezar a trabajar con esas partes de nosotros que no nos gustan y crear mejor características que si nos gustan, de manera que nuestra autoestima esta más sana con más valía y más alta para ser más felices.
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