miércoles, 3 de agosto de 2011

El desapego, ¿utopía?

Siguiendo con las reflexiones de Las siete leyes espirituales del Éxito voy a explicarles hoy como funciona La Ley del Despego, aplicable al día viernes. Generalmente gastamos energía apegándonos a las cosas materiales porque no vivimos al unísono del universo en tiempo presente, con la Ley del Desapego atisbamos que sólo tenemos el presente para explayar nuestros sentimientos, para realizar aquello que queremos o deseamos. Esta ley activa la conciencia del momento presente y la gloria de vivir en él, también nos ayuda a echar el ancla en la sabiduría de la inseguridad de la vida.
La seguridad no se estriba en la obtención de un gran número de objetos materiales o de una multimillonaria cantidad expresada en dinero. Hay un seudo valor que se nos inculcó desde pequeños que señala que las personas con dinero son las que triunfan y son seguras. Hoy en día me doy cuenta que las personas más adineradas son las más inseguras porque temen perder grandes cantidades de dinero, que los socios les hagan trampas. Siempre dicen que cuando reúnan una cantidad “x” de dinero se retirarán para dedicarse a su familia, luego en las postrimerías de sus últimos días añoran haber compartido el tiempo con sus seres queridos.
Con lo que les expuse anteriormente no quiero decir que el dinero no sea importante, o no tengamos que restarle valor. Por el contrario el dinero nos facilita la obtención de muchas cosas y situaciones en la vida, sin embargo lo que si está mal es el apego al dinero, el apego a la cosas materiales. Te voy a poner un ejemplo: Piensa unos segundos en las siguientes interrogantes. Si llegas a tu casa, te encuentras que han hurtado todos los objetos de valor, ¿cómo seria tu reacción? Si llegas al estacionamiento de un Centro Comercial y no encuentras tu carro, ¿cómo reaccionarías? Si descubres en tu estado de cuenta que te han retirado una gran cantidad de dinero porque han clonado tu tarjeta, ¿cómo reaccionarías? Si llegas a tu casa y tu hijo te espera para decirte que ha chocado el carro que aún no aseguras, ¿cómo reaccionarías?
Si tu respuesta es de enfado, es una reacción normal, todos somos humanos. Tal vez el coraje, el miedo, la impotencia y el mal humor te dure unos minutos, horas o días. Sin embargo si tu sientes que perdiste algo importante, algo de un valor inmensurable, si pasan dos meses, te sigues quejando y acordándote vivencialmente de aquella situación, tengo que advertirte que tienes conflictos de seguridad material, porque estribas tu seguridad, tu tranquilidad, tu serenidad en lo material. El dinero y los bienes muebles e inmuebles son fluctuantes, vienen y se van. Es una ley natural del universo que ”para recibir hay que dar”, si te quedas anclado en lo que perdiste: ¿Cómo vas a enfocar tu energía en conseguir un bien de mejor calidad, o aumentar en tus cuentas las cantidades que tenías? Cuando te pase un suceso de los enunciados, dale gracias a Dios por dos cosas: la primera porque tu familia, tu persona y tus seres queridos no sufrieron un daño irreparable en ese aprendizaje. Y la segunda es darle gratitud al universo por las nuevas oportunidades que se te abrirán a continuación de esa experiencia que con tu atención presente transformas de negativa en positiva. Lo importante en cualquier situación inesperada que se les presente es que la tomen como una tormenta eventual que tienen que sobrepasar, es decir, pasarla aprendiendo la lección y cayendo en cuenta del aprendizaje que nos quiere enseñar el universo.
Todos los acontecimientos que hasta el momento le han sucedido en su vida, han creado pensamientos y creencias. Muchos acontecimientos fueron creados por las cosas que pensó y las palabras que dijo ayer, la semana pasada, el mes pasado, el año anterior, hace diez, veinte o treinta, años según la edad que tenga. Sin embargo, eso es su pasado. Ya pasó porque es solo un recuerdo, es historia, está hecho y acabado. Lo que importa en este momento es lo que decida pensar y decir ahora mismo, en su presente (denominado así porque es un regalo de Dios) porque tiene el derecho a regalarse los acontecimientos del día vividos a plenitud. Mantenga su atención en el aquí y el ahora, y disfrute de la plenitud a cada momento o instante mágico en su diario vivir que le permite transformar lo que le está desagradando en lo que desea tener en su vida.
Mantén tu atención consciente en el presente y tú intención en el futuro, porque, si tomas la determinación con constancia, conocimiento y voluntad puedes convertirte en el arquitecto de tu destino diario. Si cambias tu manera de pensar, cambia tu destino. Aprende a pensar correctamente enfocándote en pensamientos positivos, armónicos y disfrutando desapegadamente tu presente, porque, aunque la buena suerte sea regida por el cielo, tu destino estará siempre en tus manos.
Me despido recordándote que si vives cada día a la vez, disfrutarás plenamente de la conciencia del momento presente y en la incertidumbre de tus acontecimientos diarios te convertirás en un gran alquimista porque no estarás apegado a los seudo patrones que nos han enseñado en el pasado. Tú puedes lograr una alquimia física en tránsito a la emocional y espiritual.

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