Seguramente eres una persona de nobles principios y no está en tu modo de ser el robar a los demás. ¿Tienes la seguridad de no hacerlo?
Si al convocar a una o más personas a una cita de negocios o a una reunión o a un encuentro familiar y no comienzas el encuentro a la hora en que te has comprometido, estás robándole vida a los demás. Estás apropiándote indebidamente de su tiempo. Esas personas tienen derecho a hacer lo que ellas crean conveniente en ese espacio del que se vieron privadas para
siempre, pues la vida no puede volverse hacia atrás.
Si no todos llegan a la hora, es conveniente comenzar igualmente a tiempo, premiando a los puntuales y no a los impuntuales. Además, poco a poco los demás irán comprendiendo que eres una persona ordenada y respetuosa, que tu palabra vale, y que si dices a las 9 horas, es que comenzarás a las 9 horas.
Igual respeto debe manifestarse al terminar puntualmente una reunión en la hora informada.
¿Y qué hacer cuando eres tú el convocado y la reunión empieza tarde? Lleva ese libro o revista que no has podido leer por si la reunión no empieza a la hora. Así no habrá pérdida de tiempo, no habrá tensiones y tendrás algo interesante que hacer como alternativa.
Sé puntual en tu trabajo y ganarás el respeto de tus superiores. Ellos podrán confiar en ti para mayores responsabilidades.
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