viernes, 19 de agosto de 2011

Haz un plan

Escribe con todo detalle qué es lo que quieres cuándo lo quieres, porqué lo quieres y desde dónde partes.

Prepara una relación de los obstáculos que tienes que superar de la información que necesitarás y de las personas cuya ayuda te será de utilidad. Con las contestaciones a los anteriores nueve pasos, tienes ya todos los ingrediente de un plan maestro para la consecución de cualquier meta.

El plan maestro

Un plan es una lista de actividades organizadas por orden de fechas y prioridad. Una lista ordenada en base al tiempo comienza con la primera cosa que tienes que hacer y termina con la última tarea que tienes que realizar antes de conseguir tu meta. Muchas actividades pueden llevarse a cabo simultáneamente. Otras, en cambio, tienen que hacerse siguiendo una secuencia; es decir, una detrás de otra.

También hay determinadas actividades que tienen que efectuarse continuamente, desde el comienzo del proceso hasta su final.
El plan que se organiza siguiendo un criterio de prioridad relaciona las actividades según su importancia. ¿Cuál es la cosa más importante que hay que hacer? ¿Cuál es la segunda cosa más importante? Continúa haciéndote preguntas como éstas hasta que hayas relacionado todas las actividades de acuerdo con su valor para la consecución de la meta prevista.
Una buena lista te marca el camino que tienes que recorrer y, por ello, aumenta de forma espectacular la probabilidad de alcanzar tu objetivo. Es la esencia de toda planificación personal y de toda efectividad individual. Y para comenzar, todo lo que se necesita es un bloc de papel, un bolígrafo, una meta y tú.

La mejora del plan sobre la marcha

Una vez que ya tienes un plan de acción detallado, ponte en marcha. Acepta que tu plan tendrá defectos; no tiene que ser perfecto desde el primer momento. No te preocupes.

Que no te entre la enfermedad de la "perfeccionitis". Si todos los posibles obstáculos tuvieran que ser previamente superados, nunca se haría nada.

Una de las características de los hombres y mujeres de elite es que saben interpretar la retroinformación y hacer correcciones sobre la marcha. Se preocupan más de lo que está bien que de quién está en lo cierto. Sigue trabajando en tu plan hasta que esté libre de polvo y paja. Cada vez que te encuentres con un obstáculo, revisa el plan desde el principio y haz los cambios necesarios. Al final te encontrarás con un plan que funcionará como una máquina bien engrasada.

Cuanto más detallado y mejor organizado esté tu plan, más posibilidades tendrás de alcanzar tus metas en la forma que hayas preestablecido.

Asimismo, el desarrollo de un plan personal detallado y constantemente revisado y pulido esencial para la consecución de tus principales objetivos.

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