martes, 24 de abril de 2012

5 ERRORES FATALES EN LA VENTA AL MENUDEO


Descuidos constantes o una falta de planeación pueden llevar a tu negocio al fracaso. Inicia con el pie derecho y afina las tácticas básicas que te ayudarán a alcanzar el éxito. Aquí te decimos cómo hacerlo.

Las estadísticas de la Secretaría de Economía (SE) son contundentes: el 65% de las pequeñas y medianas empresas en México desaparecen antes del segundo año de vida. Aunque la lista de errores que cometen las organizaciones que fracasan es muy larga, existen cinco que son los más frecuentes y devastadores. Conócelos, detecta si has cometido alguno de ellos en tu negocio y soluciónalo de inmediato.
1.- No contar con una estrategia definida. Muchos emprendedores se inician en el mundo de los negocios llenos de optimismo y con ganas de hacer bien las cosas.
 
2.- Concentrarte sólo en los productos y no en el mercado. Los empresarios creen y se aferran en pensar que el producto o servicio que venden es lo que la gente necesita, sin antes investigar o confirmar que sea cierto.
 
3.- No evolucionar junto con el entorno. Este error se relaciona un poco con el anterior, pero se concentra más en los medios y métodos de venta. Hace algunos años, por ejemplo, se vivió el boom de los negocios especializados en la renta de películas. Hoy, la tendencia se dirige hacia las descargas, vía Internet, de contenidos como música y video directamente en las computadoras y reproductores personales.

4.- Subestimar las exigencias de la venta al menudeo. Algunos emprendedores suponen erróneamente que operar un negocio es algo que no implica mayor esfuerzo y que todo marchará bien con sólo atenderlo en sus ratos libres. Esto no es sinónimo de delegar responsabilidades en los colaboradores, sino más bien de prestar poca atención en los asuntos importantes de la empresa.
 
5,. Descuidar el servicio al consumidor. No saludar a los clientes cuando entran a la tienda, no asesorarlos en sus compras o no contar con mercancía suficiente en existencia son errores frecuentes.
Observa con detenimiento qué es aquello que más le gusta a tus clientes -puede ser la amplia variedad de productos que ofreces, precios competitivos o el trato personalizado-. Enfócate en los detalles como llamarlos por su nombre, enviarles promociones exclusivas o pedirles sugerencias para mejorar el servicio y conocer su nivel de satisfacción.

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